Donde tú estés

Capítulo 31

Fabián: entonces ese era el motivo de tu cambio. Ahora lo único que me imagino es que le vas a confesar tus sentimientos esta noche.

Leónidas: precisamente esos son mis planes. Además, ya quiero que el padre nos declare marido y mujer, pero solo falta que llegue ella.

El guarda silencio cuando la ve entrar del brazo de su padre. Ariadna simplemente se veía radiante de felicidad y ellos tiempo después llegan al lado de Leónidas y su padre se la entrega al novio para después tomar asiento

Ariadna: lamento haberte hecho esperar mucho tiempo. Esa nunca fue mi intención y es que mi madre se empeñó en que me viera bonita este día.

Leónidas: no te ves bonita sino realmente hermosa. Aunque siempre has estado así, ahora necesito concentrarme para que el padre pueda empezar con la ceremonia.

Ariadna: estamos en la iglesia y todos los presentes nos está escuchando conversar. Pero debemos de tranquilizarnos y sobre todo estar seguros de este paso que daremos.

Leónidas: no tengo la menor duda de que te quiero como mi esposa, mi Ariadna. Nada más que ya no te puedes arrepentir de casarte conmigo, porque eso fue lo que entendí con tus palabras, así que nos casaremos como estaba planeado desde un principio. Eso lo haremos, aunque se oponga todo el mundo y ahora si padre estamos listos para que empiece.

Padre: estamos aquí todos presentes para presenciar el enlace matrimonial de esta pareja de jóvenes que quieren unir sus vidas. Leónidas Vaughan White, aceptas como tu futura esposa a la señorita Ariadna Johnson O´Brian para amarla y respetarla, en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe.

Leónidas: si, acepto. Porque ella es todo lo que siempre quise tener en la vida y prometo cuidarla por la simple razón de que la amo.

Padre: Ariadna Johnson O´Brian, aceptas a Leónidas Vaughan White para amarlo y respetarlo, en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe.

Ariadna: si, acepto. Porque él es diferente a los demás, aunque al principio lo dude, pero él me ha demostrado que me quiere y yo también lo hago.

Padre: por el poder interferido en mi los declaro marido y mujer. Esta misa al fin se ha terminado y llego el momento de que beses a tu esposa.

Él se acerca a su esposa para darle un beso y se separa de ella cuando lo termina. Nada más que sus familiares y amigos se acercan a ellos para felicitarlos. Ellos salen de la iglesia y Leónidas la ayuda a subirse al auto que los llevaría a la recepción

Leónidas: solamente falta la recepción para que se termine este día y cuando eso pase tendré que decirte algo muy importante sobre lo que siento por ti.

Ariadna: entonces necesitaremos decirnos la verdad siempre y mucho más ahora que somos esposos. Además, me tienes que dar una explicación de lo que paso en la iglesia.

Leónidas: por supuesto que lo hare. Ahora lo que debes de hacer es esperar y eso me recuerda que vamos a tener nuestra luna de miel.




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