Capitulo 6
Las luces del estudio se apagaron lentamente mientras Sol-a recogía sus cosas.
La jornada había sido productiva: grabó una demo, conectó con el productor, y hasta recibió una oferta para participar en un proyecto de colaboración importante. Debería sentirse plena. Orgullosa.
Pero por dentro... había un silencio que le pesaba.
Caminó de regreso al departamento familiar.
Aunque vivía en una zona elegante de Seúl, el trayecto se le hizo más largo de lo normal. Cada paso se sentía como si se alejara un poco más de sí misma.
Al llegar, su madre la esperaba en la cocina, elegante como siempre, con un café perfectamente servido. Su padre leía informes en su tablet, sin siquiera alzar la vista.
-Llegas tarde, Sol-a -dijo su madre, sin rodeos.
-Estuve en el estudio. Me ofrecieron un proyecto importante -respondió. tratando de sonar entusiasmada.
-¿Importante? ¿En qué sentido? ¿Quién lo dirige? -preguntó su padre, sin mirar.
-No puedo decirlo aún. Pero... me quieren como artista principal -dijo ella con una pequeña sonrisa, esperando aunque fuera un "felicidades".
Silencio.
-¿Y eso cómo encaja con los planes de la empresa? -añadió su madre, cortante.
Sol-a sintió un nudo en el pecho.
-No encaja. Es... lo que yo quiero.
El aire se tensó.
-Tienes talento, eso no lo negamos. Pero eres hija de esta familia, de esta empresa. Tienes un rol que cumplir -dijo su padre al fin, mirándola por encima de las gafas.
-¿Y si no quiero ese rol? ¿Y si no quiero vivir bajo sus reglas?
-No seas dramática -respondió su madre.
"No seas dramática." Una frase que le repetían desde niña cada vez que sentía demasiado, cada vez que soñaba demasiado.
Sol-a se levantó sin decir más y subió a su habitación. Cerró la puerta. Se quitó la chaqueta y se quedó en silencio. Miró su reflejo en el espejo.
¿Quién soy cuando no intento complacer a nadie?
¿Quién soy sin este apellido?
¿Quién soy sin miedo?
Abrió su libreta, escribió una frase, y debajo, por primera vez, escribió un nombre:
"Mi voz me pertenece."
- Sae."
Del otro lado de la ciudad, Jungkook se alistaba para una reunión creativa.
Llevaba en la cabeza el nombre de la artista de la que le habían hablado. Sol-a.
No podía explicarlo, pero quería escucharla otra vez.
Y en esa reunión... finalmente escucharía su voz grabada, sin saber que ya la había oído en un día lluvioso, en medio de un accidente.
El destino ya estaba preparando el escenario...