Donde la sangre es tinta.

Arte.

El mundo está lleno de arte, música, pintura, escultura y escritura, pero hoy quiero hablar del arte de la de la belleza, de las puestas de sol, el del cantar de las aves, la del sonido de la lluvia cayendo en el paisaje, el de los sentimientos. Tu arte.

El arte con el que caminas, el arte con el cual tu cabello danza al viento y tu mirada se posa en la mía dejándome sin aliento.

El arte con el que tus palabras calman las sombras de mi ser y las exilian como simples niños pequeños y no como los monstruosos que solían ser.

El arte para ignorar lo que siento, mis miradas furtivas, y las ganas de quererte aunque no me quieras ni por momentos.

De la habilidad para meterte en mis sueños y me hagas pensarte sin necesidad de hablarte, ni estar sentado al lado tuyo mirándote como quien llega a amarte.

El arte de como actúas para la vida y el tiempo, con mucha gracia y talento. Bellas tus fracturas y grietas, tus imperfectas partes que no puedo soportar en silencio.

Por eso te escribo, por eso te plasmo, porque no puedo tenerte. Ni dejar de verte dentro de mi mente.

Tu arte es el de estar viva, el mío el desear la vida.




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