¿donde está la justicia?

Asesinó en serie uno

Juan Carlos castellano, hijo de nadie, abandonado por sus padres en un orfanato cuando era un bebé. Durante ese período, fue maltratado por sus cuidadores, quienes cada noche cometían actos sexuales, de manera impulsiva, donde todos los niños escuchan.

Una noche Juan Carlos castellano, se despierta, sale de su habitación, mientras camina por el pasillo, en la habitación de la madre superior, se escucha unos gritos de diversión mirando entre la puerta abierta, la madre superior era embestida por el jardinero.

Juan Carlos asombrado, se fue moviendo lentamente, y cuando estuvo a punto de alejarse, el suelo suena.

___¿Qué fue eso?

___ no se.....

El jardinero abre la puerta y mira a Juan Carlos.

___¿Quién es?

___ Juan Carlos.... Madre superior

La madre superior era una mujer de cincuenta años, bien conservada. Qué le gusta, disfrutar de los placeres de la carne, lejos de dar malos ejemplos, a las demás monjas.

El jardinero lo sujeto de la ropa, mira a su alrededor y bruscamente lo hace entrar a la habitación, dejando la puerta cerrada.

__¿Porque andas fuera de la cama a esta hora?

___ lo siento señor.... Tenía sed.

___ el hombre lo abofetea___ eso te pasa por mirón.

___ nos vió.....

____ tranquila no dirá nada.

___ es un testigo, mañana vienen los superiores y contará todo.

El jardinero golpeó a Juan Carlos hasta dejarlo inconveniente. Luego lo llevo lejos del orfanato, lanzando su cuerpo, por una alcantarilla. Juan Carlos navego inconveniente, por una hora, llegando al centro del drenaje.

Algo muy dentro de Juan Carlos despertó ese día, una perversa mirada, llenó sus rostro, tras una fuerte carcajada, el niño camino sin rumbo, sediento y hambriento.

Los días pasaron, las pequeñas grietas, reflejan los días, su rostro pálido, débil, sin comer o beber, la muerte tocaba la puerta, cae al suelo, apoyando su cuerpo en la pared, esperando su inminente final.

Unos sonidos, lo hacen levantar, entre la oscuridad, sus ojos se abren, saboreando a su presa antes de darle su primer mordisco. Un hombre, de limpieza, hacía sus mantenimientos habituales, sin percatarse, que Juan Carlos, había sujetando un tubo y lo golpea numerosas veces en la cabeza.

Desesperado comienza a comer, arrancando la carne de sus huesos, como un animal salvaje. Manchado de sangre, se dejó llevar por el éxtasis de su acción. Durante meses las alcantarillas, fueron testigos de asesinatos, huesos de humanos que nunca volvieron a ver.

Juan Carlos había crecido como una fiera salvaje, sediento de sangre, los ojos oscuros, las uñas largas como un felino, el cabello largo y una apariencia fuerte.

Las presas ya no bajan con frecuencia, tenía que esperar dos hasta siete días para encontrar algo que comer. Fue cuando desidio salir de la superficie, entrando por los ductos del orfanato que lo había despreciado.

Los niños dormían, cuando sus ojos brillan ante el deleite que se podía dar. Siguió caminando, escuchando en aquél cuarto, aquella voz de la madre superior, la misma escena de aquella vez, solo que era un adolescente, quién envestia su cuerpo.

Juan Carlos con cautela, le tapa la boca al muchacho y bruscamente le tuerce el cuello, con el mayor silencio posible, poniendo su cuerpo a un lado.

___¿Que sucede? Aún sigo caliente....

Juan Carlos sonríe, se baja la tela que cubre su cadera, imitando lo que hacían, la sujeto de la cadera y la enviste con tal violencia, que sus gritos salían del cuarto.

___ bien hecho..... Haz cumplido con excelencia tú cometido.

La madre superior al voltear se asustó tanto que le produjo un infarto. Victorioso, se sumerge en agua para limpiar todo el cuerpo, hasta afeitar y cortar las uñas, se viste con elegancia, llamándose el padre.

El padre camina con una sonrisa hacia sus víctimas. Tiempo después, los oficiales de la capital, enteraron tras no ver a ningún niño o alguna madre, lo que miraron fue escalofriante.

Los niños fueron abiertos, sus órganos devorados, las monjas violadas y golpeadas con látigos, mientras su asesino las penetraba. Más de cien niños fueron asesinados, veinte mujeres en manos de un supuesto padre.

El asesino había escapado hace dos días, por un callejón recordando los gritos de sus víctimas, mientras se las comió viva. Llegó una noche de luna llena, se encuentra con un vaquero alto con sombrero negro, que le sonríe.

En asesino es rodeando por una manada de lobos, lo cual sitió mucho miedo. Sabía que su hora había llegado y no podía escapar.

___ te estábamos esperando Juan Carlos.... Durante mucho tiempo haz cometido muchas muertes.

___ no se de qué estás hablando....

___ podemos oler la sangre de tus víctimas y está noche tus injusticias serán cobradas.... Jajajaja.

___¡Ah!

La manada se avalanza, y descuartizado sin dejar rastro de el.




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