Leónidas: pienso exactamente lo mismo que tu abuela. Ahora eres mi esposa amada y estoy seguro de que no me arrepentiré de amarte.
Ariadna: esa palabra llamada amor se escucha demasiado simple y nosotros somos los único que la entendemos perfectamente. Aunque existe en el mundo más personas que lo hagan.
Leónidas: necesito decirte que te amo y que siempre te seré fiel. Además, cumpliré con mi papel de buen esposo y de esa manera tus padres nos dejaran tranquilos.
Ariadna: yo no te estoy pidiendo que hagas eso. Debes de acostúmbrate a la presencia de mis padres en nuestras vidas y lamento no tener luz en mis ojos.
Leónidas: no fue mi intención expresarme de esa manera contigo. No puedo creer que siempre te lastimo con cada una de mis palabras.
Ariadna: por supuesto que no lo hiciste. Porque dijiste lo que pensabas y eso lo tengo que respetar para poder entenderlo, debes de aceptar que yo no puedo tener una vida normal. Siempre lo he intentado y lo hacía por la felicidad de mis padres, pero ocultaba la tristeza que sentía para no hacerlos sentir mal y tuve la posibilidad de imaginar diferentes mundos gracias a las historias que me contaba mi madre.
Leónidas: estoy dispuesto a describirte el mundo entero si fuera necesario y tu madre hizo demasiado bien en contarte historias de amor.
Ariadna: ahora debes de subir al auto. Porque falta que lo hagas y quiero que me hables un poco de la ciudad a la que me trajiste, por favor.
Leónidas: necesitaba asegurarme primero que estuvieras a gusto en el auto y debo de abrocharte tu cinturón de seguridad para poder irnos.
Ariadna: por esa razón todavía no te has subido y no es necesario que lo hagas tu. Eso lo puedo hacer perfectamente yo sin ninguna ayuda.
El solo escucha sus palabras para después abrocharle su cinturón de seguridad y él se acerca un poco más a su esposa para besar su frente. Leónidas se sube y cuando lo hace empieza a conducir
Leónidas: me pediste hace unos momentos que te hablara de esta ciudad y lo hare. La ciudad en donde estamos se llama Venecia, pero se extiende sobre una serie de 119 islas que emergen de una amplia laguna situada entre la tierra y el mar, además tiene un conjunto de sitios turístico los cuales visitaremos.
Ariadna: después de tantos años sigo aprendiendo cosas nuevas y no quiero que te aburras al querer explicarme todo lo que pasa a nuestro alrededor.
Leónidas: nunca me aburriría contigo. Este viaje lo hicimos para estar solos y no me importa tu limitación física, porque siempre estaré a tu lado tomándote de la mano.
Ariadna: eso estaría demasiado bien. Solamente que me gusta sentir tus manos cuando lo haces, ya que me siento segura cada vez que lo haces.
Leónidas: no te sientes segura con tu bastón al decirme esas palabras. Ahora puedo sentir que estas nerviosa y no permitiré que te lastimes.