12 de octubre de 2026
La chica corría y corría por los pequeños callejones oscuros y fríos de
Forks, la nieve cubría todo el lugar lo cual hacía que correr para salvar su
vida fuera todo un reto, su respiración estaba totalmente descontrolada
pero no podía parar; si lo hacía lo más probable era que la encontraran y
la llevaran de nuevo a ese horrible lugar, de solo pensarlo la chica corrió
aún más fuerte suplicando a Dios que la sacara de ese horrible tormento
en el que se encontraba; pero al parecer sus súplicas no fueron
escuchadas porque la horrible voz del hombre iba protagonizar muchas de
sus más horribles pesadillas se hizo presente en las oscuras calles
-Deja de correr preciosa, sabes que de todas formas no podrás escapar,
¿Por qué haces las cosas tan difíciles?; si tan solo dejaras que te
lleváramos sería todo más sencillo
La chica corrió aún más fuerte de lo que podía, sus pulmones suplicaban
que se detuviera por un poco de aire, pero por otro lado su cerebro le
decía que si se detenía la atraparían y la torturarían como estuvieron
haciendo desde el día del secuestro, así que haciéndole caso a su cerebro
decidió seguir. Pero se detuvo abruptamente cuando vio no muy lejos de
ella un grupo de tres personas vestidas de negro y mascaras
espeluznantes que hacían que su cuerpo temblara por los sollozos que
salían de sus labios. Lloro aún más fuerte cuando sintió las manos
enguantadas de aquel hombre en su pequeña cintura, y tembló aún más
cuando lo sintió susurras en su oído:
- ¿Crees que deberíamos matarte ahora y que te encuentren congelada?
o, ¿Torturarte un poco más? - preguntó en tono cínico el hombre,
haciendo que ella temblara de miedo, frío, tristeza y, sobre todo, dolor.
Pero lo único que hizo fue suplicar, si había una cosa que ella odiara era
eso, suplicar, pero era lo único en ese preciso momento que podría sacarla
de esa agonía que sentía
-Mátenme ya, por favor supremo te lo suplico mátame, pero no me hagas
sufrir mas
El hombre lo pensó, por tanto tiempo que las personas con máscaras
aterradoras habían llegado a su lado
-Te mataré preciosa- la chica no pudo sentirse mejor con esa noticia,
aunque fuera porque iban a matarla eso era mejor a estar de nuevo en
ese horrible lugar- dame la navaja-le demandó a uno de los sujetos con
máscaras- morirás muy rápido muñeca no sentirás nada- esas fueron las
últimas palabras que oí debido a que en cuanto le dieron su navaja la
deslizó por mi cuello tan rápidamente que solo pude ver su pequeña
sonrisa diciéndome
“No serás la última, a la que haga sufrir de esta forma”
Prólogo
12 de octubre de 2026
La chica corría y corría por los pequeños callejones oscuros y fríos de
Forks, la nieve cubría todo el lugar lo cual hacía que correr para salvar su
vida fuera todo un reto, su respiración estaba totalmente descontrolada
pero no podía parar; si lo hacía lo más probable era que la encontraran y
la llevaran de nuevo a ese horrible lugar, de solo pensarlo la chica corrió
aún más fuerte suplicando a Dios que la sacara de ese horrible tormento
en el que se encontraba; pero al parecer sus súplicas no fueron
escuchadas porque la horrible voz del hombre iba protagonizar muchas de
sus más horribles pesadillas se hizo presente en las oscuras calles
-Deja de correr preciosa, sabes que de todas formas no podrás escapar,
¿Por qué haces las cosas tan difíciles?; si tan solo dejaras que te
lleváramos sería todo más sencillo
La chica corrió aún más fuerte de lo que podía, sus pulmones suplicaban
que se detuviera por un poco de aire, pero por otro lado su cerebro le
decía que si se detenía la atraparían y la torturarían como estuvieron
haciendo desde el día del secuestro, así que haciéndole caso a su cerebro
decidió seguir. Pero se detuvo abruptamente cuando vio no muy lejos de
ella un grupo de tres personas vestidas de negro y mascaras
espeluznantes que hacían que su cuerpo temblara por los sollozos que
salían de sus labios. Lloro aún más fuerte cuando sintió las manos
enguantadas de aquel hombre en su pequeña cintura, y tembló aún más
cuando lo sintió susurras en su oído:
- ¿Crees que deberíamos matarte ahora y que te encuentren congelada?
o, ¿Torturarte un poco más? - preguntó en tono cínico el hombre,
haciendo que ella temblara de miedo, frío, tristeza y, sobre todo, dolor.
Pero lo único que hizo fue suplicar, si había una cosa que ella odiara era
eso, suplicar, pero era lo único en ese preciso momento que podría sacarla
de esa agonía que sentía
-Mátenme ya, por favor supremo te lo suplico mátame, pero no me hagas
sufrir mas
El hombre lo pensó, por tanto tiempo que las personas con máscaras
aterradoras habían llegado a su lado
-Te mataré preciosa- la chica no pudo sentirse mejor con esa noticia,
aunque fuera porque iban a matarla eso era mejor a estar de nuevo en
ese horrible lugar- dame la navaja-le demandó a uno de los sujetos con
máscaras- morirás muy rápido muñeca no sentirás nada- esas fueron las
últimas palabras que oí debido a que en cuanto le dieron su navaja la
deslizó por mi cuello tan rápidamente que solo pude ver su pequeña
sonrisa diciéndome
“No serás la última, a la que haga sufrir de esta forma”