Donde tú caminas -Dorsetshire 2

Capítulo 16

Josephine suspiró, y por enésima vez repitió las mismas palabras.

-Beth levántate ya- dijo

-No-dijo la aludida desde debajo de sus mantas.

-No fue tu culpa, o bueno parcialmente. En serio no deberías haber sido juez de licores. Pero no fue intencional.

-No lo entiendes- dijo asomando la cabeza- Le dije que tenía pestañas largas.

-¿A quién?

-A Gabriel Devereaux- respondió y Josephine se echó a reír- ¡JO!

-No creo que se ofendiera, te acompañó hasta casa después de todo.Y fue un elogio, pudo ser peor, pudiste decir cosas peores.

-Jamás volveré a salir de aquí.

-¿Dijiste cosas peores? – preguntó su hermana con curiosidad y Beth se sintió extremadamente avergonzada. Hubiera sido bueno haberse olvidado de todo, pero el licor no tenía esa propiedad y ahora recordaba su comportamiento con Gabriel.Incluso le había preguntado si tenía una mujer en Londres.

-Tierra trágame ¿Por qué tenía que encontrarme él? – dijo y se cubrió con una almohada

- La tierra no va a tragarte Beth, y recién empieza la temporada, tendrás que salir de la cama y pronto o madre vendrá por ti. Y en cuanto al señor Devereaux, me alegra que fuera él quien te encontrara, fue muy amable.

-Pero dije tantas tonterías...

-Beth, ¿te gusta él?-preguntó Josephine directamente mientras se sentaba a su lado en la cama y le quitaba mantas y almohadas

-Yo...no lo sé.

-¿No lo sabes?

-Le consiguió un trabajo a Emma y bailó con Addison porque se interesó por su bienestar.

-Es buena persona y confías en él.

-Sí, confío en él. Y juega al ajedrez con el señor Smith, también tienen largas charlas intercaladas con largos silencios. Me gusta eso, que trate a las personas por quienes son. Y es inteligente, pero no le molesta que yo lo sea.

-Son buenos puntos para un hombre, y no muy comunes.

-Lo sé. Y es bueno bailando.

-Sí a todo Dorsetshire le quedó claro que te gusta bailar con él – la provocó.

-¡Jo!

-¿Entonces?

-Aún no lo sé Jo, no sé qué siento por Gabriel Devereaux ,pero sé que nunca nadie me ha inquietado más que él y que a una parte de mí eso le da miedo.

-Creo que necesitas tiempo, pero mientras tanto, debes levantarte y antes de preocuparte por enfrentarte al señor Devereaux después de lo que le hayas dicho ayer en tu estado achispado, tienes que enfrentarte a mamá. Y ella da más miedo-aseveró Jo y Beth lanzó una especie de quejido mientras se armaba de valor y salía de la cama.

Su madre las esperaba para desayunar.

-Beth Lawrence, quiero una buena explicación. Y es una suerte que tu padre y tu hermano hayan salido de Dorsetshire,así no han tenido que verte llegar borracha a la casa.

-Buenos días, madre- respondió Beth que intentaba armarse de valor- No creo tener una buena explicación, porque entiendo que es imperdonable, pero si te contaré la historia completa.

-¿Esa historia completa incluye al señor Devereaux?

-Eso más bien es parte de mi mala suerte.

-Eso está por verse aún – intervino Jo- y tanto Beth como su madre le dirigieron miradas asesinas- ¿panecillos? – las invitó y ambas la ignoraron.

La joven le contó la historia a su madre e incluyó su encuentro casual con Devereaux, aunque calló para sí misma los detalles, lo que no impedía que las imágenes se siguieran repitiendo en su mente avergonzándola. ¿Qué se suponía que le dijera la próxima vez que lo viera?

Al menos logró el perdón materno, ya que lo sucedido no incluía ninguna mala intención, sino solo descuido. Aunque a veces, un descuido también era imperdonable.

-Imagina si te hubieran visto alguna de esas mujeres que aman sembrar rumores. O si te hubieras encontrado a alguna mala persona en lugar de a Devereaux.Ni siquiera me atrevo a pensarlo, por todos los cielos, Beth, sé más cuidadosa. Y si piensas ayudar a alguien que no sea probando bebidas alcohólicas. De hecho será mejor que intentes no involucrarte en asuntos ajenos.

-Sí, madre – respondió Beth aunque era consciente de que le sería muy difícil lograrlo, no lo de no beber sino el evitar meter las narices donde no debía. Pero que la condenaran si volvía a avergonzarse delante de Gabriel Devereaux.

Sin embargo allí estaba tres días después, frente a él en una cena.

De haber podido evitar asistir, lo hubiera hecho , pero era la cena que había dado una de las amigas de su madre, la señora Amelia Haileigh por su aniversario de bodas, Beth dudada que la mujer estuviera enamorada de su marido aún, pero era una buena ocasión para hacer una cena y habar de su reciente viaje a la India.

- Willhemina Wilson parte dos- musitó Josephine a su lado, haciéndola reír. Lo que le recordó que era mejor alejarse de cualquier alimento exótico. Y cerciorarse que no hubiera ningún animalito en los asientos. Sin embargo tener sentado a Gabriel frente a ella era igual de peligroso.

La señora Haileigh ofreció vino para la cena, lo había traído especialmente de Francia, pero cuando se acercaron a Beth, Josephine que estaba particularmente de buen humor y con espíritu travieso, intervino.

-Mi hermana no bebe, no le sirva- dijo con seriedad y puso su mano sobre la copa para evitar que le sirvieran. Beth apenas se atrevió a levantar la mirada pero pudo ver como Gabriel se ahogaba con la comida por aguantarse la risa ante el comentario de Jo, y ella, estaba segura, se puso rojo de vergüenza.

Tras la cena, hubo una pequeña velada, en donde la anfitriona los deleitó con un pequeño concierto de piano, afortunadamente era buena tocando así que los invitados no tuvieron que sufrir de indigestión.

Había postres , bebidas y té.

Beth vio a Gabriel solo bebiendo té y se armó de valor, "ahora o nunca" se dijo a sí misma y se acercó a él, aprovechando que nadie les estaba prestando atención.

-Gracias, una vez más – dijo suavemente – por cuidar de mí y acompañarme hasta casa.



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En el texto hay: amor, protagonista fuerte

Editado: 02.09.2022

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