Capítulo 8

En la mañana siguiente

Abuela: despierta, mi niña. Porque el tiempo pasa sin avisar y cuando nos demos cuenta ya es demasiado tarde para que te empieces arreglarte.

Ariadna: estoy despierta y no puedo creer que estés aquí. Ahora solamente necesito que me abraces para sentirme bien conmigo misma, nada más que el día de ayer me hiciste mucha falta.

Abuela: lo sé perfectamente y tu madre me dio la noticia. Él se pierde esta oportunidad de casarse contigo y siempre habrá una persona que se enamore realmente de ti.

Ariadna: eso lo dudo mucho, abuela. No quiero hacerme falsas esperanzas y primero necesito levantarme de mi cama para poder ir a desayunar.

Abuela: tienes razón y mientras te cambias te voy a estar esperando sentada en el sillón. Será mejor que empieces, porque seguramente tu padre se va a querer despedir de ti antes de irse a la empresa.

Ella se levanta de su cama con mucho cuidado y su abuela le abre la puerta del baño. Ariadna entra para después tomar una ducha. Ella tiempo después sale del baño y se sienta en el tocador para empezar a desenredar su cabello, pero cuando termina se hace una trenza. Ella se levanta de su asiento y se acerca a su clóset para tomar entre sus manos la ropa que se va a poner, ella nuevamente entra al baño y sale cuando esta lista

Ariadna: ahora sí nos podemos ir. Ahora solo debo de esperar que el tiempo siga su curso y en verdad espero no saber nada de mi ex prometido.

Abuela: el pertenece a unas de las familias más importante de esta ciudad. Eso significa que siempre lo tendrás demasiado presente en tu vida.

Ariadna: no se su nombre, abuela. En ese sentido debo de estar tranquila y presiento que en la fiesta mi padre me presentara con él, así que nunca sabré quien hubiera sido mi esposo.

Abuela: todavía se puede arrepentir. Deberías plantearte esa posibilidad por muy remota que sea y por algo sus padres estaban de acuerdo con su matrimonio.

Ellas estaban a punto de salir de su recámara y su abuela le da su bastón. Ellas bajan las escaleras hasta llegan al comedor y cuando llegan toman asiento. Ellos empiezan a desayunar y tiempo después terminan

Fernando: entonces las espero en la empresa. El chofer vendrá por ustedes cuando estén listas para asistir a la fiesta y quiero que me llames si algo llegara a pasar, pero no importa que esté trabajando, ya que mi familia esta primero antes que todo.

Rebeca: está bien, lo haré. Porque así te iras tranquilo a la empresa y contestare cada una de tus llamadas igual que todos los días.

Ariadna: estaremos bien, padre. Recuerda que la empresa requiere tu presencia, será mejor que te vayas y siempre que no estás en casa te extraño.

Fernando: yo las extraño mucho más. Estaré contando las horas para poder estar con mi familia y también me despido de ti, madre. Ahora, entiendo cuando me decías que el trabajo no era importante, porque tenía que conocer el verdadero amor y sobre todo casarme para darme cuenta de tus palabras, además vivo pendiente de ser feliz a mi familia.

Él se despide de su familia y sale de su casa para poder dirigirse a su empresa. El desde que se enamoró de su esposa ya nunca más sintió ese vacío que siempre tenía en su corazón. Fernando se sube a su auto y de esa manera se dirige rumbo a su destino y tiempo después llega