Doppelgänger - Alecto

Capítulo 19

Sus piernas delgadas cruzadas, su cabello ondulado esparcido por su espalda y una sonrisa petulante en su rostro mientras paseaba su mirada alrededor de la habitación, la gobernante frente a ella la miraba con odio y no fue desapercibido para ella.

—  ¿Cómo lograste ingresar? —  Pregunto con voz amarga

—  Nunca me fui —  Respondió burlonamente para después ponerse de pie y caminar hasta una de las estanterías y tomar un libro de economía, Orión se mantenía cerca suyo esperando el primer ataque

—  ¿Cómo te atreves a venir aquí después de lo que hiciste?

—  “La primera justicia es la conciencia” Orión ¿Has escuchado esa frase?

—  Víctor Hugo —  Repuso Fausta, la joven de cabello verdoso se limitó a sonreír provocadoramente para después continuar viendo los tomos de libros, la gobernante molesta tomo la daga en la armadura cercana y la coloco cerca del cuello de Cassandra, esta miro hacia abajo divertida

—  Fausta cálmate

—  Si Fausta, cálmate —  Repitió burlonamente —  ¿Dónde quedo la gobernante pacifista?

—  Fausta —  Orión trato de acercarse para separarlas

—  ¡Muestra al mundo quien eres! —  La gobernante molesta se aparto

—  ¿Qué haces aquí?

—  Vine a demostrar mi inocencia —  El rostro de Fausta cambio —  Me acusaron injustamente y sin pruebas sólidas, soy inocente y vine a probarlo

—  ¿Quién te creerá? —   Pregunto Fausta con la daga aun elevada

—  Edwin te envía saludos —  Soltó rápidamente, el semblante de la joven frente a ella cambio

—  ¿Tú has hablado con él? —  Cassandra alejo la hoja de su garganta para alejarse y tomar asiento frente al escritorio con las piernas cruzadas —  Respóndeme ¿Has hablado con él?

—  Lógicamente —  Fausta se sentó frente a ella —  Basta de juegos Fausta, vine aquí para limpiar mi nombre, para limpiar mi honor porque yo no asesine a tus padres

—  Claro, yo te creo

—  Le atravesaron el pecho Fausta, no fue una espada lo que lo mato, no sé qué usaron para asesinarlo pero no fui yo y por eso estoy aquí dándote la cara

—  ¿Y porque no lo hiciste antes?

—  Recabando información

—  ¿Por qué no perdiste la memoria?

—  Sería interesante que Edwin te explicara eso pero lamentablemente no puede

—  ¿Qué tiene que ver el en todo esto?

—  Solo te puedo decir que el volverá pronto —  Cassandra noto como rápidamente Fausta volvió la mirada hacia Orión al escuchar esas palabras —  Pero mientras eso pasa yo vine para exigir que se haga justicia

—  Fausta ¿Qué es eso tan importante que tenemos que ver? —  Pregunto Europa mientras entraba acompañada por Rigel a la oficina, cuando vieron ese color de pelo peculiar se detuvieron en seco —  Cassandra —  la mujer se dio vuelta para brindarles una sonrisa

—  Hola chicos ¿Cuánto tiempo? —  Rigel observo en silencio, no podía creer que fuera Cassandra, la mejor amiga de Edwin pero no podía ser otra joven, desbordaba la misma belleza de siempre, sus ojos grandes color avellana, sus labios carnosos, su piel bronceada y su altura intimidante, aunque le costara admitirlo, Cassandra estaba ahí, frente a ellos —  No es posible, te desterramos

—  Una larga historia pero aquí me tienen, lista para luchar por mi honor

—  ¿Qué honor? Lo perdiste cuando decidiste arrebatar la vida de mis padres

—  Yo no los asesine —  Cassandra se puso de pie después de Fausta y la confronto —  Edwin me cree, me ayudo a recabar las pruebas suficientes, podrás no soportarme pero eso no quiere decir que sea una asesina y no me importa si tengo que enfrentarme aquí mismo contigo en una batalla cuerpo a cuerpo, lo voy a hacer, no me iré de aquí hasta demostrar mi inocencia

—  Si tanto alegas tener el apoyo de Edwin ¿Dónde está el? ¿Por qué te envió aquí sola conmigo?

—  Ya te dije, el vendrá pronto, no necesito que él me cuide, puedo defenderme sola

—  Cassandra —  Hablo por primera vez Rigel, al joven volvió la vista —  ¿Sabes dónde está Edwin? —  El rostro de él y su compañera pareció iluminarse

—  No hay día que no hable de ustedes, los extraña demasiado, quiere que sepan que los ama —  Europa sonrió tristemente

—  Nosotros también lo amamos —  Sus ojos se cristalizaron, Rigel la estrecho más contra su cuerpo —  Gracias por informarnos que está bien

—  Ay por favor, no es posible que le crean a esta asesina —  Comento Orión furioso —  Vienes conmigo Cassandra, si mi hermano te salvo yo tendré el honor de hacer que te largues, Cassandra le golpeo el brazo fuertemente alejándolo

—  Nada raro que mejor Rigel y Europa pregunten si Edwin se encuentra bien y mientras tú te quedas callado, deberían darte un premio por el mejor hermano del año, se nota que sufres mucho

—  Mide tus palabras

—  ¿O qué?

—  O sufrirás las consecuencias, tú no sabes nada acerca de mí, no sabes cuánto amo a Edwin y no sabes cuánto estoy sufriendo



#4222 en Ciencia ficción
#26727 en Otros
#3821 en Acción

En el texto hay: pasado oscuro, guerra interestelar

Editado: 26.09.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.