Resplandeciente.
Así era.
El reflejo del sol pintaba sutilmente de dorado su largo cabello rojizo que caía suavemente por su espalda, cubriendo su etéreo vestido blanco mientras se sumergía en el lago.
Esa imagen se quedó grabada en mi memoria. Al igual que el aroma de los lirios de agua.
Me hubiese gustado fotografiarla o tal vez pintarla y enmarcarla en un cuadro; dejar algo tangible, una prueba real de que estuvimos allí aquel día.
Ella, brillando en la luz; y yo, como siempre, un personaje en las sombras.
En el mismo encuadre, pero en distinto enfoque.
Todos mis recuerdos de ese día están teñidos del fuego de su cabello, su musical risa y la felicidad irradiando de su angelical rostro.
Los otros novicios, los cánticos y la ceremonia eran solo el telón de fondo.
Hasta que cayó la noche.
Y la parte más esperada del rito comenzó.
En la silenciosa iglesia tenuemente iluminada por velas, su silueta de espaldas no era menos impresionante.
Perdí el aliento cuando el clérigo colocó ceremoniosamente el velo sobre ella.
Recuperándolo solo cuando desapareció en el laberinto de pasillos y estatuas de santos.
Una gota de sangre y una vela. Una oración por bendiciones. Y todo terminó.
Esa noche todos dejamos la iglesia sin imaginar que nos despertaríamos con una insólita noticia.
Evangeline nunca salió del lago.
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suspense y thriller psicológico, romance gótico y juvenil adulto, misterio y fantasía sobrenatural
Editado: 30.10.2025