CAPITULO VI

Keydrien

Compramos la cena en el camino, Ney a correteado tanto que se duerme antes de llegar a casa, lo llevo en mis brazos y en mi otro costado voy abrazando con toda mi fuerza a Carmen como si se me fuera a perder, beso su cabeza, entramos a la casa llevo a Ney a su cama y Carmen va sirviendo lo que trajimos para cenar

-Hoy sin duda fue uno de mis mejores días-

-Lo sé- le digo -tu sonrisa no oculta nada-

-tu amor me hace bien Key-

-el tuyo, me mantiene-

Ceno en silencio absorto en su mirada y ella riendo cada vez que me cacha mirándola

- ¿te he dicho lo mucho que me gusta tu sonrisa? -

 -millones y millones de veces-

-pues esta será la millones y millones una vez que te lo diga, amo tu Sonrisa Carmen-

Me dedica otra, provocando que la ate con 50 nudos de ocho en mi corazón

Terminamos de cenar, lavo los trastes, mientras la escucho parlotear como un loro loco de sus planes de verano, estando a mediados de enero, sus deseos de entrar en la universidad, quiere ser maestra, organizar nuestra luna de miel y en ese punto es donde la interrumpo

-La gran muralla china, caminar agarrados de manos hasta que nos duelan los pies-

-si-

Seco mis manos y para evitar que continúe hablando, la beso, la levantó, apretujo su nalga obligándola a que rodee mi cadera con sus piernas, la llevo a la cama, nos besamos hasta la saciedad y es tan grato recostar mi cabeza sobre su pecho, que no sé en qué momento me quedo dormido al compás de su respiración

**

Despierto por unos pequeños piecitos que brinca sobre mi estomago

-papi epieta-

Pisa un poco más abajo

-espera pequeño hombrecito, estas poniendo en riesgos tus hermanos-

Lo levanto y lo acuesto despalda haciéndole cosquillas

-Ya papi, pada ya-

Carmen abre la puerta y se une a la guerra de cosquillas, son dos contra uno, pero no es que den para mucho las manitas de Ney, así que gano, gano la guerra de cosquillas, pero también soy compensado con escuchar el hermoso sonido que es la risa de Carmen

Dejamos la cama, mientras me dirijo al comedor con Carmen y Ney cargados como dos sacos de papas, mientras se ríen

-Yo les prepararé el desayuno-

Los siento en el comedor, Ney no aguanta y solo logro verle la cabecita cuando se baja como puede, corriendo a traer sus colores y su libro de bambi para colorear en la mesa mientras espera el desayuno. Como Carmen solo se calla bajo el agua, la escucho hablar animosamente sobre los acontecimientos del pueblo en los últimos 2 meses

Amo la paz, pero este torbellino es el único que me satisface y me encanta estar

Pasamos el día en la casa, Carmen con su afán de limpiar lo que está más que limpio, Ney haciendo torres con sus bloques, rayando las paredes y huyendo de su madre por su gran hazaña, Carmen de vez en cuando se sienta a mi lado hablando hasta por los codos, sonriendo feliz mientras yo me pierdo en el sofá riendo por la luz que transmiten mis seres favoritos, es lo mejor que me pudo haber pasado.

Así transcurre mi tarde, nos bañamos y cenamos entre risas, soy tan feliz, estos días han compensado por mucho los 2 meses que tenía sin verlos, ya mañana debo ir a la oficina y hacer las maletas para emprender otro viaje, dejando mi más preciado tesoro

-Saldré por unos tragos con unos amigos-

Asiente

- ¿me quieres acompañar?, podemos llamar una niñera -

-No, prefiero esperarte, terminar el libro que tengo abandonado y tomar chocolate caliente-

le beso la frente y me dirijo en la puerta, al tomar el pomo me ataca la indecisión, como que prefiero quedarme en casa, ella lo nota hecha la cabeza hacia atrás quitándose los lentes y poniendo los ojos en blanco

-Key, estaré bien, te esperaré despierta, disfruta amor, hazlo por los dos-

Me conoce también y hasta mejor que yo

-Te amo Carmen-

-También te amo Key-