Donde nacen los lirios

Capítulo 9: Amigos (parte 1)

Con renovado entusiasmo se dedicaba a hacer delicados trazos en el pliego de papel, con cada pincelada sentía que su ser se relajaba, llevándola a un estado de satisfacción que solo podía alcanzar cuando se dedicaba a hacer esa actividad que tanto amaba: Pintar. Los últimos días Megan no la había molestado, dándole nuevas esperanzas de que finalmente su vida escolar saldría de la marginación.

−Hola Sarah, ¿Haciendo tarea?

−No, solo estoy pasando el rato−respondió, estaba tan inmersa en su obra que no había escuchado en qué momento Keythan entró a su habitación.

−Te noto tranquila.

−Lo estoy−respondió, mezclando colores azules para dar forma a un cielo precioso e inmenso.

−Me gusta que seas feliz−Keythan se sentó a su lado, sosteniendo su cabeza en la palma de su mano, observándola pintar. Cuando lo hacía enfocaba su mirada con tal pasión que se veía curiosa, un par de años más chica, con un brillo en sus ojos color miel tan bonito que era imposible no sentir cariño por ella, después de todo era su hermana pequeña.

−He hablado con Megan.

Solo entonces, con la sola mención de ese nombre, Sarah salió de su aturdimiento creativo, alzó la mirada de su pintura mirándolo totalmente desconcentrada, con cierto nerviosismo invadiendo sus gestos.

−Descuida, no le dije nada a cerca de ti−Le avisó quitando su mano del mentón.

−¿Y qué te dijo?−Mordió la parte inferior del pincel, haciéndole marcas con sus dientes.

−Bueno, fue una plática corta−contestó un tanto pensativo, sin ahondar en explicaciones, que le hicieran saber a Sarah que en realidad no había sido una plática, sino varias platicas...Y muy extrañas.

Aunque dudaba que el término "platica" fuera adecuado para la interacción que había tenido desde la primera vez con Megan, que más bien se asemejaba a un duelo de réplica y consecuente contrarréplica de parte de ella, pero tampoco sabía de qué forma podía explicarle a su hermana pequeña la extraña relación que había entablado y que ahora mantenía con esa chica.

−Pero, ¿Qué le dijiste?−Sarah dejó el pincel en la mesa y junto las manos en su regazo. Su voz se percibía preocupada. Los días anteriores Megan no se había ensañado con ella, aunque sin duda eso también se debía a que había redoblado sus esfuerzos por evitarla a toda costa, tratando de pasar desapercibida a todas horas, oculta detrás de sus libros.

−No te alteres, o dime ¿Te ha hecho algo?

−No. Supongo que de algo le ha servido tu charla; el pequeño porcentaje de neuronas que le queda ha de estar muy ocupado procesando todo lo que le has dicho, y por eso no me molesta−Dijo Sarah riendo.

Keythan también se rió.

−Tal vez ella no es tan mala...

−Sí, tal vez−Sarah asintió con la cabeza, pensativa, aunque mostrándose reacia ante la idea de aceptar semejante corazonada que más que mostrar algo de cordura parecía una absoluta locura−¿Lo tomó bien? Quiero decir, ¿Crees que cambie?−Preguntó ilusionada.

−Sí, ¿Por qué no? La he notado menos reacia. O por lo menos no la he vuelto a ver haciendo bullying y las veces que nos hemos encontrado no he tenido la necesidad de repetirle nada.

Durante los últimos días se había cruzado con Megan en ocasiones pero solo la había saludado brevemente, no quería confundirla y que ella se imaginara cosas raras si se acercaba mucho, daría la impresión equivocada de que la asediaba. También la había visto en otros momentos, sin que ella, tan distraída como era, reparara en ello.

−¿Así que se han encontrado varias veces?

La pregunta le hizo gracia, especialmente por la mirada aprensiva de su hermana, y su tono de voz que insinuaba que no era apropiado.

−Unas cuantas. ¿No crees que es mejor que se convierta mi amiga?

−Genial, eso era todo lo que me faltaba. ¿Mi hermano tratando de hacer amistad con mi peor enemiga? ¿Por qué no lo imagine desde un principio? Conociéndote debí de haberlo sabido−Sarah hizó un mohín que expresaba su descontento. Su hermano era muy sociable, le admiraba porque él era capaz de hablar con todo el mundo sin intimidarse, y era algo que a ella le hubiera gustado poder hacer, su personalidad tan despreocupada y tranquila hacia que en seguida los demás se sintieran a gusto en su compañía, ganándose la estimación también de sus allegados.

−Lo hago por ti−se defendió Keythan riendo, sus obscuros ojos derramaban regocijo.

−Mañoso, le diré a July−Le amenazó, medio en broma, medio seria− ¿Ahora resulta también te gusta hacer amistad con jovencitas? ¡Oportunista! Noah tenía razón no desaprovechas tu tiempo, te estas volviendo como él.

−¿En serio piensas que soy como Noah?−Se hizo el ofendido.

Para él no todo era bueno, su personalidad le había traído discusiones con su novia, puesto que por lo mismo varias chicas atrevidas de la universidad se le acercaban a él con la intensión de pasar algún rato "divertido"; aunque su apariencia sin duda también contribuía a que les resultara tan agradable. Él rechazaba tales oportunidades. Oportunidades que sabía que sin duda su hermano nunca dudaría en dejar pasar, él en verdad era un mujeriego empedernido que huía de los compromisos. En cambio Keythan era amable pero nunca llegando a caer en el coqueteo. Sería el colmo que aparte de eso Juliette se enterara que tenía supuestas amiguitas mientras hacia su labor social en la escuela de Sarah.



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En el texto hay: adolescente, romance, drama

Editado: 19.03.2019

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