Doppelgänger - Procesión

Capítulo 2

Guillermo subió a la camioneta color plata con una bolsa blanca de plástico llena de medicamentos para la familia de Lorena, su siguiente destino era llevar a su novia a casa tras salir del trabajo. 
—¿Pasa algo malo amor? —Cuestiono Lorena después se terminar la llamada telefónica con su padre, apoyo su mano sobre el hombro del hombre para intentar que reaccionase  
—Si amor, es solo que estoy un poco preocupado—giro el volante a la izquierda para ingresar a la calle donde residía la mujer—te voy a pedir un favor  
El hombre estacionó frente a la casa de una planta y con la pintura desgastada por el sol solo distinguiéndose de las demás por la malla protectora que restringía el paso desde el inicio de la propiedad. Guillermo tomó la bolsa de medicamentos entregandosela a su novia, ella le miró con exageración pero aquella incredulidad se fue tan pronto vio el arma guardada en la bolsa. 
—¿De qué se trata esto Guillermo? Sabes que detesto las armas, además, la colonia no es peligrosa como para tener una cosa de estas en la casa, no exageres  
—Amor, ambos sabemos que esa arma no es para unos simples ladrones, la ley marcial podría entrar en cualquier momento lo que significa que no estaré todo el tiempo para protegerte, ya sabes como dispar y cargar, mientras consigo un lugar seguro para nuestras familias necesito que se protejan  
—La paranoia puede ser una mala consejera—Guillermo tomó dos mochilas universitarias, una se la entrego a ella y el se coloco la otra  
—Ambas mochilas contiene comida enlatada, la suficiente para sobrevivir por tres semanas, no quiero que le digas nada a tus vecinos, que no sepan nada, no olvides que en la adversidad todos son enemigos, tu prioridad son tus padres y tu 
—¿Qué hay de Fernando?  
—Ya hable con algunos amigos que tengo en Rusia, ellos están cerca de las zonas a donde lo enviaron así que podrán protegerlo, hay un campamento que esta levantándose para las familias de los militares, ahí estarán seguros —Antes de que Lorena pudiera responder Guillermo le coloco dos sortijas, una de compromiso y una de matrimonio —Ya envié nuestros documentos de matrimonio así que pronto recibirán a mi familia sanguínea y a la política 
—Me estas asustando y a muerte ¿Crees que habrá una guerra? Ni siquiera esta comprobado que esa dimensión exista o que esa mujer sea lo que tanto se dice  
—No creo, habrá una guerra y debemos estar preparados, no podremos vernos una semana, después vendré por ustedes para ponerlos a salvo —Beso con fuerza a Lorena dejándola sin aliento por algunos segundos —Te amo, te amo más que a mi vida, si algo llegase a ocurrirte… se cuidadosa  
—¿Y qué pretendes que haga con mi trabajo? ¿Qué pasara con el resto de la gente? No pueden solo dejarlos a la deriva y ya, nuestros amigos, conocidos… ¿Qué será de ellos?  
—Estamos en guerra Lorena, cada quien se salva como puede —Salió de la camioneta ayudando a su novia a descender y llevándola hasta el interior de la casa para saludar a los padre de la joven —Prepara una mochila para cada uno de ustedes con ropa, guarda los medicamentos y siempre ten el arma contigo, vendré el jueves cerca de las seis de la tarde 
Entrego al padre de Lorena, el señor Pablo una pequeña radio. 
—Así podremos estar en comunicación en caso de que las líneas colapsen  
—Amor, estoy asustada, es enserió 
—Mara es real, créeme, Marcus, el tipo de la televisión no está tan loco como parece pero no quiere decir que les pasara algo porque por eso ya los estoy cuidando ¿Tiene radio con baterías?  
—Ya conoces a Pablo, siempre lo usa cuando repara el carro, pilas tenemos dos guardadas en la habitación—Comento Susana, la madre de Lorena  
—Sirve por el momento 
—¿Qué es eso? —Cuestiono Susana tan pronto Guillermo y Pablo se enfocaron en el manejo de la radio de comunicación señalando los dos anillos en la mano de su hija  
—Parece que estamos casados, es la única forma de ser recibidos en el campamento de refugiados  
—Debemos hacer lo que ordenó, la verdad es que en los noticieros no están diciendo todo, al parecer hay más muertos de los que se pensaba, la guerra está en suspensión temporal pero no por mucho tiempo… tengo mucho miedo hija, lo mejor es encerrarnos hasta que el venga y podamos reunirnos con Fernando en el campamento 
En el televisor podía visualizarse la reunión de la ONU en conversaciones con científicos de la NASA, al menos en México todo tipo de programación de entretenimiento era ignorado recibiendo la mayoría de audiencia los canales noticiarios, las redes sociales estaban infectadas de material relacionado con los conflictos que estaba teniendo la humanidad. 
