Luo Binghe maldijo por debajo.
Aún no se quita la sensación de derrota de esa versión suya que considera lamentablemente. Pero lo que más hacía arder su pecho era recordar la mirada, la bondad, y la preocupación de un Shizum que no era el suyo.
Adolorido dió unos pasos acomodando antes sus huesos y pensando ir pronto a su harem buscando olvidar la sensación entre sus manos de aquel que casi hizo suyo y que aún así, a pesar de probar su primera mano, había decidido quedarse con aquel otro "yo".
Por ello se giró con brusquedad recibiendo un golpe contra su pecho y viendo caer al suelo a un muchacho con el cuál acababa de chocar. Es delgado, alto y aún ante la grosería que masculló entre dientes y su mal vestir, había elegancia y clase en sus movimientos. Y su rostro…
Solo un segundo bastó para que esos ojos se posaran en los suyos para hacerlo reaccionar. De un momento a otro lo agarró del cuello aprisionandolo contra un árbol.
Luo Binghe con rencor exclamó "Shen Qingqiu"
Y como respuesta su víctima que solo mostró temor una fracción de segundo al verse atacado sorpresivamente, respondió "¿Quién es ese?"
La respuesta que recibió lo confundió, más cuando comenzó a darse cuenta que aquel aún tenía, bien puestas, sus cuatro extremidades. Y al examinar su rostro luce demasiado joven para ser el mismo maestro que lo torturó y al cual le devolvió cada dolor hasta dejarlo convertido en un dorso humano.
¿Qué ha pasado? Acaso su espada se equivocó y lo hizo dar un salto a otro mundo alterno, o este es el suyo mucho antes de convertirse en un discípulo de Pico Qing Jing y en el cuál Shen Qingqiu aún era solo un joven llamado Shen jiu.
Soltó su agarre del cuello de su víctima aún confundido por su situación para luego examinarlo con mayor atención. Ni sus ropas ni su peinado lucen tan elegantes ni le dan ese aire de superioridad como cuando era el maestro de Pico Qing Jing pero aún hay maldad y envidia en esa mirada, aún a pesar de su juventud es el mismo bastardo infame que conocerá en años más. Apretó los dientes a pesar de la cautela con que Shen jiu lo contempla sin decir palabra alguna.
"Si lo mato ahora podría hacer que mi futuro como discípulo sea distinto…"
Tal vez no sería como el de ese Luo Binghe mimado de ese otro mundo alterno, pues en el suyo nunca existiría Shen Qingqiu. Pero sería mejor que su versión actual que aunque no quiera reconocerlo, después de conocer ese otro mundo alterno ,siente un vacío y una soledad que le asquea.
Estaba a punto de sacar a Xin Mo de su funda cuando una voz los interrumpió.
Aquella repitió continuamente el nombre de su acompañante "¡Shen jiu!".
El aludido se estremeció al escucharlo. Y sin mediar palabras tomó la manga del desconocido que antes intentó ahorcarlo haciendo que se arrodillara en el suelo para luego hacerle un gesto para que guardara silencio.
Luo Binghe pestañeo rápido al darse cuenta de su docilidad. Sin embargo, no alcanzó siquiera a cuestionarse antes de que otra vez la voz volviera a interrumpirlo. Entre los arbustos pudo ver quién era el que llamaba con tanta insistencia a Shen jiu. Aún más joven, aún siendo solo un discípulo, ver la bondad en su rostro, las ricas telas que llevaba encima y esa espada dentro en su vaina. No podía ser ni más ni menos que Yue Qingyuan.
¿Por qué Shen jiu se escondía de quién, entre todas las personas, fuera el único que pareció mostrarle afecto, y que incluso fue atraído con la carta de sangre de Shen Qingqiu a su muerte tal vez sabiendo que era una trampa? Sí, sabe la respuesta, su "Shizum" siempre fue un bastardo mal agradecido…
Susurró por lo bajo luego notando la mirada dolida de un joven Shen jiu ¿Que relación habrá habido entre esos dos? La curiosidad le pica o tal vez algo más ha despertado dentro de sí luego de su viaje a ese mundo alterno. Con rabia apretó la empuñadura de su espada.
Shen jiu se puso de pie sacudiendo sus ropas y le dijo "Bien, no sé quién eres ni tampoco es algo que me inquieta, sigue tu camino, yo seguiré el mío esperando no volver a encontrarnos"
Luo Binghe no pudo evitar la risa sarcástica que brotó de su interior al escuchar eso último, el deseo es mutuo, pero sabe que su "yo" más joven tendrá en años posteriores un desafortunado encuentro con aquel. Con un maestro cruel y envidioso.
Y acercándose al desafiante pero inseguro Shen jiu, le dijo en forma amenazante "Iré dónde tú vayas"
"No voy a perder la oportunidad de matarte"