Donde tú estés

Capítulo 36

Ariadna: espero que no te haya dicho nada más sobre mí. Solamente que mi madre es demasiado especial y seguramente es porque soy su única hija, ella siempre va a encontrar la manera de protegerme, aunque este lejos de mi familia.

Leónidas: en pocas ocasiones tuve la oportunidad de conversar con ella. Pero únicamente me advirtió que te hiciera feliz y esa es la razón más importante de casarme contigo.

Ariadna: ahora debemos de empezar a desayunar. Presiento que nuestro viaje será largo y quiero darles un abrazo a mis padres antes de irnos.

Él amaba a su esposa y no se imagina la vida sin ella. Ellos empiezan a desayunar y ella prueba los platillos y cada uno tenía un sabor exquisito, ellos tiempo después terminan y el no deja que su esposa haga sus maletas, porque él podía comprarle todo nuevamente. Leónidas se levanta de su asiento y ayuda a su esposa a levantarse, nada más que su esposo le da su bastón para salir de su casa, ellos llegan a la salida y él ayuda a Ariadna a subir al auto para hacerlo también y el enciende su auto para poder dirigirse a su destino

Leónidas: falta muy poco tiempo para que lleguemos a la casa de tus padres. Espero que no tomen mal lo que decidí a última hora, pero no debo de preocuparme por eso, ya que ellos lo tendrán que aceptar.

Ariadna: por supuesto que lo harán. Seguramente ellos te dirán que me tienes que cuidar mucho y más cuando le digas que iremos solos.

Leónidas: eso es lo que nos corresponde hacer por estar recién casados. No quiero que nadie nos interrumpa en nuestro viaje de bodas.

Ariadna: será mejor que yo se los diga. No debes de olvidar tu empresa y si lo decidiste de esa manera, me pregunto quién se hará cargo de la empresa mientras no estés.

Leónidas: no te preocupes por algo que no tiene ninguna importancia. Pienso hablar con mi padre por teléfono cuando hayamos llegado a nuestro destino y le explicare que necesitamos este tiempo a solas.

Ariadna: está bien, Leónidas. Ahora quiero que me digas una vez más que me amas y siento que tu amor me dará fuerza para seguir con nuestra vida juntos.

Leónidas: primero empecé a quererte para después amarte. Solamente lamento el error que cometí contigo al rechazarte sin antes conocerte, pero te amo y tengo toda la vida para demostrártelo, además el destino me ha enseñado que el corazón es quien elige a quien amar.

Ariadna: me vas a ser llorar de felicidad. Eso únicamente se lo debo a tus hermosas palabras que me llegan al alma y que solo quiere amarte.

Ellos tiempo después llegan a la casa de sus padres y Leónidas la ayuda a bajar del auto. Él toma del brazo a su esposa para poder caminar hasta la puerta, él toca el timbre y a los pocos minutos una de las sirvientas los hace pasar y sus padres sonríen cuando lo ven entrar a la sala

Fernando: ahora me puedes decir a que se debe su visita. Porque no entiendo que significa todo esto si el día de ayer se acaban de casar.

Leónidas: antes de empezar hablar primero debemos de sentarnos, por favor. No quiero que mi esposa se canse por no haberlo hecho.




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