Dónde comienza el latido.

Entre contratos y heridas abiertas.

Capítulo 21

El ambiente en HYBE esa mañana estaba tenso.

Los pasillos solían estar cargados de música, risas y movimiento constante, pero ese día, todo parecía más pausado.
En la sala de juntas del piso 9, los altos ejecutivos se preparaban para una de las reuniones más delicadas de los últimos meses.

Por un lado, estaba Sae -nombre artístico de Sol-a-, la nueva promesa, la compositora y vocalista que había revolucionado las redes después de su colaboración con Jungkook.
Por el otro, los padres de ella: el señor y la señora Kim, dueños de una de las compañías cosméticas más poderosas del país, y quienes veían la carrera musical de su hija como una amenaza al apellido familiar.

Bang Si-hyuk, junto a los directores de producción y relaciones públicas de HYBE, encabezaban la reunión.

Sol-a llegó puntual, vestida con un conjunto oversize elegante, su cabello claro suelto y maquillaje natural. Jungkook, sin pretensiones, había decidido acompañarla. No estaba obligado a estar ahí, pero algo en él no le permitió quedarse al margen.

Se sentó un par de sillas más atrás, observando.

La reunión comenzó.

- Señor y señora Kim, gracias por venir. Creemos que es importante conversar sobre el futuro de Sol-a... o mejor dicho, de Sae. -comenzó Bang Si-hyuk, con su tono pausado.

El señor Kim, rígido como siempre, no disimuló su molestia.

- No entiendo por qué seguimos alimentando esta fantasía. Sol-a pertenece a nuestra empresa. Tiene responsabilidades familiares y empresariales que debe asumir.

Sol-a se irguió.

- Con todo respeto, no soy propiedad de nadie.

La señora Kim lanzó una mirada fulminante.

- No tienes idea del daño que puedes causar a la imagen de nuestra familia.

Jungkook apretó los puños en su regazo.

Bang Si-hyuk tomó la palabra.

- Sol-a tiene un talento excepcional. Lo hemos comprobado no solo en su trabajo con Jungkook, sino en sus composiciones inéditas. El público ha respondido de forma abrumadora al teaser, y nuestros equipos consideran que su debut en solitario puede ser uno de los lanzamientos más importantes del año.

El señor Kim bufó.

- Solo porque algunos adolescentes histéricos reaccionen no significa que deba dejar su lugar en la compañía.

Sol-a respiró hondo.

- Nunca quise ese lugar. Solo ustedes lo querían para mí.

Un silencio helado se apoderó de la sala.

La señora Kim intentó mediar.

- Lo hacemos por tu bien, Sol-a. Este mundo es cruel. Te destrozará.

- Prefiero que me destroce a vivir una vida que no elegí. -respondió ella, firme.

Bang Si-hyuk se aclaró la garganta.

- La decisión final es de Sol-a. En HYBE respetamos los sueños de nuestros artistas. Nuestra oferta está sobre la mesa.

El señor Kim se levantó.

- Entonces, será una guerra.

Y sin decir más, ambos padres abandonaron la sala.

La tensión se disipó lentamente.

Jungkook se acercó y le dejó una botella de agua sobre la mesa.

- ¿Estás bien?

Ella asintió, pero tenía los ojos vidriosos.

- Nunca pensé que fuera tan difícil cortar un hilo invisible.

Jungkook la miró, comprendiendo mejor que nadie.

- Los lazos de sangre duelen más que cualquier otro... pero también puedes sobrevivir sin ellos.

Se quedaron unos segundos en silencio, hasta que ella sonrió leve.

- Gracias por venir.

- Siempre. -dijo él.

Más tarde, ya fuera de HYBE, Jungkook la invitó a su estudio.

No hablaron mucho al principio.
Solo pusieron música suave, compartieron café y miraron viejas grabaciones.

En algún momento, ella sacó su cuaderno de letras.

- Hay una canción que no mostré en la reunión... la escribí hace años. Nunca supe si valía la pena.

Jungkook la animó con la mirada.

Sol-a comenzó a leerla en voz baja.

Era desgarradora.

Hablaba de la soledad en medio de multitudes, de la búsqueda de un espacio propio, de la rabia de cargar con expectativas ajenas.

Cuando terminó, Jungkook se acercó.

- ¿Me dejas componerle una base?

Ella asintió, sin palabras.

Y así, entre acordes de guitarra acústica, grabaron el demo de esa canción íntima.
Sin saberlo, acababan de crear algo que cambiaría el rumbo de la carrera de Sae... y tal vez, de sus vidas.

Al salir de la sala de grabación, Jungkook se detuvo.

- Oye... ¿tú crees en las coincidencias?

Sol-a lo miró, sin entender.

- ¿Por qué?

Él sonrió leve.

- Porque desde el día en que te derramé ese café encima... no he dejado de tropezar contigo.

Ella rió suave.

- Tal vez porque el universo sabe lo que hace.

Y por primera vez, ambos entendieron que ese encuentro no había sido casualidad.

Ni la canción.
Ni las heridas.
Ni ellos.

Era destino.



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En el texto hay: romance drama, bts fanfic, bts jk

Editado: 22.06.2025

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