Don't Mess With Her

Capítulo 16 - Una chica fuerte

Me levanto a eso de la 1:30pm.

Ayer habíamos tenido que esperar hasta las 6:00am para que todo el humo saliera del instituto para poder entrar a descansar.

Cojo mi celular para llamar a mi padre.

-¿Diga?-Responde una voz la cual reconozco como la de mi padre.

-¿Olvidaste que tienes una hija?-Pregunté cortante.

-¿Mackenzie? ¡Dios hija estaba muy preocupado! Jhon me contó lo de el accide...-

-¿Preocupado?, Wow. Me fascina la forma en la que expresas tu preocupación. Digo, 0 llamadas, 0 Mensajes, genial-Ironicé, lo oí suspirar.

-Lo siento mucho, cariño. Estaba muy ocupado y el celular no dejaba de sonar. Por un momento sentí que iba a explotar-Explicó.

¿Por qué siempre es la misma excusa?

-Claro, lo común, ¿No?.

-Hija...

-Tranquilo, pero no te llame para quejarme. Esto es más importante. Supongo que te estarás preguntando si fui yo la causante del incendio.

-De hecho, justo de eso te iba a hablar-Confesó.

-Papá...-Dije con temor.

-¿Qué sucede hija?-Preguntó de forma pausada, como si temiera de lo que iba a decir.

-Si fui yo, papá-Silencio-Sé que no me compraras un auto después de esto, lo cual ya no me preocupa tanto. Y tal vez las razones sean estúpidas pero, necesito un enorme favor tuyo. Por favor-Pedí.

-Sabes que estoy muy enojado contigo por eso. Y lo único que espero es que ese enorme favor sea para remediar lo que hiciste. Porque sino, no cuentes conmigo-Contestó serio.

-De hecho es algo así, ¿Hay alguna posibilidad de que puedas conseguir los uniformes del equipo en 5 días?-Pregunté esperanzada.

-Ay Mackenzie.

.

.

.

Me visto y decido bajar a almorzar ya que mis tripas lo exigían. Annie ya se había ido hace media hora ya que ella se levantó minutos antes que yo.

Mientras camino hacia la cafetería no puedo evitar fijarme en que el pasillo está solitario. Ni un alma pasaba. No es tan raro ya que es domingo y después de lo de ayer todos deben de estar durmiendo.

Pero aún así me da un poco de escalofríos.

-Hola Mackenzie-Saludó una voz detrás de mí sobresaltándome.

-¡Matthew! Casi me matas de un susto-Exclamé.

-Lo siento, solo quería decirte que te tengo un regalo especial-Comentó con la sonrisa de el gato de Alicia en el país de las maravillas.

-¿Cuál regalo?-Pregunte con desconfianza.

-Es que alguien me dijo que te gustaban los payasos-Oh.

Payaso.

Un payaso apareció de detrás de los casilleros.

No puede ser.

Empecé a sentir como mis manos empezaron a sudar.

Dos payasos saliendo del salón de Matemáticas.

Ahora son tres.

Siento que me falta el aire.

Eres muy hermosa, niña.

Mas payasos empezaron a aparecer y sentía que nunca saldría de ahí.

Esta será la mejor noche de mi vida.

-Aléjate de mi.

Ahora voy a hacer contigo lo que yo quiera.

-¡No te acerques más a mí!-Grité desesperada, sintiéndome aprisionada por tantos de ellos.

No, por favor.

Pero me encontraba en un punto en el que no me importaba la estúpida guerra.

Porque había vuelto.

Había vuelto.

Inconscientemente empecé a abrazar mis piernas mientras escondía mi cara en ella para no seguir viendo sus cara, estaba empezando a temblar.

Quédate quieta niña

-¡No por favor!-Sentía como las lagrimas se acumulaban en mis ojos.

-¡Mack!

*Narra Chase*

Empecé a ver como todos los que estaban en la cafetería se dirigían fuera de ella. De seguro era una pelea de esas que siempre hay aquí.

Pero aún así no pude evitar dejar entrar la curiosidad.

-¿Qué sucede afuera?-Preguntó Blaire.

-No lo sé, vamos a ver-Contesté y luego todos nos dirigimos fuera de la cafetería y nos encontramos con un gran circulo de personas rodeando a no sé qué o quién.

El miedo entró en mi apenas me di cuenta que en ese circulo se encontraban payasos.

Mackenzie.

Oh por Dios.

-¡Mack!-Empecé a llamar su nombre desesperadamente mientras trataba de avanzar en la gran multitud que se había formado.

-¡Mackenzie!-La desesperación brotaba de mi en cada segundo. El pensar que Mack podría ser a la que todos están rodeando me mataba de miedo.

Mi miedo se hizo realidad cuando la vi sentada en el piso hecha bolita gritando cosas referentes sin sentido.

Por lo menos para muchos, para mí sí lo tenían.

Esto no eran uno de los casos en donde ella solo recordaba. Ella lo estaba volviendo a vivir en su imaginación, y nunca pensé que esto fuera a pasar de nuevo.

-¡Aléjense de ella!-Grité haciendo que muchos se asustaran-¿Es que acaso no se dan cuenta que esto es algo serio? ¡Largo de aquí!-Grité más enojado que nunca.

¿Quién pudo haberle hecho esto?

Sin esperar a que la gente se fuera de allí me acerqué a ella y lentamente le tomé una mano. Ella se sobresaltó y empezó a golpearme inconscientemente.

-Mack soy yo. Soy Chase, tranquila.-Le pedí.

-Chase, yo solo quiero que me deje en paz-Suplicó llorando, mientras me abrazaba.

-Chase, yo solo quiero que me deje en paz-Suplicó llorando, mientras me abrazaba

-Lo sé, lo sé.-La abracé lo más fuerte que pude para que ella sepa que estaba con ella. Pero ella aún no se tranquilizaba.

Sin darme cuenta yo también me encontraba soltando un par de lágrimas por aquella situación.



#3986 en Joven Adulto
#12270 en Otros
#1950 en Humor

En el texto hay: adolescentes, bromas, guerra

Editado: 29.01.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.