Doppelgänger

Capítulo 2

Las cosas no serían sencillas, Edwin llevo a Fausta a la nave, estar en la primera le traía recuerdos amargos, sobre todo por el hecho de estar en un bosque, Rigel noto el comportamiento incomodo de Europa y sin pronunciar palabra simplemente la rodeo con sus brazos.

—Quédate tranquila, no pueden hacerte daño, aunque lo intentaran yo estoy aquí para protegerte, nada malo te ocurrirá—Correspondió a su abrazo

—Me quiero ir de aquí ya, este no es mi hogar, quiero regresar a Casterbell lo más pronto posible— Sintió su mano acariciar su cabello provocando que su piel se erizara

—Lo sé, solo debemos preparar a Fausta, está débil ¿Y quién mejor que tú? Eres la mejor doctora que conozco

—Hey chicos, lamento interrumpirlos pero necesito ayuda aquí —Edwin los interrumpió desde el interior de la nave —Necesito que estén con ella mientras manejo la nave

—O puedes quedarte con ella

—Muy divertido Rigel, tu manejaras y yo solo te daré ordenes, vamos, no es bueno tener tanto tiempo el portal abierto —Rompieron su abrazo pero no se separaron, tomados de la mano llegaron hasta donde se encontraba su amigo.

Europa se quedó con Fausta, la chica estaba muy sucia y tenía algunos golpes, nada que no pudiese sanar pero el problema era el hecho de que no los había reconocido, toco su frente, estaba muy pálida y tenía un poco de fiebre, se acercó a al estante de medicamento, tomo lo necesario y la trato, lo que podía lo hizo para mantenerla consiente y en el mejor estado posible. Escucho las voces de sus amigos, sabia de que hablaban, no se podía pensar de manera positiva después de lo que acababa de ocurrir.

El viaje fue un poco menos complicado en manos de Rigel, Edwin estaba muy tenso, sabían la razón, todos los problemas que se avecinaban no serían fáciles, la Corte estaría esperando por Fausta, la auditoria para los súbditos y el hecho de que ella no sabía quién era ¿Cómo podía presentarse ante el universo así?

Al llegar Edwin se encargó de llevar a Fausta a la sala de diamante, ahí seria revisada para ver si no llevaba algún arma peligrosa, a pesar de ser la gobernante tenía que pasar por tal protocolo, aun pensaba en lo que le diría a quien había sido su única amiga, desde el instante que fue rescatada ambas crearon un lazo tan fuerte que nada pudo romperlo, le dolió cuando al verla en sus ojos ya no se veía ese sentimiento, el alivio y la felicidad que antes mostraba ya no estaba ahí. Quiso llorar en ese momento pero se controló, lo que le daba fuerza para poder soportarlo era tener el apoyo de Rigel, amaba el poder tenerlo ahí para ella, su amigo, casi un hermano y lamentaba no poder responder de la manera en que él quería.

— ¿Sucede algo? —Se acercó a ella—Europa, se lo que estas sintiendo, lo comprendo pero no podemos hacer más, ya programe una cita con el director del hospital y veremos que ocurre con ella pero hasta que no sepamos a ciencia cierta que ocurre te pido que no te mortifiques

—Es mi culpa que ella este así—Una lagrima rodo por su mejilla, Rigel la limpio

— ¿Cómo puedes pensar eso? Nadie tiene la culpa de lo que le ocurrió, hiciste lo posible para protegerla, no sabías que ella iba a desaparecer y si ella pudiera recordar te diría eso ¿Y sabes cómo lo sé? —Ella negó con la cabeza agachada—Porque eres su mejor amiga, eres un ángel, demasiado bella, tu alma es pura, jamás harías daño a nadie

—Tengo miedo, temo que un día despierte y simplemente olvide quien soy yo para siempre, ella me conoce, ha visto mi alma al desnudo, me conoce mejor que nadie y ver que olvido todos esos momentos…

—Todo estará bien, nadie puede olvidar a un ángel, no uno con heridas de la guerra, no uno que a pesar de estar roto entrega lo que tiene —Logro que la chica sonriera un poco, estaba dispuesto a hacer lo que fuera por verla feliz, tranquila y en paz, aun no descubría como hacerlo, las pesadillas eran constantes y el hecho de verla llorar le destrozaba el alma

—Gracias

— ¿Gracias? ¿Por qué? Por favor, sabes que no te dejare caer, estoy contigo, no importa donde, estoy contigo

—Vamos con Edwin, temo que haga una locura

—Tranquila, él no está aquí, está controlando los portales en este momento, hasta no llegar al castillo no tendremos problemas

— ¿Has pensando en algo para engañar a toda la dimensión?

—Oye, decir toda la dimensión es como cuando alguien dice que es sin presión, realmente añade presión, la dimensión completa no vive en Casterbell, si logramos engañar al planeta lograremos hacerlo con la galaxia y así al resto, confía en mí, todo saldrá bien




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