Donde tú caminas -Dorsetshire 2

Capítulo 21

sí mismo, tan serio, tan capaz , pero había otro, un Gabriel distinto y disfrutaba descubriéndolo.

 

Beth también  presumió de su compromiso con sus amigas en las reuniones .También  les contó la feliz noticia a las personas que la querían como la señora Prescott, quien la felicitó sinceramente y le dijo que Gabriel le había caído muy bien desde que lo vio en su cumpleaños y que había pensado que harían una estupenda pareja.

-¿De verdad?-preguntó curiosa.

-De verdad, querida niña. Y tengo un buen ojo para eso.

Pero así como había recibido felicitaciones, percibió  cierto descontento en algunas mujeres cuando se cruzaban con ella.

-Es envidia, no dejes que te moleste- le decía Jo, pero Beth no estaba acostumbrada a aquel sentimiento. Las miradas malintencionadas y los murmullos le resultaban injustos cuando ella no había hecho nada malo.  Aún así cuando  asistió a su primer fiesta como prometida de Gabriel decidió hacer caso omiso al malestar ajeno y centrarse en ellos. Él las había pasado a buscar y las había acompañado, y aunque había sido muy consciente de que su entrada  había despertado el interés ajeno, había sido distraída por Gabriel  quien había inclinado la cabeza para susurrarle.

-Ahora podemos bailar juntos tanto como queramos sin que se considere incorrecto.

-Es verdad- respondió ella, pensando que ya no tendría que bailar con nadie más, ni preocuparse- creo que eso solo ya sería una buena razón para comprometernos – respondió bromista, luego se dio cuenta que podía ser malinterpretada y ofenderlo, pero Gabriel  solo sonrió.

-Y cuando nos casemos, incluso podremos bailar toda la noche. Espero que hayas traído tus zapatos de baile- le dijo y ella asintió. Cuando la música empezó a sonar, salieron a la pista y a pesar de que su madre le había aconsejado que debía mantener el decoro, a pesar de su compromiso, ella olvidó todo y solo fue feliz deslizándose al compás de la melodía y con el contacto de Gabriel.

Aunque seguía teniendo muchas dudas, cuando él la rozaba levente al bailar o le susurraba algo, sentía que todo estaba bien, que aquella era la decisión correcta.                                                                                                                                             

Sin embargo mientras ella  parecía sumergirse más en su estado de  novia y futura esposa, notó que Josephine parecía cada vez más introvertida, como si algo la inquietara. Al principio pensó que quizás no estaba feliz por su futuro matrimonio, que quizás Gabriel no le gustaba o que censuraba aquel loco impulso que la había llevado a comprometerse, pero cuando intentó preguntar si era eso lo que la  tenía tan taciturna, Jo lo negó.                                                                                                                                                                              –Beth tonta, claro que no estoy enfadada contigo, de hecho  con cada visita del señor Devereaux me convenzo más de que tomaste la decisión correcta y me hace muy feliz, siento que  al menso una de mis plegarias fue escuchada.

-¿Hay otras plegarias que no fueron escuchadas, Jo? ¿Hay algo que te entristece?- preguntó y vio vacilar a su hermana como si estuviera a punto de decir algo , pero eligiera callar.

-Estoy bien, no debes preocuparte – respondió, pero Beth estaba preocupada.

Era extraño porque la persona que siempre escuchaba sus preocupaciones y con quién podía hablar de lo que la afligía era Josephine, así que ahora no sabía  qué hacer. Sentía que no tenía a quien recurrir porque su hermana mayor siempre era su confidente. Sin embargo, descubrió que  no estaba sola.

-¿Qué te preocupa? – le preguntó Gabriel cuando fue a visitarla y ella lo invitó a dar un paseo. Fue en ese momento que Beth descubrió que ahora tenía otra persona a quien podía contarle sus preocupaciones, había llegado a confiar en él y sentirse lo suficientemente cómoda para hacerlo.  Era un buen oyente y consejero. No temía que la censurara o que le restara importancia a sus problemas, empezaba a entender lo que su madre había querido decir.

-Josephine.

-¿Le sucedió algo? – preguntó preocupado y estuvo agradecida por eso.

-Siento que sí, ha estado extraña últimamente, dice que está bien pero lo dice con tanto énfasis como si quisiera convencerse a sí misma. Y sus sonrisas no llegan a su mirada, algo le sucede pero no me lo dice, y no sé qué hacer ¿Debo insistir, debo esperar? No quiero que nada malo le pase.

-Creo que debes esperar, entiendo que debido al vinculo que tienen debe ser difícil para ti, pero si hubiera sucedido algo grave lo sabríamos, quizás es algo con lo que ella está luchando en su interior y ante eso solo podemos darle tiempo. Solo acompáñala , para que sepa que  puede hablar contigo cuando así lo decidan.

-La semana que viene iremos a nuestras vacaciones al mar, quizás eso le haga bien.

-Sí, estoy seguro que le hará bien. Sé que no puedo decirte que no te preocupes, pero espero que al menso puedas apoyarte en mí  y pedirme ayuda si lo necesitas.- dijo él y aunque Beth estaba anhelando  sus tradicionales vacaciones al mar, él ya la extrañaba.

-Ojalá pudieras ir- dijo ella de pronto.

-¿Qué?

-A nuestras vacaciones.

-No sería adecuado, pero viajaremos juntos después. Y si lo permiten tus padres quizás vaya de visita, ¿te gustaría?

-Sí , me gustaría- respondió comprendiendo que lo extrañaría.

Todos los años la familia viajaba al mar, esta vez sus padres habían decidido recortar su estadía por los preparativos para la boda.



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En el texto hay: amor, protagonista fuerte

Editado: 02.09.2022

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