Dos almas, un solo corazón

Hora de irse

Creo que estoy apunto de vomitar cuando mi abuela presiona el timbre y gracias a la vida es Maira quien me abre la puerta con los brazos abiertos, la abrazo fuerte mientras escucho su pequeña bronca sobre que debería haberle mandado un mensaje diciéndole que estaba bien.

Aunque no podría habérselo mandado ya que no estoy bien estoy todo lo contrario.

Maira:tienes que llamar a Fred y Kara están muy angustiados  *asiento*

Mi abuela entra primero en la mansión mientras yo me debato entre ser valiente y afrontar la realidad o salir corriendo hacia el coche y no volver a pisar esta casa nunca más.

Al final termino entrando más que nada por las dos mujeres que no me quitan él ojo de encima y esto empezaba a ser algo incómodo, en cuanto cruzo la puerta veo todo el desastre.

La vitrina de la entrada está completamente vacía cuando suele estar llena de copas de vino, veo algún que otro des colchón en la pared con forma de puño.

Yo:voy a mi habitación  *digo angustiada*

Maira:el señorito Charles no está en casa

Suspiro de alivio mientras voy hacia las escaleras que dan lógicamente a la planta de arriba y pensar que hace unas horas este sitio lo llegue a considerar mi hogar.

Voy a mi habitación la cual sigue pintada de rosa chicle y estoy apunto de hecharme a llorar y no precisamente por el color de las paredes miro mi cama en la cual dormí con Chuck y después mis ojos van hacia el baño donde nos duchando juntos por primera vez, ahora si estoy apunto de vomitar tengo una fiesta montada en mi estómago.

No sé muy bien que coger no se hasta cuando estaré en casa de mi abuela ella quiere que vaya a vivir con ella y la verdad es que la idea no me disgusta más bien me alivia no tener que ver a Charles todos los días sabiendo todo lo que me a hecho.

De verdad que me gustaría odiarle así todo sería más fácil podría ser como al principio cuando pasábamos el uno del otro pero no ahora no sería capaz de pasar de él ni un solo minuto por eso se que si sigo en esta casa terminaré volviéndome loca.

Abro una de las maletas que me traje de Londres y meto los dos uniformes que tengo y algo de ropa, en la misma maleta meto mis discos y algunos libros.

En cuanto veo mis amadas zapatillas las remplazó por las sandalias de verano que llevo puestas ahora ya soy un poco más yo.

Veo colgado el vestido que me regalo Charles y unas ganas de romperlo en mil pedazos se apoderan de mí pero luego recuerdo que lo llevaba el primer día que nos unimos por completos y la rabia se vuelve pena.

Escucho unos gritos en la planta baja así que me apresuro en coger la maleta ya que creo que es hora de irse, cuando bajo me encuentro cara a cara con esos ojos que me vuelven loca.....




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