Donde rompe el silencio

CAPITULO 2 "EL OTRO LADO"

Había tenido un sueño extraño en el que me encontraba frente al río, mirando el agua, y en ella un espejo que no reflejaba mi imagen, sino que mostraba su otro lado. Sam estaba ahí, mirándome como sin quisiera decirme algo, pero no podía hablar. Solo me observaba en silencio, con una intensidad que me dejaba inquieta.
Me desperté con un frío helado soplándome en la espalda, me incorporé y miré hacia afuera; el clima estaba extrañamente calmo, casi detenido en el tiempo, y apenas quedaba algo de nieve cubriendo el suelo. Me preparé un café, como todas las mañanas, buscando algo de calor entre las manos, y mientras lo tomaba no podía dejar de pensar en ese sueño. ¿Y si el río me estaba queriendo decir algo?
Terminé el café y me preparé para salir hacia el trabajo. Al caminar por las calles noté otra vez lo mismo: no había nadie. Como si el pueblo se hubiese esfumado, tal vez solo era mi superstición, tal vez solo yo lo notaba. Mis pasos dejaban huellas en la poca nieve que quedaba, y fue entonces cuando me hice otra pregunta: ¿no estamos en invierno? ¿Por qué el río no está congelado y hay tan poca nieve?
No estaba entendiendo qué pasaba.
Al llegar al almacén abrí la puerta y me di cuenta de que faltaban cosas. Fui al depósito a buscar lo que necesitaba para reponer, mientras trataba de convencerme: Tal vez solo me estoy haciendo ideas con todo lo que está pasando. En la televisión aparece gente todos los días. Solo de este lado del pueblo no debe haber movimiento. Ya todo se normalizará...
Intentaba calmar ese sentimiento de inquietud que me estaba carcomiendo por dentro.
Mientras terminaba de ordenar los productos del almacén escuche la campana avisándome que alguien había entrado.

«Tin - Tin»

Sin mirar dije.. — Hola, que tal?.

—¿Hola qué tal? —escuché tu voz desde el fondo. ¿Así saludas a una vieja conocida que viene a sacarte del bucle en el que estás metida? Qué poco drama le pones a la vida, Azul... ¿Tenés unos minutos? Porque hay algo que te quiero contar...

Yo. —Aurora, no te había visto, como haz estado tanto tiempo?, que es lo que me quieres contar?— Aurora era una vieja conocida de la escuela, ella era la persona mas extrovertida que había conocido, siempre hablaba con todos, era una de esas personas que no te podia caer mal, aunque nos perdimos el rastro mucho tiempo por que ella se fue afuera a trabajar.

Aurora —¿Cómo he estado? ¡Ay, Azul! ¿Qué quieres que te diga? Me fui, volví, trabajé en cosas aburridas, me peleé con un ex, me teñí el pelo de rojo, me lo arruiné, volví a ser yo... Lo de siempre. Pero no vine por mí.— hizo una pausa — Vine por vos. Y por Sam.

Yo. —Por mi?.. y Sam?, que es lo que ha pasado?— Dije sin entender por que me relacionaba con Sam.

Aurora —Tuve un sueño raro. Muy raro. Y no sé cómo explicarlo sin sonar como una loca, pero... Sam estaba ahí... No como un recuerdo, estaba viva, y me miraba desde el otro lado del río.—Guardo silencio un momento, dejando que el peso de sus palabras caiga entre nosotras.—¿Vos también la viste, no? Decime que no estoy sola en esto..

Si, tuve ese sueño, como era posible que haya tenido el mismo sueño que yo? y si era asi, a caso habia mas gente que habia tenido ese sueño? con un tono de voz cerrado le respondí. —Si, te entiendo, pero no se que quieres decirme con eso—

Aurora me miro fijo y dijo. —Lo sabía, no fue un sueño cualquiera, sentí que si me quedaba un segundo más, podía hablar con ella., como si estuviera atrapada, como si... necesitara que la busquemos.— Se quedo callada por un momento, mirándome. —Sé que esto te afecta más de lo que dices, y si quieres que me calle y me vaya, lo haré. Pero si hay una parte tuya que todavía la siente cerca... entonces necesito que vengas conmigo.—

No sabía que responderle, a donde queria que vaya con ella?, me estaba involucrando en esto como nunca lo habia hecho con nada, entendia que Sam necesitaba ayuda, o eso creía por lo que habia visto en ese sueño, y por lo que Aurora me conto que vio tambien. Abri los ojos y la mire como si me hubiese congelado con lo que dijo y le respondi. —A... a donde quieres ir? que es lo que quieres hacer?—

Ella sostuvo su calma, para que yo no me sienta intimidada con lo que me estaba diciendo, supo que dentro de mi asombro había algo de interes por lo que me iba a proponer. —Quiero que vayamos al otro lado del río —dijo con firmeza, pero sin sonar impulsiva—. No por curiosidad... bueno, un poco sí, lo sabes, soy así. Pero más que nada, porque siento que Sam está allá. Que algo de ella quedó atrapado. Y que, por alguna razón, vos y yo estamos conectadas con eso.— Se acerco un poco, bajando la voz, como si lo que iba a decir necesitara ser dicho así. —Azul... vos no sos de salir a buscar respuestas a lo loco, eso lo sé. Siempre te quedás observando, sintiendo todo como si el mundo entero pasara por dentro tuyo. Y eso, lo que muchos ven como debilidad, es en realidad lo que puede guiarnos. Porque vos sentís cosas que los demás no sienten. Y eso importa. Mucho más de lo que creés.—

Lo que me estaba proponiendo me causaba mucha curiosidad, desde el dia en que aparecio Rutt yo fui al borde del rio como si este me llamara, esperando ver algo del otro lado, sin lograrlo, era una locura, pero creo que una parte de mi tambien me estaba llamando a hacer eso. Con mucha insertidumbre dentro mio, y con un tono de voz convencido pero con miedo le respondí. —Esta bien, lo podemos hacer, pero no quiero que estemos del otro lado de noche, podemos ir en la mañana y volver cuando este atardeciendo, a mi tambien me genera curiosidad todo esto.

Me sonrió, pero no fue una sonrisa de alivio ni de triunfo, sino una de esas que aparecen cuando algo muy profundo se alinea, como si por fin una parte del mundo empezara a tener sentido.
—Perfecto —dijo, y su voz sonó más cálida, más tranquila también—. En la mañana entonces. Vamos con tiempo, con claridad... no te voy a dejar sola ni un segundo. Apenas crucemos, marcamos bien por dónde volvemos. No quiero que se vuelva una locura, ni mucho menos un impulso sin salida.— Fue hacia el mostrador y apoyo las manos, como si necesitara tocar algo firme. Me miro otra vez, reconociéndome en esa mezcla de miedo y coraje que siempre tuve. —Te prometo que si en algún momento algo no te hace sentir segura, volvemos. No estamos yendo a buscar fantasmas, Azul. Si Sam está allí, si nos está llamando, entonces que sepa que no la vamos a dejar sola.—



#621 en Joven Adulto
#205 en Paranormal
#75 en Mística

En el texto hay: misterio, novelajuvenil, drama

Editado: 26.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.