—Amor ¿Qué es todo lo que se sabe de esa mujer? —Pregunto Lorena sin apartar la vista del televisor tomando asiento en el respaldo del sofá frente al aparato  
—No mucho pero lo suficiente como para crear pánico, como miembro no puedo revelarse esa información  
—¿Miembro? Me dijiste que dejarías el cargo —Respondió molesta y enfrentándole —Tu no vas a ir a esa guerra  
—Se que pecas de demasiada inocencia y bondad pero nadie me hubiese permitido todo esto si no fuese uno de ellos, realmente lo siento 
—En televisión dicen que puede distorsionar parte de la realidad a su antojo, no permitiré que te expongas, encontraremos otro lugar donde refugiarnos pero eso no, por favor, nadie sobrevive a los intentos de cruzar lo que sea que represente ese lugar—El intento abrazarla pero ella le aparto empujándolo los brazos—Yo no tengo derecho a morir y tu no mereces sufrir ¿Pero yo si? Porque es la decisión más egoísta que estas tomando, yo tampoco merezco sufrir, no estoy dispuesta a estar sin ti  
—Es la única alternativa que tengo  
—Tu sabes que no les importamos, al final terminaremos siendo objeto de chantaje y manipulación para que ustedes se sacrifiquen por algo que solo los beneficia a ellos y nosotros quedamos desprotegidos, débiles ante el mundo, no puedes hacernos esto ¿Y tus padres? ¿Acaso planeas dejarlos solos?  
—Hay muchas cosas que no sabes amor, te pido confíes en mi, nada malo va a pasar, nadie morirá y cuando todo resulte podremos mejorar nuestras vidas, podremos curar la enfermedad de tu padre, tendremos la casa de nuestros sueños, la vida que soñamos saldrá de nuestra mente para ser una realidad pero eso no llegará gratis, tenemos que luchar por ella  
—Eso se llama robo porque es su vida, si en verdad existen estaríamos robándoles su vida y jamás te eh pedido una vida como esa, yo solo quiero que seamos felices, no necesito la vida de Bill Gates 
—¡Pero yo te la quiero dar! ¿Por qué no entiendes que cualquier sacrificio para ustedes, sobre todo para ti es un simple pinchazo? Quiero poner todo a sus pies, eres el amor de mi vida y una buena mujer, un buen ser humano, te lo mereces  
—¿Una guerra donde te pierdo? No gracias, paso, prefiero no merecer nada, puedo continuar con mi vida como siempre  
—Me temo que no es posible, pronto… Estados Unidos se molesto con México por no entregarle más uranio, a estas alturas no existen alianzas, prácticamente todas se rompieron, en todo el mundo, eso significa riesgo de ataque y los civiles será los primeros en sufrirlo 
—¿Eso significa que seremos invadidos? Razón mayor para que no vayas, no puedes dejarnos—Los padres de Lorena tomaron las cosas y se marcharon a la cocina para darles espacio—No entiendo tu afán de abandonarnos  
—¿Tienen algún machete o pala en la casa? También deberían mantener cerca el cuchillo que tienen, el que siempre bromeo se usa en los mataderos, recuerdo que tu padre compró hace poco alambre de púas y no hay que olvidar las botellas que sobraron de la fiesta de graduación de tu hermano, necesitaré cinta y alguna servilleta de tela—Comento el hombre mientras buscaba en el patio trasero debajo de las escaleras de caracol que conducían al tejado  
—Ignorar el tema no nos llevará a nada  
—Lorena, siempre hago todo lo que me pides encantado de la vida pero esta vez me veo obligado a llevarte al refugio junto con mis suegros  
—Hablo en serio 
—Yo igual—Tomó la cinta canela y comenzó a cubrir las botellas con esta creando una pequeña capa protectora, después las envolvió en la servilleta de cocina y las golpeo con fuerza con un martillo —Firmaste sin saberlo, lamento haberte desposado mi bella esposa pero tampoco iba a desaprovechar la oportunidad, es el fin de una era así que ¿Qué mejor que terminarla con la mujer que amo? 
Lorena le observo intentando entender que en realidad estaba casada, Guillermo era su esposo, el hecho de comprenderlo hizo que sus ojos se llenasen de lágrimas, el hombre al verla inmediatamente fue hacia ella y la estrecho fuertemente entre sus brazos mientras acariciaba su lacio pelo oscuro. 
Guillermo bromeo sobre sobre el no haber podido tener una luna de miel y las tiendas de lencería que le hubiese encantado visitar con ella, la joven empezó en una extraña mezcla de miedo y felicidad a temblar, rápidamente le tomó del cuello de la camisa y le dio un beso lleno de esperanza y todo el amor contenido, el hombre tuvo que tomar todo el esfuerzo del mundo para mantener la compostura y no cruzar el límite, había muchas cosas que hacer. 
