Donde nadie habita

Entrada Especial - Observaciones personales.

Fecha aproximada: 13 de septiembre.

Personas en San Viator (hasta ahora):

Don Horacio - El casero.

Hombre mayor. Voz seca, mirada como de madera vieja. Me entregó las llaves sin preguntar nada sobre mí, lo cual agradecí.

Me dio una advertencia directa: no abrir el sótano. Lo dijo como quien repite algo sin emoción, pero sus ojos... sus ojos miraban otra cosa mientras hablaba.

Sus manos tiemblan, pero su pulso al darme las llaves fue firme. Tiene esa energía de quien ha hecho cosas solo para sobrevivir.

Me ofreció pan la primera noche. Sin sal. Sin olor. Como él.

Elena Rivas - Yo.

Llevo tres días aquí. El tiempo es distinto. No lo digo poéticamente: realmente es distinto. Siento que han pasado semanas.

Aún no he pintado un solo rostro que reconozca, y sin embargo siento que todos me miran desde el lienzo.

Me cuesta dormir. Ayer me desperté con los dedos manchados de pintura roja. No había encendido la lámpara, pero el trazo era perfecto.

Me asusta lo fácil que es estar sola aquí. Y que nada me duela.

*Nota mental*

Hay alguien más en este edificio. Lo escucho por las noches. No sé quién es, pero se mueve. Respira lento. No hace ruido... como si me esperara a mí.




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