Don't Leave Me || Jeon Jungkook

Extra I

Un año antes
Jeon Jungkook
Los Angeles-California

Aún recuerdo cuando bajamos del avión y veía a Sook Min decaída, no había pegado los ojos durante las 13 horas de viaje, no había dejado de mirar la pequeña ventana del avión dándome a entender que haría lo posible para que yo desistiera de la decisión que había tomado y aún así de aquella mala decisión ella aceptó.

Cuando regresamos al departamento lo primero que hice fue ingresar a la habitación donde había vivido muchas cosas con la mujer que quería, y ahí estaba en la pequeña mesa de noche, una foto de SunHee y yo el día de nuestro compromiso, aquella foto que fue tomada por Yugyeom ese día, día que ya no volvería porque a pesar de todo aun la seguía queriendo.

Ese dia Sook Min entró a la habitación sobándose los ojos que estaban adormilados y ni bien me vio con la foto en las manos, no espero a que yo lo dejara en su lugar solo la tomo y la dejó sobre la cama para mirarme y sostenerme la mano.

— Ya no ingreses a esta habitación porque sé que aún duele la pérdida de SunHee, yo también la extraño.— su mirada se queda fija en el espejo donde estaba la foto de las dos solo la única diferencia de que Sook tenía apenas tres años de edad, pero ahí estaba un recuerdo.

Esa misma noche cerramos la habitación y me detuve a cantarle a Sook para que se duerma y yo caí dormido con ella en la habitación que tenía Sook Min en ese departamento.

Habíamos decidido vender ese lugar y comenzar en otro, con cambios en nosotros, Sook Min comenzaba a crecer no solo físicamente, su manera de pensar notoriamente cambiada, pero comenzaba a lidiar con aquellos comportamientos que no eran de ella, pero que por alguna razón comenzaba a adoptarla.

Una razón por la cual Sook Min seguía siendo la misma era cada vez que sostiene un pincel y todo su día terminaba manchada de pintura, eso era la única razón por la que Sook Min seguía siendo aquella niña con un talento increíble, es porque hace lo que ella ama y apasiona justo como ahora en la que la veo sonreír sosteniendo su diploma como una de las mejores estudiantes de pintura de su categoría.

— Cada vez más hermosa y talentosa está mi niña.— volteo a ver a mi madre mientras ella aplaude a mi hija quien no deja de saludarnos desde el estrado del auditorio.

— Si mamá mi hija está cada día más hermosa .— sonrío y veo como Sook baja corriendo del estrado y llega hasta mi trepando a mi cuerpo mientras la sostengo.

— Papá viste.— chilla de emoción mientras sus manos sostienen mis mejillas haciéndome girar a ver la dirección donde se encuentra la pintura de ella. — está enmarcada y permanecerá en este auditorio.

La bajo de mis brazos y mi madre se acerca a abrazarla, ella solo se quedaría hasta mañana temprano para regresar a Seúl y es algo que agradezco porque hoy tengo guardia en el hospital y sé que Sook querrá ir a comer pero no puedo hacerlo.

El bolsillo de mi pantalón vibra, y tan solo con eso sé que el deber llama y aunque veo a mi hija con una sonrisa sé que se le bórrala en segundos cuando le diga que regresaré al hospital y no podré quedarme con ella.

Sostengo el pequeño ramo de flores para dárselas y observo que no soy el único padre que las tiene.

— Sook.— llamo por ella y no duda en voltear con una sonrisa.— para la más ogro de todas.— digo y mi madre me mira con desaprobación ante el apodo, en cambio mi hija me mira antes de rodar los ojos y reír sosteniendo las flores.

— Gracias gruñón.— responde.

Escuchamos a mi madre suspirar. — Ustedes con esos apodos.

Me acerco a Sook Min para sentarla en mi piernas mientras mi madre sostiene las flores que le da Sook antes de escucharme.

— No podré ir contigo a comer. — digo y su sonrisa se borra en segundos. — tengo guardia hoy, pero prometo mañana hacerte la cena, por ahora disfruta de la abuela.

— Pero yo quería que celebraras conmigo, yo te lo había dicho ya hace un mes antes papá.

Se baja de mis piernas y veo como su labio inferior tiembla, sus ojos se vuelven brillosos, lo menos que quería era hacerle llorar en un día muy especial para ella.

Me está costando todo, la paternidad, el trabajo, todo se vuelve complicado y por más que busque tiempo solo encuentro pocas, con eso sé que le estoy haciendo un daño a mi hija.

Mi móvil vuelve a vibrar y joder se que debía irme ya.

— Sook.— la llamo pero ella solo me da un beso en la mejilla y un la punta de la nariz para después sostener la mano de mi madre.

— Anda ya, se te hará tarde hijo. — mi madre me sonríe mientras acaricia la cabellera de mi hija. — Yo me encargo de mi niña.

***********

— Doctor Jeon lamento haber estado llamándolo pero el doctor Jhonson se fue y tener a dos fuera de guardia no es fácil de cubrir. — dice James, enfermero y amigo.

— No te preocupes. — palmeo su hombro .— ¿Dijo que demoraría?.— pregunto.

James solo se encoge de hombros. — Solo dijo que estaría aquí en la antes de que el supervisor esté acá.

Yo niego mientras suelto una sonrisa. — No hay que preocuparnos, sé donde está.

— Por cierto, hay una señorita en su consultorio esperándola desde hace mucho.

— ¿Quién?.— pregunto.

— La misma que viene siempre. — ríe y sé a quién se refiere.

Yo asiento y me despido dándole las gracias, paso primero por el laboratorio para recoger los análisis que mande hacerle a Sook Min ayer cuando le volvió a sangrar la nariz, me las dan y no dudo en ir al consultorio, al solo abrir la puerta puedo verla sentada con su típica falda y aquella blusa que marcaba un escote en el pecho.

— Tardaste Jungkook. — sólo al escucharla se que he cometido un error en haber salido con ella.

— Estuve con mi hija Daysi. — digo sentándome mientras acomodo los papeles en mi escritorio.




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