Donde tú caminas -Dorsetshire 2

Capítulo 15

Sin querer ha salido maratón ( hasta me asusta)

Espero les guste y no se mal acostumbren, que esto debe ser influjo de alguna conjunción estelar o algo

Abrazo grande

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En los primeros días de abril, cuando Beth volvía de la casa de las hermanas Alistair cuando volvió a toparse con Gabriel Devereaux, aunque ella no estaba en las mejores condiciones.

-¡VOLVIÓ! – gritó apenas verlo y se acercó presurosa a él. Luego apoyó sus manos en su cara –Es real- aseveró y Gabriel la miró estupefacto.

-¿Beth Lawrence está usted borracha? – preguntó luego de observar atentamente a la muchacha. Estaba levemente sonrojada, con la mirada un poco desorientada y un ligero aroma a alcohol.

-Borracha jamás, soy una dama. Solo un poco ¿achispada?- respondió. Él la tomó levemente de la cintura para apartarla un poco.

-¿Qué sucedió?

-Estuve ayudando a las hermanas Alistair a hacer sus licores.

-Y a probarlos por lo que veo.

-Sí, eso también.

-¿Y a nadie se le ocurrió detenerse?

-Es que no se ponían de acuerdo sobre quién de ellas hace el mejor licor y trataron de que yo fuese el jurado...

-¿Y no quiso herir sus sentimientos?

-¿Va a volver a vivir a Londres? – preguntó ella cambiando de tema.

-No, y ahora hasta temeré irme por un par de días.

-¿Trajo una elegante prometida de allá? Eso dicen, ¿sabe? Que tiene una mujer en Londres, a lo mejor una condesa, o la hija de un duque...

-No tengo mujer en Londres.

-Me alegra – dijo ella sonriendo y luego se marchó.

-¿Dónde va?

-A casa.

-Será mejor que la acompañe, y no por los caminos principales. Sería un desastre si alguien la ve en ese estado.

-¿Y si me ven con usted?

-No sería un desastre sino un adelanto de acontecimientos – mencionó pero ella , en su estado, no alcanzó a entender.

-Puedo ir sola- insistió

-Lo dudo. Vamos, iremos por el bosque.

-¿Y si los elfos de Jo no nos dejan pasar?

-¿Los elfos de Jo?

-Sí, estoy convencida que mi hermana es mitad elfo, y debe haber algún Rey Elfo enamorado de ella, por eso está tan rara últimamente.

-Estoy seguro que si los elfos conocen a su hermana, nos dejaran pasar porque su hermana la adora tanto como usted a ella.

-Eso es verdad.Y deben ser elfos encantadores o Jo no se juntaría con ellos.

-Vámonos- dijo y la tomó de la mano para quitarla del camino principal, estaba preocupado porque alguien los viera. Había tratado de regresar lo más pronto posible y lo último que había imaginado era volver a encontrarse con Beth y que estuviera borracha, o "achispada" como ella le decía. Y mucho menos hubiera esperado que las dos ancianas Alistair tuvieran la culpa. Aunque tampoco estaba enfadado, de hecho esa Beth también era encantadora y además estaba preocupada porque él tuviera una mujer en Londres y feliz de que no fuera cierto. Y por la forma en que había actuado al verlo, parecía haberlo extrañado o algo parecido. Por lo pronto debía llevarla a casa, a salvo. Siempre había deseado acompañarla pero nunca había imaginado que sería en aquella situación.

El trayecto por el bosque puso a prueba sus nervios al tiempo que le confirmó que una vida con Beth Lawrence nunca sería aburrida.

Debió perseguirla para evitar que se cayera, mientras ella, a su vez, perseguía una mariposa

La esperó mientras juntaba tréboles, y hasta la ayudó a recogerlos.

Escuchó su disertación sobre los licores de las Alistair.

-El de frambuesa de la señorita Charity era mejor, pero no podía ofender a la señora Temperance. Además ella hace la mejor sidra especiada de toda Inglaterra, debiera probarla alguna vez.

-Lo recordaré- dijo Gabriel

-Debieran llegar a un acuerdo alguna vez, siempre nos ponen en aprietos al ser tan distintas. Jo y yo somos distintas pero podemos comunicarnos bien- mencionó sobre el eterno desacuerdo de las Alistair respecto a casi cualquier tema.

-Ser diferentes no implica conflictos- acotó él mientras la guiaba, ya faltaba poco para llegar a la casa de los Lawrence.

-Exacto. Nosotros también somos diferentes. Pero ...

-¿Nos comunicamos bien?

-Me enfada a veces – respondió ella siendo sincera.

-Pero no siempre- confirmó él.

-¡Y bailamos! – dijo ella dando un giro que casi la hace caer. Gabriel debió atraparla deprisa por la cintura y Beth se quedó mirándolo.

-Sí, bailamos.

-Tiene pestañas largas – mencionó de la nada , mirándolo fijamente con su cara alzada hacia él, y Gabriel tuvo ganas de reírse porque nunca antes le habían elogiado las pestañas, pero no quería molestarla. Y también se contuvo de decirle que se veía preciosa, y que tenía algunas pecas que se notaban con sus mejillas sonrojadas, no era el momento. No sabía quién de las Alistair hacía mejor licor, pero podía decir que tenían un efecto potente y duradero, ni el aire del bosque terminaba de despejar a Beth. Y él hubiera querido que se recuperase antes de llegar a su casa.

No tenía idea de cómo iban a reaccionar sus familiares o como iba a explicarlo él.
Su esperanza de que fuera Josephine Lawrence quien los recibiera al llegar se hundieron prontamente cuando fue la señora Lawrence quien abrió la puerta.

-¿Señor Devereaux? – Preguntó e inmediatamente vio a Beth que entró en la casa- ¡Beth!

-Hola, madre- dijo ella y le extendió los tréboles que había recogido en el bosque.

-¿Estás borracha? ¿Emborrachó a mi hija? – preguntó mirando de uno hacia el otro cuando él aún permanecía en la entrada de la casa.

-No, claro que no. La encontré así y la acompañé.

-¿La encontró así?



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En el texto hay: amor, protagonista fuerte

Editado: 02.09.2022

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