Dónde está Carmen?

Capitulo XIV

Keydrien

Mi agenda va viento en popa, he captado inversionista para muchos clientes, entre ellos Milla que cuenta con dos ofertas, las cuales puede provechar al mismo tiempo, dando un 25% a un socio a otro 15% y a mí un 15%, quedando con un 45% por ciento de las ganancias

Mis cuentas bancarias están felices, al igual que mi jefe, mi comunicación con Carmen está bien, pero han pasado cosas que… no se las he podido contar

Llevo aquí dos meses y he pasado más tiempo con Milla que lo que quisiera reconocer, la castaña de pelo corto y ojos esmeralda me tiene atrapado, ¿Qué si me sigo sintiendo solo aun con su compañía? Si, pero no tan solo y las ganas de … de eso, va aumentando, acabando con mi raciocinio y mi lado moral

Cada oportunidad que tengo aprovecho para pasarla con ella que me coquetea abiertamente y como no puedo tapar el sol con un dedo también le coqueteo descaradamente, coqueteos que no llegan más lejos por las llamadas “pertinentes” de Carmen. Pero estos dos meses me tienen desesperado debo probarla y la probaré.

El pecado, lo mal hecho, las cosas indebidas, nunca son espontáneas, el ser humano tiende a planificarla, por días, por semanas, por meses y a veces por años, desde que vi a Milla, lo supe y desde ese tiempo lo llevo planificando, desde ese tiempo le estoy fallando a Carmen, qué más da si concluyo mis planes o si lo materializó, igual ya estoy fallando.

-ahí estas-

-aquí estoy-

me quedo como un idiota mirándola lleva puesto unos shorts cortos de talla alta, una blusa de tiros que me deja ver parte de su abdomen, y unos senos muy apretujados luchando para dejarse ver por mí, sus zapatillas y su acostumbrada mochila en forma de gatito

- ¿cine o quieres conocer nuestro hermoso puerto? - me saca del transe

-me inclino al puerto, no he visto ninguno tan bello como el mío-

-Eso porque no ha visto el de nosotros-

-deja de hablar y demuéstrame que es cierto- poncho sus caderas, ya tenemos cierta confianza

-pero, este paseo será distinto-

-umm- la escudriño entrecerrando los ojos

-iremos en patines-

-bien-

- ¿sabes montar patines? -

-si-

-vaya, yo pensé que tendría ventaja-

Sonrío – lo siento pequeña, pero soy así como una especie de chico super increíble-

-no me agradas-

Nos ponemos los patines, guardamos los zapatos en su mochila e iniciamos una carrera, la cual le dejo ganar porque no conozco el camino a donde vamos, duramos un rato patinando, viendo artistas callejeros, deportistas extremos, cenamos tacos y decimos dejar los patines y sentarnos a comer helado una de las bancas más cerca del muelle y peligrosamente apartada y oscura.

-tengo frio y el helado no es que ayude mucho-

 lo dice mientras tiembla, la rodeo con unos de mis brazos, mientras me como mi helado

-no es mucho el calor que te pueden ofrecer mi brazo, pero algo es algo –

-es lo suficiente, gracias-

Me voy comiendo el helado al ritmo que mi corazón va acelerando el ritmo, ese ritmo prebeso, lleno de adrenalina, miedo, deseo y pasión

Terminamos el helado y ella se va aferrando más a mí, no dilato mucho el tema, levanto su mentón, conecto nuestras miradas y la beso.

**

Milla

Ojalá que no note los pálpitos de mi corazón a la espera de su beso, han sido dos meses largos, me he tomado más del tiempo estipulado, es la conquista que más tiempo he tenido que invertirle, cada vez que estoy cerca de robarle un beso, le entra una llamada la cual no percibo, pero que él se aparta a contestar, sospecho que es el Caimán ese

Esta es mi noche, me repetí una y mil veces eligiendo el atuendo que traigo puesto que por cierto fue una muy mala elección, la banqueta me está congelando el culo y la brisa marina me está erizando hasta los vellos del coño y el comprar un helado como excusa perfecta para sentarnos a comerlo, no fue una excusa para nada perfecta

Terminamos el helado y me aferro más a él, invadiendo el último espacio personal que le queda, siento sus nervios mezclado con los míos, siento que su mano fría acaricia mi brazo, luego mi mejilla, levanta mi rostro mirándome a los ojos y me besa.

Por fin me besa, nos besamos, las cosas van subiendo de nivel y el frío va menguando poco a poco, lo siento menos porque ya no estoy sentada a su lado, ya me encuentro sobre su pierna

Es un beso rico, muy rico, valió la pena esperar e invertir tanto tiempo, hacemos pausa para respirar y volvemos a la carga, voy sintiendo como su deseo se va haciendo presente en su entrepierna, así como lo resbalosa que me estoy poniendo

Lo siento por Carmen, que según mis cálculos y las veces que Keydrien se la llevado la mano al bolsillo debe estar llamado como una desesperada, pero ruego para mis adentros que él no conteste y que no perdamos la conexión que tenemos



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En el texto hay: amor, odio, depresión ...

Editado: 15.12.2021

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