JungKook
— Papá ¿pasa algo?— siento sus tibias manos tomar las mías.
— Jungkook ¿Estas bien?— la voz de Yugyeom me hace reaccionar.
Le enseño el móvil con el mensaje a Yugyeom y él hace una mueca antes de devolvérmelo.
— No tiene porque ser cierto.
Yo solo niego levantándome sin antes dejar un beso beso la frente de mi hija, yéndome a las escaleras. Necesito procesar ese mensaje, pero al solo alcanzar a subir tres escalones, el móvil vuelve a vibrar pero no de un mensaje una llamada de un número desconocido.
Contesto la llamada pero vuelvo a escuchar una voz muy; demasiada; conocida.
— ¡¿Jungkook ?!
maldición.
maldición.
Era otra vez ella.
— Sé que estas ahí, podrías al menos decir un hola.— su manera de hablar era lo menos que me apetecía escuchar.
— Lo ultimo que desearía es escuchar tu voz, Iseul, ¿Qué es lo que quieres?— volteo a ver a mi hija, pero está entretenida con Yugyeom en la sala.
— Siempre tan educado, aún me sigue gustando.
— ¡Habla ya!
Un silencio se escucha y deduzco que lo que tiene que decir es porque lo está pensando o simplemente me quiere joder. Iría por la segunda opción.
Retomo la ida a mi habitación, mientras mas lejos esté sería mejor.
— Supongo que la carta te llegó, pero no he recibido una respuesta hasta ahora.
— Quieres que te envíe un estoy de acuerdo, cuando en realidad...— su repentinas palabras hace quedarme quieto y con el corazon bonbeando más rápido de lo normal, pero con un sabor amargo en la boca.
— Déjame hablar con mi hija.
— ¿Tú hija? te equivocas, es mi hija.
— Tu no fuiste quién la tuvo en su vientre durante nueve meses, Jungkook, ¿ahora pretendes ser un buen padre?
No puedo evitar reírme irónicamente, pero ¿Quién rayos se creía ella?
— Iseul, no me hagas decir palabras que prefiero solo callar, porque entre tú y yo hay una gran diferencia.
— ¿Cuál es? ¿la criaste tú?, no verdad, porque eso lo hicieron tu padres, no tú.
— No. La diferencia es simple, a mi me lo ocultaron, pero aun así estuve al pendiente de ella, le di todo el amor que tengo, yo no fui quien la abandonó, Iseul, a diferencia de ti, yo si se que es amar a mi hija, porque daño no le haría como se lo hiciste tú, creíste que cuando caí en coma no podía reconocer tu voz diciéndome que no actuaste sola en ese accidente, accidente que pudo haberle costado la vida a mi hija.— un suspiro pesado se escucha, yo solo puedo apoyarme en la puerta de mi habitación.
— Sabes, seré buena contigo y quizás no te vuelva ver, pero eso si, así tenga la minima oportunidad de quitártela lo haré y solo para joderte la vida como tu me jodiste a mi.
— Sigue intentándolo porque no lo lograrás y estoy seguro que Sook no quera ni verte, aún no le he dicho el porque estás en la cárcel y pretendo no decirle para no herirla, asi que dile a tu abogado que no intente nada porque no me ganarás.
— Sabes Jungkook, te dire dos cosas que deberías saber. La primera se trata sobre SunHee y tu padre.
Siento ese nudo en la garganta al solo escuchar sus nombres.
—¿Sabes quien estuvo detrás de ese accidente aparte del padre de la inservible de YonMi.?
Un nuevo silencio. Estaba agotando mi paciencia y eso lo sabia.— Impaciente.— su estúpida risa se lograba escuchar.
Podrían llamarme loco pero si la hubiera tenido al frente quizás me hubiera desconocido y la habría matado ahí mismo, pero ese me hubiera estaba muy lejos, porque la palabra correcta seria me habría desconocido.
— No la llames así, y habla de una maldita vez.
— ¿Aún duele haber perdido a SunHee?, sabes Jungkook tienes a esa persona trabajando en el hospital y había una persona que sabia de esto pero prefirió callar, el muy cobarde.
— No entiendo.
— Park Jinyoung, ¿te suena?— la chulesca manera de hablar me da rabia, pero que tenia que ver ese imbécil en esto— Él fue quien los siguió y los chocó, el plan era eso, hacer pasar por muerto a Park para que nadie sospechara y así nadie se diera cuenta que pasó en ese día.
Entonces el recuerdo de mi tio cuando me mostró el expediente policial de mi padre y de SunHee.
El expediente notificaba la manipulación en los frenos del auto de SunHee y la del joven fallecido.
— pero hay algo más en esto, la persona del otro auto es médico del hospital de tú padre.
Mierda porque no lo pude deducir.
— No juegues con eso.— mi voz se quiebra al sentir ese maldito nudo en la garganta.
—¡Qué! no me crees que le ex prometido de YonMi seria capaz de quitarles la vida, todo fue por ambición, Jungkook.
— ¿Quién sabia de esto?
— Un tal Im Jaebeom, si creo que era así su nombre, seré rápida con la segunda, ¿el por qué el el señor Kim mandó a matar a tu padre? y eso incluía a tu madre, pero eso no te responderé yo sino YonMi, después de todo hoy iría a visitar a su padre...apuesto a que no sabías, ¿donde esta la confianza?
Claro que no... ¿donde está la confianza? No lo sé.
— Todo está en ti, ya sabes lo que debías saber, pero te veo en el tribunal, o quizás antes, pero una cosa si, sea como sea veré a mi hija.
— Inténtalo y vas a conocerme realmente.— finalizo la llamada.
Me echo en la cama, ese nudo en la garganta seguía sin irse, era recordar la maldita vez en que los perdí y no pude hacer nada, a mi padre y a SunHee quién era mi prometida.
El grito desesperado de Yugyeom se escucha desde la sala llamándome y eso me alerta, no dudo en bajar lo más rápido posible y ahí veo a mi hija en brazos de él con el inhalador en sus labios pero con un rastro de sangre en su frente.
Mi corazón deja de latir en ese instante, pero eso no impide que vaya hasta ella.
— Bajó de pronto de las escaleras... respirando mal... la vi en el suelo...yo...— Hablaba tan torpemente que apenas pude entender.