La luz del amanecer tiñe el lago de tonos dorados. El agua está tranquila, como si nunca hubiera albergado secretos.
Evangeline ya no está presa en su propio cuerpo, usurpado durante años por un espíritu.
He borrado sus recuerdos del tormento que sufrió estos últimos cinco años. La he dejado con su único familiar y le he advertido lo que ocurrirá si vuelve a abandonarla.
En su mente sigue teniendo catorce años, aunque su cuerpo ya tenga diecinueve. No puede volver a Fauclerc, no podría explicarlo. Para ellos, debe seguir muerta.
Su regreso no es perfecto ni idílico, pero está aquí. Viva.
El alma de mi tío puede, por fin, descansar en paz. He saldado mi deuda con él.
Camino lejos del pueblo. Mis pasos suenan sobre las hojas secas del bosque que ya no puedo ver.
Ahora sí, Noirelle. Estoy ciego.
Fauclerc se desdibuja tras el velo de la niebla.
Mañana nadie recordará mi nombre. Ni el tuyo.
Entro en el coche, listo para una nueva misión. Una que no llenará el hondo vacío en mi pecho.
Poniendo el motor en marcha, me alejo de la tumba pintada de rojo, decorada con azucenas carmesís. La comisura de mis labios se eleva al recordar el mensaje grabado en ella, eterno en la piedra.
"Aunque el cielo me olvide, el rojo recordará mi nombre." — Noirelle
FIN.
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suspense y thriller psicológico, romance gótico y juvenil adulto, misterio y fantasía sobrenatural
Editado: 30.10.2025