Capitulo 13: ¿por qué no se llevan bien?

Estábamos tejiendo con Gael una larga tira de lana en forma de lazo la mía era amarilla, la de él roja no entendía para que era esto pero lo cierto era que él parecía saber exactamente lo que hacía y ya llevaba un larga tira mientras yo fingía que sabía y me burlaba cada vez que maldecía porque se enredaba o equivocaba pero lo cierto era que estaba super perdida y tenía un solo enredo.

La bruja había desaparecido alegando que estaba muy cansada y que nosotros deberíamos ir durante el día cuando tenía más cosas que hacer y bla, bla, bla su voz se desvaneció a medida que desaparecía en una de las habitaciones

Con Gael decidimos que nos aborrecíamos lo suficiente como para no hablarnos, así que establecimos un acuerdo no dicho donde guardábamos silencio, hasta que el empezó a maldecir:

—¡Hilo hijo del quinto infierno! —Lo escuche vociferar

Mientras tanto mi aguja se enredó en un dedo y la lana se desenrollo y trate de coger todo a la vez y lo poco que llevaba se daño y… fue un desastre

Él por fin alzo la mirada y pareció salir de su enojo debido a que me paso lo siguiente: por tratar de agarrar todo, hice demasiada fuerza a la silla en la que estaba sentada haciendo que a esta se le desbaratara una pata y por con siguiente me mandara a besar el suelo con el trasero.

Me miro mal

—Puedes tomarte algo en serio, necesitamos acabar para poder salir de aquí —habló después de como media hora que llevábamos ahí

Esbocé una pequeña sonrisa

—Lamento no ser tan buena en todo como tú —dije con sarcasmo

—Pues deberías aprender y de paso madurar, mírate te comportas como una niñata o una payasa aun no lo sé

Sentí que mi boca, mis ojos, mi cara, mejor dicho, todo mi ser formaba una cara de irritación porque había recibido siempre ese tipo de comentarios, sabía que a veces podía ser muy torpe, pero eso no le daba el derecho a la gente para tratarme como quisieran.

No respondí porque cuando me siento mal suelo guarda mucho silencio, así que simplemente me senté en el suelo e intenté tejer de manera que no perdiera mi tiempo en el proceso:

Sentí que Gael me miraba, pero yo estaba un poco dolida y enojada por escuchar siempre este tipo de comentarios, muchas veces no había podido ser yo misma porque me atemorizaba perder a las personas a mi alrededor: — No sabes tejer ¿verdad? —dijo luego de un instante

—que listo

Suspiro como irritado

—¿Quieres que te explique? —inquirio fastidiado creo que por tener que estar encerrado conmigo en un mismo espacio y del que no podía huir fácilmente

—No, gracias

—Pero estas haciendo todo mal de nuevo —insistió

—Vale

Se acercó

—Mira como se hace —mire fijamente mi lana porque estaba hundiéndome otra vez en mi misma lo que dijo me afecto porque me recuerda a todas las voces que han sonado últimamente a mi alrededor y las miradas que me da mi madre que aunque no lo dice sé que lo piensa que soy inmadura, tonta y payasa.

Sentí que todo el lugar era demasiado pequeño para mis pensamientos.

Tal vez mi cabeza era demasiado pequeña

Yo era demasiado pequeña y tonta, entonces con rapidez me aleje de Gael

—No quiero saber Gael, gracias —exclamé porque mis pensamientos iban demasiado rápido

Lo escuche maldecir

—¡agh! De verdad no te entiendo, estas haciendo todo mal y aun así no te dejas ayudar.

—Ajá —lo que debes saber sobre mi es que si mis pensamientos van más rápido que yo, me pierdo entre ellos y el silencio es mi mejor amigo, increíble para alguien como yo que le gusta hablar hasta por los codos.

—Has lo que quieras, no me importa

—A mi tampoco

—Bien

—Bien —, enfatizó

Esta vez alcance a ver como sus ojos ardían de furia.

Trate de calmarme a mí misma y comencé a desenredar la lana para iniciar de nuevo, me concentre en ello y sentí como mi respiración y pensamientos volvían a la normalidad, sentía que estaban ahí aguardando pero podía controlarlos, mantenerlos a raya.

Pasó aproximadamente una hora ya llevaba un pedacito, no mucho porque no sabía muy bien cómo hacerlo.

Gael guardaba silenció y en sí todo parecía deprimente, tal vez si éramos prisioneros de una bruja y ni siquiera nos fijábamos.

Escuchamos un ruido, ambos levantamos la cabeza en dirección a la puerta la bruja venía charlando con uno de sus gansos que esta vez no parecía maniaco sino más bien un erudito porque parecía que asentía como si entendiera, la bruja murmuraba y hablaba entre dientes, no logre entender nada y por la cara de confundido de mi compañero de hechizo parecía que tampoco.

—Chicos —pronunció y junto sus manos haciendo que sus pulseras tintinearan —¿han terminado? Necesito los hilos para un hechizo que haré pronto así que supongo que ya terminaron —cuando observo a su alrededor y vio mi pequeño avance sus ojos se oscurecieron y su voz se tenso

—Señora no tenemos practica en esto —justificó Gael

—¡No es mi problema! Tenemos un trato —vocifero sus ojos se oscurecían cada vez más, comenzaba aterrarme —debía usar todo el rollo de lana

De repente comenzó a hablar entre dientes y dar vueltas en un solo circulo y, en un sin sentido como todo lo que estaba pasando pareció calmarse y esbozo una sonrisa de oreja a oreja, no sé qué me daba más miedo si cuando parecía enojada o feliz.

—Bien, bien —pronunció a la ligera —enojarse no tiene sentido, tendré que usar una... —continúo hablando para sí misma y volvió a dar vueltas en un solo punto con una mano en su cintura

Nosotros guardamos silencio, mi corazón estaba acelerado estaba un poco asustada.

—¡Pero ustedes recibirán un pequeño castigo por este retraso! —Grito de repente —¡ahora vayan a descansar porque mañana será un largo día para ustedes chicos!

—¿Qué nos hará? —pregunté asustada

—Sera como una amonestación querida, nada grave —guiño un ojo y comenzó a oler los rincones de la estancia donde estábamos —¿por qué siento una energía rara aquí? ¿siguen si llevarse bien? Detecto negatividad aquí, ustedes dos están enojados, tranquilos mi castigo les servirá ambos —declaró — la energía no es muy pesada necesitare sándalo, sí, será suficiente —de nuevo comenzó a hablar para sí misma