Dónde está Carmen?

Capitulo XV

Keydrien

La besé, nos besamos, bueno nos besamos mucho, ¿siento culpa?, si mucha, no pude pegar un ojo primero por la culpa y segundo por el deseo de que haya sido más que besos.

El nombre de Carmen me taladra el cerebro, me recrimino a mí mismo mi estado ambiguo de ánimo, me estrujo la cara con las manos, intentando disfrutar lo pasado sin remordimiento, pero no puedo, el corazón se me acelera solo de pensar que pronto Carmen me llamará para darme los buenos días y sé que los nervios me harán gaguear, ella me descubrirá.

El despertador no cumple con su función porque no he dormido nada, la angustia de contestar la llamada que está acribillando mi celular, me tiene mal, muy mal.

- ¿Aló? -

La boca me saliva sin compasión, los nervios son tan fuerte que el calambre matutino se desvanece

-Buenos días, mi amor-

La siento feliz

- ¿Qué tal todo? - investigo no sea una trampa

-perfecto, Ney y yo estamos bien, como siempre-

Habla y habla y no logro encontrar ni un poco de enojo, me recuerda que es el cumpleaños de mi padre y me pone al día de las novedades del pueblo

- ¿anoche te acostaste temprano? -

sabía que tarde o temprano la pregunta venía, evadí las llamadas que me realizó anoche, como un adolescente que anda en una fiesta sin permiso.

-sí, es que estaba cansado- miento muerto de miedo

La línea se queda en silencio, no cree, no se comerá el cuento

- ¿Qué me ocultas? - me suelta

Trato de reír -nada-

- ¿qué me ocultas? - vuelve a preguntar

-amor, nada-

- ¿de verdad? -

-si amor, estás paranoica-

-te conozco bien-

-estas loca-

-fase número de cuando me ocultas algo, llamarme loca-

-No, Carmen, no pasa nada-

-fase número dos de cuando me ocultas lago, Negación-

Suspiro frustrado y resignado

-fase número tres de cuando me ocultas algo frustración y resignación-

-amor, yo…-

Excavo en mi cerebro en busca de una buena excusa, pero solo me viene a la mente lo ocurrido hace ya casi 3 años, el error que no he podido remendar y que nunca lo haré, lo dañada que ella salió y lo desafortunado que he sido desde entonces y lo que pasó anoche, es un retroceso

-No tienes que contármelo ¿vale?, si lo que estás haciendo te suma felicidad adelante, tienes mi apoyo –

Si supiera

-no te entiendo- me hago el loco

- ¿justo ahora, te sientes feliz? –

No, ella lo sabe, no soy feliz

-Si- le miento - ¿eso que tiene que ver? -

-si estás feliz, no quiero que me cuentes, solo quiero que lo sigas haciendo-

No me pidas eso, es como darme permiso para hacerte más daño de lo que ya te he hecho, tengo este discurso en la punta de la lengua, junto con las lágrimas que me harían avergonzarme ante la población masculina

-te amo Key-

Flechas y más flechas

- y lo que quiero es verte feliz, has sufrido mucho y sé que es mi culpa-

-no mi reina- la corto, lo que está pasando es por mi culpa, mis estupideces y mis ambiciones-

-shhhh- me corta ella -Key se feliz, quiero verte feliz-

Aprieto los puños para evitar la frustración, siento un viento huracanado azotando mi pecho

-solo a tu lado lo soy-

-Te amo Key-

-Te amo Carmen-

-cuando estés listo para contarme lo que me ocultas, aquí estaré esperando-

Cuelga la llamada y me quedo con la frente apoyada en la pared y apretando el celular a mis labios, no soy feliz con la vida que llevo cada vez más lejos de ellos, la felicidad es una meta tronchada para mí.

Escuché una vez canta a Felipe viejito colombiano que arribó a Villa Hermosa cantar que los caminos de la vida no son lo que esperaba, no es lo que él creía, ni lo que imaginaba, repetíamos las letras cuando teníamos exámenes difíciles, pero nunca pensé que me estrellaría con esa realidad; mi vida no es lo que me esperaba, no es lo que creía y no es lo que imaginaba.

Mi día transcurre gris, nada me sale como lo programe, estoy distraído, las conversaciones no fluyen y debo posponer las citas usando como excusa problemas de salud

Carmen no me llama en todo el día, es típico de ella darme espacio, con Milla quedamos de reunirnos hoy en mi habitación para “ver los puntos fuertes y los puntos débiles de los ofrecimientos que hacen sus futuros y posibles socios”, pero la verdad es que me dirijo a la farmacia a comprar condones.



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En el texto hay: amor, odio, depresión ...

Editado: 15.12.2021

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