Donde nacen los sueños prohibidos

Capítulo 4: Secretos entre los árboles

Arisse y Caelen avanzaban por el bosque mágico, sus pasos suaves sobre la hierba luminosa. Cada hoja que tocaban parecía vibrar con una energía propia, y pequeñas criaturas volaban entre ellos, iluminando su camino con destellos de colores imposibles.

—No puedo creer lo que vimos —dijo Arisse, su voz un susurro—. Pensé que éramos los únicos aquí… que estos encuentros eran solo nuestros sueños.

—Yo también —respondió Caelen, frunciendo el ceño—. Este bosque… parece tener vida propia. Y ahora, hay alguien más…

Ambos caminaron más profundo, siguiendo senderos que parecían cambiar de lugar a cada instante. Se sentían extraños, con un leve escalofrío recorriéndoles la espalda, mezcla de emoción y sorpresa.

—Debemos intentar encontrarlo —dijo Arisse, apretando suavemente los puños—. Tal vez él tenga respuestas sobre este lugar… o sobre nosotros.

—Sí —dijo Caelen—. Pero debemos tener cuidado. Este bosque tiene secretos que no siempre se revelan a quien quiere verlos.

Mientras avanzaban, miraban cada rincón, cada sombra, cada destello de luz, con la esperanza de encontrar al chico desconocido. Su presencia había dejado una marca que no podían ignorar.

—Es extraño —murmuró Arisse, con la mirada fija en un árbol que brillaba más intensamente—. Todo esto parece real… pero también siento que no debería existir.

—Eso es porque estamos soñando —dijo él, con calma—. Pero incluso los sueños pueden enseñarnos cosas… y a veces los secretos se esconden donde menos lo esperamos.

Caminaban en silencio por un largo rato, explorando, preguntándose por qué solo ellos creían conocer este lugar, y por qué un extraño había aparecido entre los árboles. Cada paso los llenaba de curiosidad y también de una ligera inquietud.

De repente, Arisse sintió que la realidad la llamaba con suavidad. Parpadeó, y el bosque comenzó a desvanecerse, las luces se apagaron lentamente, y la sensación de magia desapareció con un suspiro. Se despertó en su cama, con el corazón latiendo acelerado y una mezcla de confusión y emoción recorriéndola.

Se sentó, abrazando sus rodillas, tratando de procesar lo que había ocurrido. Sus pensamientos giraban sin parar: ¿Qué era ese bosque? ¿Quién era el chico que había visto? ¿Por qué se sentía tan familiar?

Sacó su cuaderno, buscando escribir cada detalle, cada color, cada sensación que había vivido. Su curiosidad se volvió casi obsesión, y decidió que debía encontrar información sobre los sueños que estaba teniendo, sobre el bosque, sobre lo desconocido que la estaba llamando noche tras noche.

—Todo esto… tiene que significar algo —susurró—. No puede ser solo un sueño.

Y mientras miraba la ventana, con la luz de la luna filtrándose en su habitación, un pensamiento recorrió su mente:

Porque en los sueños, a veces los secretos no solo se esconden… también esperan ser descubiertos, y lo que está por venir podría cambiarlo todo para siempre.✨️




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