Doppelgänger

Capítulo 16

Las bombas son detonadas dejando rastros de sangre por todas partes, la gente sobreviviente corre desesperada, los que pueden porque algunos se encuentran sin piernas, arrastrándose en el frio suelo lleno de restos de concreto, los aviones vuelan sobre el desastre dejando caer escaleras de cuerda para que los rescatistas puedan ayudar a las personas, en lugar de detenerse pueden escucharse más estruendos, “Siempre en guerra”, se puede ver a un hombre llorando mientras carga a la niña quien llora desconsoladamente.

Orión dio la orden a la pantalla de cambiar, desapareció el video que le mostraban a Fausta para ser reemplazado por el noticiero de La Primera donde se puede ver una noticia impactante que sabía no solo a ella le había helado la sangre, la noticia era reportada por la cadena televisiva BBC en Londres donde hablaban de un ataque químico sucedido en Siria, las imágenes mostradas eran difíciles de asimilar, niños con mascarillas de aire luchando por su vida, la gente ayudaba con lo que podía sacando a las víctimas de agua contaminada para atenderlos, se veían mal, necesitan atención médica especializada pero no era el momento para lamentaciones, Fausta estaba siendo testaruda con pedir ayuda a La Primera y Orión decidió mostrarle esas imágenes

— ¿Puedes verlo ahora amor? Son monstruos, se asesinan entre ellos, tuviste suerte de no ser una de sus víctimas, es un mundo hostil, sádico que consume hasta el último rayo de luz

— Pero esas personas, por favor, son solo niños, no podemos simplemente olvidarnos de ellos y dejarlos morir, tenemos la mejor tecnología y sé que ellos no nos lastimarían

—Amor — La abrazo cuando ella comenzó a llorar — Claro que lo harán, violaran a las mujeres, asesinaran y torturaran a los hombres, los niños serán golpeados y esclavizados, buscaran objetos de valor tan desesperados como lo hace un perro por carne, no son personas y nuestra gente tiene suficientes problemas para ser expuestos a ellos

—No comprendo porque lo hacen ¿Matarse los unos a los otros? ¿Por qué? ¿Qué ganan con ello? ¿Tienen idea del daño que ocasionan a los inocentes?

—Nada que provenga de La Primera es bueno, solo uns cuantas personas son seleccionadas por su mentalidad, forma de ser, actuar, su inteligencia pero también su compasión, no podemos solo abrir las puertas a cualquier ser y permitirles ingresar, espero ahora lo comprendes — Limpio las lágrimas de su rostro

— ¿Entonces qué haremos?

—Nada, fue algo que llamo demasiado la atención para poder ayudarlos, si hubiera sido más oculto tal vez pero no algo así, está en todos los noticieros del mundo, todos los habitantes de esa dimensión ahora saben que ocurrió, es muy riesgoso

— ¿Qué haremos con Lupus?

— Creo que tendrás que hablar con tu abuelo y tratar de persuadirlo de darnos problemas

— ¿Crees que me escuche? Porque dudo mucho que lo haga

Europa tomo el celular del bolsillo izquierdo de su chaqueta purpura oscuro, un mensaje de Rigel “Wogrilng insiste en halar con Fausta, el virus se propaga”. Suspiro pesadamente antes de guardarlo. No toda la gente de La Primera era cruel pero si en su mayoría, daba favor a Orión por hacerlo, la sola idea demostrarles tanta información era peligroso

—Debemos pensar que dirás, es un hombre de temperamento fuerte pero no dudo que te escuchara

—Tienes razón… es demasiado peligroso pedir ayuda, podremos solos

Seguía pensando en las palabras de Atlas ¿Podría realmente Orión estar ocultando información importante? Las pantallas suspendidas en las paredes mostraban la desgracia alrededor de la habitación de comando, las computadoras siendo controladas para evitar que La Primera detectara la interferencia de señal, atravesó los 600 metros que la separaban de la puerta, camino a paso apresurado, la plataforma planetaria contaba con capsulas de transporte privado así que tomo una prestada, tenía que estar en tierra firme y pensar mejor que quería hacer.

Pudo visualizar la silueta corpulenta de Rigel a lo lejos, la fría banca metálica en la que se encontraba era cubierta por la sombra del frondoso árbol en el jardín noroeste, sostenía los dos helados, uno de coco y otro de vainilla, los favoritos de ambos, su amigo se abría camino entre la gente a paso apresurado, parecía preocupado

— ¿Qué ocurre? — Sonaba afligido, poso su mano sobre el hombro de Europa

—Cálmate, todo está bien… solo quería ver a mi amigo, te necesito — Su rostro pareció suavizarse

— ¿Cómo te sientes? — Tomo asiento a su lado, a la izquierda, frente a ellos los juegos para niños estaban abandonados, el virus los mantenía encerrados en sus casas, privándolos de la diversión, la ironía de una dimensión hecha para mejorar el estilo de vida de muchos




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