Yên Bái, provincia de Vietnam
El impacto contra la tierra provoco que sintiera mi espalda arder, me costaba respirar, el suelo estaba húmedo… pasto, comencé a toser, ese maldito bastardo, lo había logrado, echarme del lugar que me pertenecía, trate de incorporarme pero algo me lo impedía, mire sobre mi estómago, una esfera de la nave, para la primera dimensión debió ser fuerte el impacto, tenía que moverme rápido o en un tiempo tendría a miles de policías y hasta la misma NASA rodeándome, empuje con la fuerza que me quedaba la esfera. Estaba demasiado débil, escuche un ruido detrás mío… perfecto, su sangre me serviría, nadie se daría cuenta así tome lo que necesitaba y salí corriendo.
Le Castellet, Francia
Después de horas corriendo mis piernas no respondieron mas ¿Qué me había dado? ¿Qué venia en esa inyección? Habían sido kilómetros recorridos, tenía que llegar a Marbella y la distancia aún era larga, trate de dar unos pasos más pero me fue imposible, sentía que el suelo se movía, la temperatura había elevado. Mis parpados comenzaron a sentirse pesados, caí de rodillas ¿Dónde estaba? Todo me daba vueltas, él me había hecho eso… ¿Quién era él? ¿Quién era yo? Perdí el conocimiento.
Hospital de la Pitié-Salpêtrière, Francia
Mis parpados se sentían extremadamente pesados, no podía abrirlos ¿Dónde estaba? Tenía mucho miedo, no recordaba nada, no sabía quién era, escuche una puerta abrirse, me exalte, no podía moverme, estaba sobre algo, inmóvil, mi cuerpo se sentía muy pesado, antes de poder articular una palabra sentí un pinchazo en el brazo, quede inconsciente.
No sabía cuánto tiempo había pasado dormida, al despertar me di cuenta que estaba atada a la cama, la habitación en la que me encontraba era de un color blanco grisáceo, solo había una mesita de noche, había dos puertas, la cama y una pequeña ventana en la parte superior de la habitación, no debía entrar en pánico pero la situación no ayudaba.
La puerta frente a mí se abrió, un hombre mayor apareció, lucia cansado, se quitó las gafas y las guardo en su bata, su barba como su cabello ya mostraban signos de su edad.
—Buenas tardes señorita, espero este más tranquila
— ¿Más tranquila? No comprendo
—No sé si temerle o felicitarla por la increíble fuerza que tiene, casi acaba con todos los enfermeros y el cuerpo de seguridad del hospital
—No sé de qué me habla ¿Quién es usted? ¿Dónde estoy?
—Cálmese, poco a poco, entonces es así, sufre amnesia temporal, no sabemos qué tan grave sea para eso necesitamos hacerle un examen a profundidad, está en el hospital hace dos semanas que está aquí, fue trasladada desde un pequeño pueblo, la encontraron con fuertes golpes e inconsciente, despertó unos minutos y con eso basto para dar a la sala de emergencias mucho trabajo, tuvimos que inyectarle sedante, estaba desorientada, gritaba y no tuvimos otro camino
—Yo… — No sabía que decir
— ¿Recuerda algo? Su rostro está en mi mente, me está sonriendo, enredo su cabello chocolate entre mis dedos, huele mejor que cualquier colonia en la existencia…
—No, nada
— ¿Su nombre? — Inmediatamente recuerdo
—Fausta
— ¿Solo eso? ¿No apellidos? — Negué con la cabeza — ¿Algún familiar? — Volví a negar — Esta en una situación un poco compleja señorita, solo tenemos un nombre — No podía permitir mostrar cuando recordaba porque ni yo misma lo sabía, no eran recuerdos concretos, solo fragmentos que me confundían mas
—No puedo decirle más porque no se mas, no recuerdo nada, solo ese nombre, supongo que es mío, ahora ¿Puedo pedirle un favor?
—Sí, claro
— ¿Puede desatarme? No golpeare a nadie — Dudo — No hare nada, por cierto ¿Quién es usted? No crea que olvido todo — Sonrió
—Soy el doctor que la tendera, confórmese con eso, descanse, no puedo desatarla aun hasta ver cómo va evolucionando su actitud
—Ya le dije que no le hace daño a nadie, estaré calmada
—Tres veces regreso de su inconciencia y las treces veces tuvimos que pedir más personal de seguridad y enfermeros, no tomare esos riesgos de nuevo, lo siento, trate de descansar, regresare mañana temprano