Armonías que no mienten

Capitulo 12

La sala de grabación era amplia, con iluminación cálida, paneles acústicos impecables y un par de micrófonos esperando en el centro como testigos silenciosos de lo que estaba por suceder.

Sol-a respiró hondo antes de entrar. Llevaba una camisa blanca oversize que apenas dejaba ver su figura esbelta, y un pantalón negro que contrastaba con su piel clara. Su cabello caía suelto, lacio, y sus labios tenían apenas un toque de color. Nada más.

Jungkook ya estaba adentro. Sentado junto al productor, revisando la letra de la canción que ambos venían escribiendo juntos desde hacía unas semanas. Pero ese día… esa sesión… era distinta. Iban a grabar la primera versión oficial. Y BTS estaba ahí para escuchar.

—Pasa —dijo él, sin emoción. Pero sus ojos la recorrieron un segundo de más.

Sol-a asintió, dejando su libreta sobre la consola. Su voz era calma, pero por dentro… la ansiedad le golpeaba las costillas.

Uno a uno, los miembros del grupo fueron entrando.
Namjoon, serio y observador.
Taehyung, con una sonrisa traviesa.
Jimin, amable y curioso.
Yoongi, concentrado.
Hoseok, lleno de energía.
Y Jin, elegante y atento.

—Chicos, ella es Sol-a… pero usa el nombre artístico Sae —dijo Jungkook, de pie junto a ella, sin siquiera notarlo.

Sol-a hizo una reverencia educada, con una sonrisa sutil.

—Un placer. Gracias por permitirme estar aquí.

—¿Tú escribiste la letra de la segunda parte? —preguntó Namjoon, hojeando la partitura—. Hay fuerza, pero también mucha vulnerabilidad. Es rara esa combinación.

—Eso es ella —intervino Jungkook, sin pensar.

Todos se giraron a verlo. Él se aclaró la garganta y volvió a mirar su hoja.

Sol-a bajó la mirada. ¿Eso había sido un cumplido? ¿De él?

—Estamos listos —anunció el productor—. Empezamos por la parte de Sol-a y luego vamos con Jungkook.

Ella caminó al centro, tomó los auriculares y se colocó frente al micrófono. Cerró los ojos y dejó que el mundo se apagara. Solo estaba ella… y la música.

Su voz comenzó suave, casi como un susurro.
Luego creció.
Cargada de emociones que no estaban en la letra, pero que se colaban en cada sílaba. Dolor. Esperanza. Cicatrices que todavía ardían.

Cuando terminó, el silencio en la sala era pesado. Nadie dijo nada por un instante.

Jin fue el primero en aplaudir.

—Wah… eso fue… brutal.

—Es como si cada palabra te hubiera dolido un poco —dijo Jimin, mirándola fijamente.

Sol-a bajó el micrófono.
—Es que me dolieron. Susurro..

Entonces fue el turno de Jungkook. Se colocó frente a ella, la letra en mano. Cantó su parte con la perfección que lo caracterizaba, pero al llegar al coro —donde sus voces se entrelazaban—, algo cambió.

Los ojos de él buscaron los de ella.

Sol-a, aún sin mirarlo, sintió su voz rozarla. Como si le hablara directamente a ella.

Y todos lo notaron.

—¿Se conocen desde hace mucho? —preguntó Taehyung después de una toma, con una sonrisa que escondía curiosidad.

—Nos cruzamos hace un tiempo —respondió Sol-a con evasiva—. Nada importante.

Jungkook no dijo nada.
Pero su mandíbula tensa decía lo contrario.

Después de la sesión, mientras todos charlaban y el ambiente era más distendido, Hoseok se acercó a Jungkook y le susurró:

—Bro… te está gustando.

—¿Qué? No.

—Mientes mal. Te brillan los ojos cuando canta.

Jungkook se apartó sin responder, con el corazón latiendo más rápido.

Y del otro lado del estudio, Sol-a escribía algo en su libreta. Una frase, apenas:

"Tus ojos cantan más fuerte que tu voz."