Maximiliano: no pienso seguir molestándote con mis sentimientos. Espero que seas feliz en tu matrimonio y necesito irme de este lugar.
Él se despide de ellos y sale de la recepción. Maximiliano estaba triste, porque había perdido a su primer amor y ese sentimiento era difícil de olvidar. Ellos estaban sentados y su madre los deja solos sin decir nada, ya que ella también se sorprendió con lo que le había dicho su amigo.
Ariadna: siento mucho lo que paso. No entiendo en qué momento el confundió sus sentimientos por mí, si yo siempre lo he querido como fuera mi hermano.
Leónidas: eso algunas veces pasa. Pero no quiero que te preocupes por tu amigo sino quieres que piense que también estás interesada en él.
Ariadna: por supuesto que no lo estoy. Solamente te pido que no te enojes y necesitamos olvidar esto porque no quiero empezar nuestro matrimonio de esta manera.
Leónidas: tienes razón, mi Ariadna. Nada más que no quiero que él se vuelva acercar a ti con esa intención y si eso vuelve a pasar no voy a poder controlar mis celos.
Ariadna: no entiendo, porque sientes celos. Además, sabemos perfectamente que tú no me amas y será mejor que ya no diga nada.
Leónidas: estas equivocada con referente a mis sentimientos. Precisamente de eso se trata la sorpresa que te voy a dar y cuando entremos a nuestra casa al fin lo sabrás, eso me recuerda que falta que bailemos para que nos vayamos.
Él toma la mano de su esposa para después dirigirse a la pista de baile. Ariadna se sonroja cuando empiezan a bailar, ellos bailan otras piezas más, pero antes de retirarse de la recepción se despide de sus padres y ellos entran a su casa para ir directamente a sentarse en la mesa
Ariadna: ahora que estamos aquí estoy lista para escucharte. No me puedo ni imaginar que sorpresa me quieres dar y presiento que será algo especial.
Leónidas: eso en unos cuantos minutos lo sabrás. Primero empezare con darte un hermoso obsequio y es un brazalete que tiene grabado tu nombre. Solamente que antes de que te ayude a ponértelo, necesito hacerte una confesión de amor, porque todo lo que te dije en la iglesia es verdad y sobre todo estoy enamorado de ti, hare lo posible para que tu ames, pero desde que te conocí lo hice y hasta ahora lo puedo reconocer ante ti, solo por eso razón tenía que decírtelo este día donde te convertiste en mi esposa.
Ariadna: en esta ocasión me hubiera gustado verte. Nada más que no es necesario que lo haga, ya que sé que no me mientes y eso lo puedo saber por tu voz.
Leónidas: eso significa que crees en mis palabras. Aunque me gustaría escucharte decir que también me amas y necesito tener mucha paciencia para que me lo digas.
Ariadna: el amor es un sentimiento que no se puede obligar. No necesitas tener paciencia, porque yo también te amo, aunque no te pueda ver me enamore de ti, además percibo el olor a flores en la casa y eso me gusta mucho.
Leónidas: el verdadero amor únicamente lo conocí a tu lado, mi Ariadna. Eso significa que los dos estamos enamorados y tuve que acondicionar toda la casa para tu llegada y ordene que pusieran flores por toda la casa cuando entráramos.