Doppelgänger

Capítulo 27

Era lo mínimo que podía hacer por ellos, algunos sacerdotes de diferentes religiones me acompañaban en la ceremonia para así hacer sentir a todos unidos a pesar de todo, debajo de mi, cerca de la guardia en los primeros lugares se encontraban Edwin y Orión acompañados por Estela quienes despedían a sus mascotas, durante los preparativos Orión me había dicho que ambos animales habían sido rescatados de La Primera en condiciones deplorables, ambos estaban casi agonizando, las personas los habían golpeado hasta dejarlos casi muertos en la calle, expuestos al frio, con las heridas sangrando, fue cuando supe que teníamos más seguridad cuando escogíamos a quien llevarnos con nosotros de lo que había pensado, teníamos espías en La Primera vigilando cada movimiento. No hacia otra cosa que desear poder revivir a esas víctimas y regresárselas a sus familias pero eso era imposible.

Me fue complicado no unirme al resto de las personas en su llanto, debía mantenerme serena, la primera en mantener el control de la dimensión era yo, no podía fallarles.

— Buenas noches, nos hemos reunido esta noche aquí, en presencia de sacerdotes, gobernantes y gente, pueblo querido para despedir a quienes lamentablemente no pudieron soportar más el virus bautizado como Mortem, queremos ofrecer esto para su descanso eterno — Trague saliva — Hace poco más de cinco años llegamos aquí con la esperanza de mejores condiciones de vida, mejor educación, mejor tecnología, mejores condiciones médicas, mayor comunicación incluyendo al resto del universo

“Lamento tanto que tuviéramos que llegar a esto, sé que las disculpas no sirven de nada pues no les devolverá a sus seres amados pero espero que con esto puedan despedir a sus amigos, padres, hermanos, mascotas que incluso son como amigos y amores — Observe a Sirio — Que con esto puedan encontrar el descanso que durante las últimas semanas de su vida no tuvieron, ninguna de esas vidas es menos, cada cuerpo aquí presente es tan importante como el otro”

“Creemos en un mejor mañana, uno donde el dolor, la tristeza, la crueldad y la tiranía no existan y por eso luchamos cada día, ustedes perdieron a un ser cercano, yo perdí a mi pequeños, a mis protegidos y lloro con ustedes por esta pérdida tan dolorosa que no será fácil superar pero de la cual saldremos adelante porque todos juntos conformamos Casterbell, sin importar nuestra especie”

“A su izquierda podrán ver las lámparas flotantes que en unos momentos lanzaremos hacia el cielo — Había tenido esa idea como una representación de las almas que se habían ido, tome la mía y la alce en lo alto para que todos pudieran verlo — Descanse en paz cada uno de nuestros habitantes— Impulse la lámpara para que se elevara al cielo, acto seguido todo se ilumino y millones de luces fueron detrás de la mía — Por ellos continuaremos luchando por ser mejores cada día, gracias por asistir”

Los ataúdes estaban rodeados de luces de color dorado, quienes querían se acercaban y dejaban algún detalle como fotografías, los objetos favoritos del ser fallecido, flores e incluso algunos tocaban un poco de música para ellos, otros decían algunas palabras para los fallecidos, otros platicaban anécdotas divertidas para disminuir la tristeza y recordarlos de una mejor manera el evento duro alrededor de dos horas, después de eso las carrosas fúnebres comenzaron a llegar para llevar los cuerpos a sus respectivos cementerios, fuera o dentro y las naves se alistaban para llevar a la multitud, si era en la Tierra tomaban las capsulas, otros transporte público para evitar la estancación de tráfico.

 

*****

 

— Gracias — Respondí mientras tomaba torpemente el termo transparente con tapa azul oscuro, el frio de otoño entumecía mis músculos, Orión tuvo que cubrirme con una manta roja — No sé qué le ocurrió a Edwin, es completamente otra persona

— Desde que tengo recuerdos el nunca actúa de manera normal amor, tiene momentos y cuando ocurren es mejor ponerle una camisa de fuerza y encerrarlo en una habitación

— No es gracioso

— Lo sé, lo siento amor, solo trataba de levantarte el animo

— Como sea— Acomode mejor la manta cuando una ráfaga de viento llego — Sera mejor que entremos, no quiero que nos resfriemos — Había una pequeña banca de metal en las afueras del bosque, ahí tomamos asiento por unos minutos, bebí un poco del té que me entrego en el termo, estaba caliente, ayudo un poco a que mis dientes no comenzaran a castañear por el frio

— Eso no pasara — Una carcajada escapo de su boca — ¿Lo dices enserio? Sobrevivimos a un virus letal ¿Y tienes miedo a una gripe? ¿Te sientes un poco mejor?

— ¿Eh? Si claro, gracias, me sirvió de mucho el aire fresco, es relajante ¿Sabes? Creo que por el momento no quiero ver a tu hermano




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