Fernando: tienes razón, hija. Prometo que esto no volverá a pasar, quiero que te quede claro que tu madre y yo siempre estaremos para ti.
Ariadna: muchas gracias, padre. Pero la vida siempre me ha enseñado que no se detiene por tener una discapacidad y solo debo de vivirla.
Fernando: sabes que lo único que quería con esto es que fueras feliz y ya no me voy a equivocar de nuevo. Porque no quiere verte sufrir.
Ariadna: sabíamos perfectamente que esto pasaría. Necesito olvidar esto para seguir siendo feliz y su rechazo no tiene por qué afectarme.
Rebeca: eso me recuerda que necesitas aire fresco. Ahora te voy a llevar al jardín, ya que necesitas dejar de pensar que estuviste a punto de casarte.
Ariadna: está bien y sirve que me empiezas a leer mi historia favorita que seguramente te sabes de memoria. Siempre me ha gusto que me leas novelas, porque gracias a eso me imagino como es el amor y más mi favorita.
Rebeca: jamás te vas a cansar de la misma verdad. Nada más nos despedimos de tu padre para ir al jardín y si él quiere después nos puede acompañar.
Ellas se levantan de sus asientos, pero antes de hacerlo se despiden de Fernando. Él ve a su hija alejarse con su esposa y le dolía darse cuenta de la tristeza que tenía Ariadna porque el rechazo de su ex prometido. Ellas salen al jardín y toman asiento
Ariadna: no me siento triste, madre. Estoy feliz con la decisión que tomo él, ahora solo necesito escuchar esa historia de amor que me gusta.
Rebeca: entonces quiero que me escuches y sobre todo que estés tranquila para poder comenzar con la historia de amor de luz de luna.
Hace muchos años existió una pareja de jóvenes llamados Helena y Sebastián que se enamoraron en el primer instante en que se conocieron y ellos no necesitaron tiempo para conocerse, porque tenían toda la vida para hacerlo. Entonces se casaron y al poco tiempo ellos estaban esperando mellizos los cuales eran un niño y una niña. Nada más que nunca se imaginaron que uno de los niños hubiera nacido con una discapacidad y se trataba de la niña que había nacido ciega, así pasaron los años y sus padres nunca hicieron ninguna diferencia con ninguno de sus hijos.
Lucía no tenía luz en sus ojos, pero su familia la acompañaba en todo momento y más su hermano Leonardo que hubiera preferido estar ciego en vez de su hermana. Ella quería sentir por primera vez el amor y el día menos inesperado lo encontró en alguien que era lo opuesto a ella. Porque lo conoció de una manera accidentada y al darse cuenta de que estaba ciega la ayudo a levantarse, pero cuando lo hace ellos sienten una corriente eléctrica en su mano.
Ellos después de eso se convirtieron en amigos. Solamente que él no la quería como una simple amiga, James estaba enamorado de ella y no le importaba su ceguera, si ella no podía ver; el seria su luz.
El destino es el que decide que dos corazones se enamoren. El pide su mano en matrimonio y sus padres se la conceden, porque tenían los mismos sentimientos. Ellos se terminan casando y son inmensamente felices, pero él no podía evitar besarla bajo la luz de la luna, porque ella fue testigo del amor que surgió entre ellos dos.
FIN