Doppelgänger - Alecto

Capítulo 13

El sol se ocultaba, sus manos temblaban y sus parpados pesaban cada vez más pero no podía desistir, descubriría que ocultaba Fausta y porque sus hijos estaban involucrados en ello, lo averiguaría a cualquier costo, Atlas mantenía la vista fija en la pantalla de la computadora, las personas a su alrededor pasaban las páginas de sus libros en completo silencio, Casterbell contaba con los libros de todas las dimensiones, todos los registros históricos, sentados uno frente al otro investigaron todo el día en que estaban involucrados sus hijos, Estela no confiaba en Atlas, sabía que él podría ocultarle información, tomo sus precauciones.

La gran biblioteca era una construcción de 60.161 m², situada entre Casterbell y Menkar, ciudad situada al Este, la estructura contaba con un diseño gótico, decorado con elevadas torres, en cada una había dos gárgolas y contaba con siete pisos, Fausta siempre había dicho que lo más importante era el conocimiento así que decidió darle un valor importante a la primera biblioteca de la dimensión. 

Sentía que una parte suya se había ido, como si hubiese perdido alguna extremidad, estaba furiosa y triste por no saber cómo estaba su hijo y las palabras de Orión… le habían herido en lo profundo del alma, el alma de una madre que solo veía tras las rejas como su familia se destruía y que no podía hacer nada para evitarlo, había permanecido sola para que sus hijos no se sintieran amenazados ante la presencia de un hombre en la familia pero a pesar de su entrega no logro la familia unida que siempre deseo.

Una llamada entro al celular de Atlas, logro ver en la pantalla el nombre Venus, no le sorprendió que a pesar de no darle el divorcio se estuviese viendo con otras personas, las criaturas a su alrededor comenzaron a mirarlos molestos por el sonido.

—  Deberías responder, parece ansiosa por hablar contigo —  Tomo el celular para cancelar la llamada —  ¿No dices nada?

—  Estamos en la biblioteca, es de mala educación —  Atlas era la clase de persona que sin importar cuan presionado estuviera, jamás revelaba sus secretos, Lo estudio —  ¿Qué? ¿Te enamoraste de mí de nuevo?

—  ¿Qué estas ocultando Atlas?

—  No sé qué me hablas

—  No finjas, no estoy de  humor

—  Tu nunca estas de humor así que ¿A que podría tenerle miedo? Te eh visto en tu peor estado —  Le tomo de la muñeca

—  No pondrás la vida de mi hijo en peligro, si intentas algo te juro que el parlamento tendrá mucho que platicar contigo —  Su semblante cambio

—  ¿Me entregarías al parlamento?

—  ¿Entregarías a mi hijo?

—  Pregunte primero

—  No me provoques —  Tomo los libros y camino a recepción para registrarlos, sabía que Atlas no apartaba la mirada, nunca lo había amenazado, se sentía extraña. Se consideraba una persona paciente, a pesar de que su marido se negaba a darle el divorcio nunca trato de presionarlo, no estaba interesada en tener otra pareja y mientras se mantuviera lejos suyo todo estaría bien.

Algo cambio cuando ingresaron a Casterbell, Atlas se volvió su espía, los seguía a todas partes, fue cuando la violencia en su familia regreso, los padres de su esposo se quedaron en Lupus mientras que los de ella Vivian en otra ciudad, se dio cuenta de algo que nunca había tomado en cuenta, la familia de Atlas era extraña, una familia adinerada pero prepotente, eran celosos de su fortuna y de cómo tenían todo ese dinero, los empleados que resguardaban los datos personales eran estrictos con filtrar algún dato, tendría que obtener esa información por otros medios.

Los rayos de sol de filtraban por los ventanales tenuemente, ya era hora de regresar a casa, odiaba estar en las bibliotecas y más en la Biblioteca Intergaláctica Avnas, le provocaba escalofríos, estar en dicha construcción era como estar en un mausoleo, exceptuando por la temperatura, el silencio sepulcral y el eco que provocaba cada paso le aterraban. Desde pequeña se dio cuenta que era asustadiza y aunque se contaba con la mayor seguridad no dejaba de sentirse extraña en ese lugar. No volvió la mirada, decidió ir por las escaleras, le ayudaría a tomar tiempo y pensar en cómo encontrar a Edwin, los portales estaban sellados y solo se abría uno dentro del hospital para los humanos sanados. Las callen comenzaban a llenarse de luces y las especies salían a las calles para disfrutar del final de un largo día, ella por otra parte se sentía vacía, destrozada, no quería hacer nada que no fuera ver a sus hijos, tuvo que viajar a su casa bajo control automático, se sentía incapaz de conducir, mantuvo los ojos cerrados mientras escuchaba un programa sobrenatural, trato de dormir pero le fue imposible.



#4571 en Ciencia ficción
#29129 en Otros
#4253 en Acción

En el texto hay: pasado oscuro, guerra interestelar

Editado: 26.09.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.