Pasan los días, siempre la misma rutina, busco mi oportunidad para salir de aquí. Este brazalete algo malo puede hacerme, pues he visto a la mayoría de las personas que tienen quemaduras en donde tienen el brazalete, algunos sus quemaduras son mas pronunciadas, seguro que este brazalete debe darte algún tipo de descarga eléctrica y quemar la piel. Debo tener cuidado, pues lo deben activar los guardias.
Busco la forma de salir de aquí, miro a mi alrededor, buscando algo para defenderme de los guardias. Voy pensando en mis cosas, cuando aparece la chica maleducada, creo que se llama Nilsa, me arroja los cubos y me dice algo. Debo ir a llevar agua a los hombres dentro la mina. Está vez debo ir sola.
Lleno los cubos de agua y me dirijo hacia la mina, les voy dando agua y ellos me dicen lo que supongo es "gracias". De repente se oye un fuerte golpe, me giro y veo un hombre dándole fuerte con la pala a un guardia. Otro guardia se le acerca saca su espada y le corta el brazo, le sale mucha sangre, me quedo en shock por la brutalidad de la escena. Un hombre me coge del brazo y me saca de la mina, me dice algo y me señala que vaya con las mujeres, en cuanto intento ir, un guardia me coge del brazo y me lleva otra vez dentro de la mina. Tienen el hombre sin brazo en el suelo, ha perdido mucha sangre, pero parece vivo, puesto que su pecho sube y baja. Los guardias me miran y me dan un trozo de tela y el cubo de agua que deje antes. Voy hacia al hombre en el suelo e intento parar la hemorragia con la tela que me han dado, pero un guardia me golpea, ¿A que ha venido esto? Este guardia dice algo gritando, los hombres de la mina bajan la cabeza. El guardia me alza y me arroja hacia un lado de la mina, me doy un fuerte golpe. El hombre que intento sacarme me mira preocupado. Creo que sabía lo que pasaría e intento sacarme antes de que sucediera, creo que los guardias querían dar una lección a todos, con lo de no enfrentarse a ellos y no ayudar a nadie, haciendo que yo reciba un fuerte golpe.
El guardia mira al hombre sin brazo, le dice algo, saca la espada y le corta la cabeza, hago un grito ahogado. Acabo de presenciar un asesinato. Los hombres cogen el cadáver y se lo llevan fuera de la mina. Yo me quedo allí parada sin saber que hacer. El hombre de antes me ayuda a levantar, me da los cubos y me señala para que me vaya.
Me dirijo hacia dónde están las mujeres, algunas las veo que lloran, pero no paran de hacer sus tareas, ya saben que han matado a un hombre. Ahora tengo miedo de intentar salir de aquí, si lo hago me matarán, debo pensar muy bien si quiero salir, seguro necesitaré la ayuda de ellos. Pero, parecen muy asustados. Debo aprender su idioma para entender.
Los días pasan, ya no sé cuánto tiempo llevo aquí, quizás semanas. Si intento ayudar a alguien me golpean los guardias. Salir de aquí de momento no es una opción, ya que si logran cogerme pueden matarme, ya vi que no tienen contemplación con nadie. Ondina me va enseñando su idioma, voy aprendiendo palabras, de momento las principales, colores, números, plantas del huerto, animales.
Los meses pasan, seguimos la rutina con las tareas que nos imponen. Los árboles empiezan a cambiar de color, signo de que empieza el otoño. Mi vocabulario es más extenso, ya puedo hacer frases y seguir conversaciones, me advirtieron que no ayudase, pero yo sigo en mis trece e intento ayudar si puedo. Pero si los guardias me descubren, recibo una paliza. La mayor parte del tiempo mi cuerpo está lleno de golpes. Los hombres de la mina me dan las gracias cuando les llevo agua, y se separan rápido de mi para que no me castiguen, a su manera quieren ayudar. Ahora entiendo que las mujeres no quieren llevar agua a la mina, es como ir al infierno, si vas los guardias golpean porque si. Pero igualmente lo hago, les quiero ayudar, los hombres necesitan agua.
No nos permiten hablar entre nosotros, ya que creen que planificamos una forma de escapar. Y si ven que puedes escapar, te castigan en el patio central, nos llevan todos allí y vemos el castigo, para intimidar y amenazar a quienes no cumplan. Incluso un par de veces han llegado a matar.
Los meses pasan ya es invierno, siempre nos llevan a las celdas antes que anochezca, le pregunté a Ondina porque nos llevaban antes del anochecer. Me dijo que era porque de noche nos podría ser más fácil escapar, al estar oscuro nos podríamos ir sin ser vistos. Ya me imaginé que fuera por algo así. El invierno es muy frío, algunos han muerto por hipotermia durante la noche, me duele mucho no haber podido hacer nada por ellos, siempre se me salta alguna lágrima, pero Ondina me intenta animar ya que dice que es su libertad. Pensar que mi libertad debe ser la muerte, me estremezco, yo quiero vivir, regresar con mi familia, mis amigos, recuperar mi vida. Ni siquiera sé si siguen buscando o habrán perdido la esperanza y me consideran muerta.
He aprendido que mejor no acercarme a Nilsa, pues tiene tratos con los guardias, y se lleva mejor comida y no tiene tantas tareas como las demás, a veces se va con algún guardia a escondidas, creo que les da sexo a cambio de favores. La chica se cree superior a nosotras y nos da órdenes. Los guardias ríen de nosotras y no le podemos llevar la contraria. Aún así ella sigue siendo una esclava como las demás, sólo que ella se cree más por vender su cuerpo, eso está mal.
Los meses pasan y ya empiezan a salir las flores, las cosas no cambian, me golpean siempre, mi cuerpo no le da tiempo a recuperarse. Mi pelo es más largo pero está tan sucio y con tanta mugre que no se aprecia mi color natural, Ondina me hizo una trenza para que no me molestará, para mi es como mi segunda madre, le agradezco todo lo que hizo por mi, ha tenido tanta paciencia conmigo, es la única que me ha ayudado, los demás no quieren acercarse a mi. Los hombres de la mina, se alejan por miedo a que me den más golpes. Así que mi interacción social es sólo con Ondina.