Donde tú estés

Capítulo 45

Ariadna: muchas gracias, Leónidas. Pero tus palabras siempre me dan seguridad y ahora entiendo porque mi madre me contaba historias de amor antes de dormir.

Leónidas: ella seguramente quería que conocieras el amor en cada una de ellas. Nada más que yo siempre seré ese amor que esperaste.

Ariadna: el amor me lo imaginé de diferentes maneras y cuando te conocí sentí algo especial. Aunque no te puede ver me enamore de ti, quizás fue por la manera en que me trataste después de que se hiciera oficial nuestro compromiso y también en cómo me cuidas.

Leónidas: como no hacerlo si eres mi esposa y tenía que aprender a tratarte de la mejor manera posible. Ahora llego el momento de bajarnos porque hemos llegado a nuestro destino.

Él se baja del auto para ayudar a su esposa, Leónidas toma su mano y con la otra el bastón, él se lo da con mucho cuidado para después empezar a caminar. El cómo siempre no podía dejar de sentirse orgulloso de tener a su esposa a su lado

Ariadna: me siento feliz de que no me trates de una manera diferente. Pero mis padres ya no tendrán dudas de que tome la decisión correcta al aceptarte.

Leónidas: siento que me hubiera arrepentido toda mi vida de no restablecer nuestro compromiso. Solamente quiero que olvides eso, por favor.

Ariadna: por supuesto que no lo olvidare. Porque de esa manera comenzó nuestra historia de amor que es la más hermosa de todas para mí.

Leónidas: entonces la empezamos a escribir desde el momento en que te conocí. Ahora tenemos una vida por delante y disfrutare el tiempo que estemos juntos.

Ariadna: el tiempo de nuestra luna de miel se pasará demasiado rápido y cuando nos demos cuenta tendremos que regresar a casa.

Leónidas: es una verdadera lástima que tenga que volver a mi trabajo. Además, las enfermeras que se encargarán de cuidarte estarán esperando a que lleguemos para cumplir con su trabajo.

Ariadna: no puedo evitar pensar que eso fue una condición de mi familia. Sabía que ellos lo harías y definitivamente tenías que aceptarlo. 

Ellos dejan de conversar para poder seguir con su recorrido. Ariadna sonreía al sentirlo cerca y mucho más cuando tomaba su mano y eso estaba haciendo, aunque él jamás la suelta mientras salen. Ellos caminan unos cuantos pasos más para entrar a su nuevo destino

Leónidas: al fin hemos llegado a la Basílica de San Marcos. Nada más que este templo religioso fue construido en el año 828 para albergar las reliquias de San Marcos, pero también es el más importante de la ciudad.

Ariadna: seguramente cada lugar que visitaremos tendrá su propia historia que me gustaría escuchar para decirle a mi madre los lugares que conocí a tu lado.

Leónidas: entonces te los diré, mi Ariadna. No quiero que tu madre piense que no cumplí con mi deber y siento que son capaces de anular nuestro matrimonio.




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