Don't Leave Me || Jeon Jungkook

Capítulo Siete.

•••

—Sook, baja. —se levanta a duras penas al llamado de su abuela, poniéndose aquellas zapatos cómodos entre medio dormida.

Ayer pudo hablar con Yugyeom sobre lo sucedido y aunque entienda que no estaba bien el comportamiento que tenía aún seguía enojada con Jungkook. Según ella el castigo que le impuso sin haber escuchado el motivo de su comportamiento; le duele y molesta, pero eso no era todo. Se guardaba lo que más comenzaba odiar.

Termina de bajar las escaleras frotándose los ojos para ir a la cocina donde se encuentrasu abuela.

—Cariño, ven desayuna. —Ella asiente mientras se acerca a la mesa. Sus ojos se abren de golpe cuando ve las frutillas que más le gustan en el plato, yéndose a lavar las manos al fregadero de la cocina.

—Sin duda, desayunos así me faltan todos los días. —Ambas ríen mientras se sientan.

—¿Jungkook no te atiende? — su abuela pregunta mientras se lleva un bocado a los labios.

—Papá es muy estricto con mi alimentación ya sabes, muy pocas veces me da las frutillas porque dice que me hará daño y más si son citricos, es un enojado de primera. —comenzaba a quejarse nuevamente delante de su abuela quien no dejaba de reír por sus palabras.

—Entiendelo. Cuándo seas grande estarás en su lugar.

—Aún falta mucho, no utilices esa frase de que cuando sea grande lo entenderé, porque no creo poder hacerlo ahora, abuela. — menciona con una sonrisa de boca cerrada dejándola a la mayor confundida.

—Bien. Desayuna que tienes que estudiar.—ella asiente ante la orden de sus abuela, si bien sabía que su padre le había dicho lo ocurrido a su mayor, era algo que se lo esperaba.

— ¿Puedo utilizar el móvil es que..?—se calla de golpe a la vez que sacude su cabeza. Sino quería desobedecer tenía que acatar su castigo—No, nada olvídalo, abuela.

Ambas comenzaban a terminar de desayunar tranquilamente, pero el timbre de la casa suena haciéndolas mirarse.

—Seguro es el tío Yugyeom. —baja de un salto de la silla para ir a la puerta acompañada de la mayor.

Se acerca para abrir llevándose la sorpresa de su vida al tener a la persona que no le agradaba enfrente de ella mientras la mira de pies a cabeza.

Debería haberse quedado en California.

—Hola Bonita. —Sook Min se queda quieta sin ninguna expresión en su rostro.

—¿Que hace acá?

La sutileza en persona.

Finje una sonrisa demostrándole su impresión, aunque por dentro desearía decirle unas cuantas verdades.

—Estoy bien, gracias por preguntarme, bonita. —una sonrisa de aquella fémina se posa en sus labios mientras la miraba.

Antes de querer cerrarle la puerta en la cara, escucha a su abuela.

—¿Sook, quién es? — la madre de Jungkook se acerca hasta ella encontrándose con un rostro femenino nuevo y por pura amabilidad le sonríe.

—¿Busca a alguien, señorita? —Pregunta mientras acaricia los hombros de Sook Min quien no dejaba de ver a la fémina que tenía al frente.

—No.

—Sí.

Ambas lo dicen a la vez y eso enoja más a Sook Min.

『 JunKook 』

Jin pone ambos documentos sobre la mesa de la sala de descanso ante mi mirada.

—Es una carta de disculpas y una petición para que Iseul vea a Sook Min.

—Esto debe ser una maldita broma .— emito molesto mientras peino hacia atrás mi cabello; estresado.

Ni bien llegué al país y Iseul no perdía el tiempo en joderme los huevos.

—Ella quiere verla al menos una vez.

—¿Quiere que lleve a mi hija a que la visite después de todo lo que hizo? Debe estar demente para pedir tal cosa y más si piensa que mi hija pisará un penal.

—Su padre mandó la carta de disculpas y la petición, sé qué esa carta no ha sido de disculpas por parte de ella, pero sino accedes a esa petición podríamos entrar a juicio, Jungkook. —me advierte, sabía que el proceso sería grande si eso llegase a pasar.

—Sook es la única que puede decidir, si ella quiere verla, aunque me moleste mucho la llevaré, pero sino lo desea yo mismo hablaré con Iseul para dejar las cosas claras.

—Te voy a respaldar en la decisión que tomen. —me muestra una sonrisa mientras toma un poco de sus café—Será complicado, pero se puede hacer la excepción, además si el juez ve que Iseul no a logrado establecerse con  Sook Min o ya sea que no la quiera ver, podemos pedir la custodia absoluta para ti. Aunque si mostramos que Sook Min está llevando terapia sobre todo lo ocurrido de hace un año, el juez estaría a tu favor.

—Gracias Jin, apareciste en el momento justo e indicado para ayudarme y te lo agradezco.

—Les tomé cariño, además tienes una niña angelical. —mi carcajada hace que Jin frunce el ceño.

—Sabe jugar muy bien con las personas, no te dejes engañar por mi hija.

La sala queda en silencios unos segundos y la pregunta que quiero hacerle a Jin me carcome por dentro, pero trato de arreglar mi pregunta y soltarla—¿hace mucho que no vienes al hospital?

Escucho el suspiro cansado y melancólico de Jin antes de responder— Sí.

—Lamento si te incomodé.

—No pasa nada, sé que aunque no quiera es notorio mi estado de ánimo cada vez que vengo al hospital.— Quizás y se desahogaria conmigo, no era una mala opción—Supongo que tienes consultas que dar.

—Dentro de diez minutos.

Antes de que Jin comience a contarme, la puerta es abierta dejando ver entrar a Namjoon, sin embargo, Jin no sabía que hacer en estos momentos, sus nervios salían a flote. Me doy cuenta y intento tranquilizarlo dándole pequeñas palmadas en la espalda.

—Nam. — saludo en medio de una pequeña sonrisa, pero me doy cuenta que Nam no deja de mirar a Jin.

Esto estaba siendo incómodo, quedarme era poder sentir la tensión del lugar entre ellos dos, por breves momentos me recrimino por haberlo citado a Jin al hospital sabiendo las miles de posibilidades de que Nam y él se encontraran.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.