En la casa de la familia Johnson
Ariadna: espero que ya hayas hablado con la madre de mi prometido. Necesitamos irnos temprano a comprarlo y me sentiré a gusto, porque ustedes estarán a mi lado.
Rebeca: cuando llegamos del parque le hable por teléfono. Mañana nos vamos a ir todas juntas y en eso quedamos, nada más que me doy cuenta de que hiciste demasiado esfuerzo este día y lo único que no quiero es que eso pase.
Abuela: mi nieta, está bien. Solamente se siente emocionada y deberías entenderla más que nadie, acaso no eras tú la que siempre le contaba historias de amor antes de dormir.
Rebeca: quería que ella soñara con el amor a través de las historias y por eso lo hice. Ariadna es mi hija y su felicidad es muy importante para todos nosotros.
Ariadna: será mejor que suba a mi recámara para después bajar cuando mi padre haya llegado. Espero que en la noche me vuelvas a leer otra historia, madre.
Abuela: por supuesto que lo hará, mi niña. Si quieres yo te puedo llevar a tu recámara, porque también subiré a la mía y está cerca de la tuya.
Ella estaba a punto de contestarle, nada más que de repente se escucha el timbre de la puerta y una de las sirvientas abre la puerta de la casa para hacerlo pasar. Él se queda esperando a que sea anunciado por la sirvienta y así lo hace para después pasar donde estaban. Leónidas llevaba entre sus manos un hermoso ramo de flores para ella y cuando la ve sentada al lado de su madre sonríe
Leónidas: les debo una disculpa por venir sin avisar. Solamente quería darle en sus manos a mi prometida este ramo de flores rojas y también necesito hablar con ella nuevamente.
Rebeca: pienso que en la mañana hablaron más que suficiente. Pero no puedo negar que al venir hasta aquí a dejar ese ramo es un lindo detalle para mi hija y es como si usted supiera que a ella le gustan las flores.
Leónidas: eso no lo sabía, señora Johnson. Si quieren ustedes pueden escuchar lo que tengo que hablar con ella y después me iré a mi casa.
Abuela: por supuesto que los vamos a dejar solos. No debemos de olvidar que muy pronto serás su esposo y mientras la boda sucede necesitan conocerse.
Ella estaba escuchando sus palabras, Leónidas otra vez estaba en su casa y le traía sus flores favoritas. Ellas se levantan de sus asientos y los dejan solos en la sala. Él se sienta a su lado y se las da en sus manos, ella las toca y huele su olor para después suspirar
Ariadna: no pensé que viniera tan pronto a mi casa. El día de mañana iré a comprarme mi vestido de novia y ahora lo único que no entiendo es a qué se debe nuevamente su visita.
Leónidas: vine hacerte una invitación y espero que aceptes. Esto consiste en que quiero salir mañana contigo para que tengamos nuestra primera cita y la podemos tener en la tarde ya que hayas llegado de tus compras, ahora quiero que me digas que si, por favor.
Ariadna: estaría encantada de aceptar su invitación. Espero que no se aburra a mi lado, porque no soy muy buena conversando con las personas.