Donde Nadie Nos Encuentre

Capítulo 23: “Cuando el futuro pide espacio”

Habían pasado dos años desde que Yoon volvió de Italia.
Dos años de crecimiento juntos, en Libre, en el amor y en la vida.

Yoon había comenzado a trabajar como intérprete, usando su inglés e italiano para abrir nuevas puertas.
Axel, por su parte, había ampliado el estudio. Más espacio, más talleres, más proyectos.
Su arte empezaba a recibir reconocimiento, y el dinero ya no era una preocupación constante.

Pero en medio de ese éxito, Yoon sentía un vacío que no sabía cómo nombrar.
Miraba a los niños jugar con sus padres en Libre.
Observaba a Paula y Mateo, riendo, corriendo, aprendiendo juntos.
Y en silencio, se preguntaba: ¿qué pasaría si nosotros también pudiéramos?

Una noche, después de una larga jornada de trabajo, Yoon llegó a casa con esa pregunta pesada en el pecho.
Axel estaba en el estudio, revisando unos diseños, cansado, pero con una sonrisa.

—Axel… —comenzó Yoon, nervioso—, he estado pensando… Quiero que seamos padres.

Axel levantó la vista, sorprendido.
No era una conversación que esperara esa noche.

—¿Ahora? —respondió, con cuidado—. No sé si estoy listo.

—¿Por qué? —preguntó Yoon, con la voz quebrada—. ¿No lo quieres? ¿O es otra cosa?

Axel dejó el lápiz y respiró profundo.

—No es que no quiera. Es que… tengo miedo.

Yoon frunció el ceño, confundido y dolido a la vez.

—¿Miedo? ¿De qué?

—De repetir la historia. De no ser suficiente.
De que nuestro hijo crezca con cicatrices que no podamos sanar.
De no saber cómo será su vida con dos padres como nosotros.
No quiero que sufra por cosas que ni siquiera puedo imaginar.

Aquella noche, Axel le contó todo.
Sus traumas, las heridas que arrastraba desde niño.
El abuso, el abandono, el miedo a no ser capaz de proteger a alguien que dependa de él.

Yoon lo escuchó en silencio, dejando que cada palabra calara hondo.

—No estás solo en esto —le dijo finalmente—. No tienes que cargar ese miedo solo.
Podemos aprender juntos, como siempre hemos hecho.

Axel lo miró, con lágrimas contenidas.

—Gracias por no rendirte conmigo.
Por querer un futuro conmigo, aunque a veces yo tenga miedo.

Yoon tomó su mano, fuerte.

—Ese miedo no nos define.
Nosotros definimos quiénes somos.
Y yo quiero construir ese futuro contigo.

La conversación no resolvió todo de inmediato, pero abrió una puerta.
Un espacio donde el amor y el miedo podían convivir.
Donde la verdad de ambos podía ser escuchada sin juicios ni prisas.

Porque a veces, el mayor acto de amor es aceptar que no siempre se tiene todo resuelto.
Que a veces, hay que caminar juntos con dudas, con esperanza, y con la certeza de que el camino se hace al andar.



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En el texto hay: superacion union, romancejuveniel, lgbt+

Editado: 21.08.2025

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