—Ya habrá tiempo para nuestra luna de miel pero te prometo que una vez termine esto podremos ir a muchos lugares, disfrutaremos de una vida plena, lo prometo  
—No hagas promesas que no puedes cumplir  
—Debes confiar en mi  
—En ti si pero en ellos no, no les importas, estas arriesgando tu vida por nada, no seas terco, podemos refugiarnos en otro lugar, tal vez alguno de tus conocidos tenga algún refugio no conocido por el gobierno… 
—Lorena, la ineptitud del gobierno no es más que una cortina, ello saben muchas cosas, tienes que confiar en mi—Al ver el ceño fruncido de su novia trago pesado para después tomarla por el rostro y besarla, ambos desearon permanecer así para siempre, que la burbuja jamás se rompiera pero eso no iba a pasar, no pronto —Estos vidrios debes dejarlos en las entradas, y pondrán plástico de cocina de extremo a extremo de los muebles, si alguien entra caerá y los vidrios harán lo suyo 
Tomó un martillo y lo dejó al lado del televisor mientras que el machete en la habitación de sus suegros, en la habitación de Lorena coloco en la mesita de noche un cuchillo y dos tenedores. 
—Quiero que mantengas el arma en todo momento contigo  
—¿Acaso pretendes que lleve una pistola en mis pantalones todo el tiempo?  Podría dispararse  
—Lorena, amor, se que estas asustada pero ser tonta nunca ha sido tu estilo, recuerda que tiene un seguro y tu puntería es de las mejores que eh visto en años, solo mantenla contigo y todo estará bien—Ambos salieron de la habitación en medio del silencio hasta ser terminado por el hombre tras detenerse frente a la puerta de ingreso a la vivienda 
Guillermo siempre imagino su matrimonio con Lorena de una forma completamente diferente y sobre todo una jubilación para sus padres y suegros pacífica, para que solo disfrutaran de sus nietos, en cambio ahí estaban, a punto de decirse adiós por unos días para cumplir con lo que le pedían en la nueva formación que planeaba el gobierno ante una guerra inminente. 
“Me pregunto porque es tan importante esa piedra verde que encontramos, solo espero que realmente podamos negociar” pensó antes de girarse hacia su ahora esposa para tomar sus hombros y apoyar su frente con la de Lorena susurrando las últimas palabras antes de su reencuentro. 
—No intentes ser el héroe, te amo —Beso su frente con los ojos apretados aspirando todo el aroma posible de la mujer para después marcharse sin mirar atrás a sabiendas de que terminaría regresando a los brazos de la mujer de su vida, por esa vida que defendería a capa y espada por pasarla al lado de ella  
Pocas horas pasaron antes de que estallara el conflicto dejando desconcierto entre todos los habitantes porque un país pobre como México no tendría porque estar involucrado en un conflicto bélico. Aquella pacifica mañana de altas temperaturas y fuertes vientos que intentaban en vano apaciguar el calor sofocante que permanecería por el resto del día se vio interrumpida por los cortes informativos en todos los medios de comunicación y redes sociales mientras la familia desayunaba en el pequeño comedor circular de plástico blanco. 
—Hija, pásame la otra pastilla…si, la grande, comienzo a considerar comprar una caja de medicamentos para tener todo en orden —comento su padre a la vez que mostraban en el televisor al presidente del país declarando que el país se encontraba bajo guerra y que continuarían informando pero que la gente debía resguardarse en sus casas hasta nuevo aviso 
—Me temo que no será posible papá —Intento en vano comunicarse con su hermano,  esposo o sus padres, nadie atendía la línea provocando pensamientos aterradores en su mente  
En el barrio de Lorena no se hicieron esperar las habladurías sobre la única familia que parecía estar prevenida ante lo que se avecinaba haciendo lo que tantas veces Guillermo le dijo, los intentos por ingresar a su casa comenzaron y solo se vieron interrumpidos por gritos en el exterior, pero como durante días habían mantenido en silencio la vivienda quienes hubiesen atacado en las calles no eran conscientes de su existencia. La joven intento con todas sus fuerzas apaciguar el miedo y la desconfianza que sentía dentro de ella, se obligó a pensar que Guillermo estaba bien y que pronto los rescataria. 
En el exterior los gritos, súplicas, disparos y llantos impidieron que durmieron por más de una hora pero a pesar de eso el arma que con tanto miedo y amor contenido su esposo le entregó continuaba en lo profundo de la mochila donde ella misma la había colocado tan pronto el se fue.  
 



#1851 en Ciencia ficción
#9433 en Fantasía
#2065 en Magia

En el texto hay: pasion, politica, guerra

Editado: 11.11.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.