Pasado
— ¡Por favor! — insiste Damen.
— Te he dicho que es muy peligroso. — se queja Bruno. — Entrar a los sueños de ella y mostrarle este mundo podría asustarla y causar daños en su mente.
Damen mira a Bruno furioso y sale de su casa ignorando los gritos de Bruno diciendo que vuelva. Cierra la puerta de un portazo y se va de ahí.
Damen quería que Liv viera su mundo. El conocía algo de su mundo pero ella ni siquiera sabía de la existencia del Elwood. Damen quería que viera a las hadas del lugar, vio un dibujo de Liv dónde ella estaba dibujando un hada. No era como las del Elwood pero Damen supo que era una porque ella escribió en su cuaderno de dibujo "hadas del jardín" Eso fue suficiente para que Damen fuera corriendo hacía Bruno rogándole para que hiciera una poción que le permitiera entrar en los sueños de Liv.
Pero el se negó.
Decía que era peligroso y un montón de cosas que a Damen le parecía una tontería.
Damen se sienta debajo de un árbol enojado y con los brazos cruzados. Dos hadas iban pasando y al verlo le hacen una reverencia, seguro notaron su pequeña corona color negra, el cual era un regalo de su padre cuando nació, en ese entonces lo llamaba hijo y no lo odiaba.
— Principe Damen. — exclama un hada con cabello rojo. —¿Que hace aquí solo?
— Quiero hacer una poción. — explica el pequeño Damen. — Pero soy un niño y no se cómo.
— Oh, cuando crezca puede que sepas demasiado sobre pociones mágicas — dice la otra hada que su cabello es verde oscuro.
— ¿Porque no me ayudan? — ofrece el rubio — Por favor...
— ¿Que tipo de poción es? — cuestiona la hada de cabello rojo.
— Se me olvidó el nombre. — murmura Damen apenado. — Es una que me permita controlar los sueños de una persona.
Ambas sueltan un jadeo al escuchar las palabras del niño. Empiezan a negar rápidamente.
— Es muy peligroso principe Damen.
— Solo ayúdenme. — suplica Damen haciendo un puchero. — Sería divertido, quiero que una persona conozca mi mundo.
Damen mira a todos lados fijándose que no allá nadie y se acerca a las hadas para susurrarle en el oído.
— Quiero poder manipular los sueños de una humana.
— ¿¡Enserio!? — exclama la hada de cabello verde — ¡Es aun más arriesgado!
— Es la elegida. — explica Damen. — Quiero que miré mi mundo como yo veo el de ella.
— Eso es tierno principe Damen. — murmura la otra hada acomodando su cabello rojizo. — Pero no podemos hacer algo como eso.
Damen les da una mirada triste y las hadas se miran dudosas.
— Le ayudaremos principe Damen — dice la hada de cabello verde con una amplia sonrisa.
— ¿¡Que!? — exclama la otra — ¡No podemos hacer eso Jackie!
La hada que al parecer se llamaba Jackie puso los ojos en blanco y sonrió.
— Vamos Luna, será divertido, además pobrecito.
Luna miró al niño quien le está haciendo un puchero. Luna asiente con una sonrisa y Damen se pone a brincar por todos lados.
Luna saco un libro de su bolso y empezó a buscar una página en específico, cuando logra encontrarla se la muestra a Damen y Jackie.
— ¿Hablas de esta poción? — pregunta Luna y Damen asiente — Entonces tendremos que empezar ya porque no es más fácil de hacer.
Y eso fue lo que hicieron. Duraron una semana haciendo la poción, buscaron los ingredientes e Incluso Damen se metió a la casa de Bruno para tomar una flor que no se encuentra muy seguido y es demasiado importante en la poción. Duraron mucho en encontrar las cosas y en hacerla perfectamente bien. Damen les hablo de Liv a Luna y a Jackie muy emocionado. El quería pasar horas hablando sobre ella y las hadas parecían muy felices al escucharlo hablar de Liv, definitivamente, Liv en un parpadeo era muy querida por todos.
— ¿Puedes bailar? — le pregunta Damen a Jackie.
Ella se ríe y empieza a bailar graciosamente haciendo que Damen y Luna suelten una carcajada. Damen estaba muy emocionado por poder hacer feliz a Liv. El estaba seguro que le gustaría y le parecería increíble las hadas y las cosas que habían en el Elwood.
Siguió así por días, le pedía ayuda a Luna y a Jackie para ir a lugares hermosos que seguro le gustaría a Liv. Damen sabía que le gustaba mucho la naturaleza ya que siempre iba a acampar con su padre y también hacia dibujos de la naturaleza y animalitos.
Lastimosamente alguien fue donde el Rey a decirle lo que su hijo iba estado haciendo. Como era de esperarse enfureció demasiado, tanto era el enojo que no le importo pegarle a su propio hijo.
— ¿¡Porque haces esto!? — grita su padre — ¡Nunca serás como tus hermanos!
— ¡Porque soy Damen! ¡Yo no soy como Elián o Adel, y no seré como ellos! — grita enfurecido — ¡Entiéndelo!
Cuando Damen termino de hablar lo próximo que sintió fue un fuerte dolor en su rostro. Su padre le dió un puñetazo haciendo que cayera en el piso soltando un quejido de dolor, Damen lo miro perplejo y con los ojos enrojecidos, estaba acostumbrado a que el no lo quisiese, pero su padre nunca le iba pegado. Intento no llorar pero fue inevitable que no soltara un par de lágrimas. El dolor era insoportable y lo que más dolía era que Damen tenía razón, no era como Elián o Adel. Y nunca seria como ellos, eso significaba que nunca sería el orgullo de su padre.
Aveces se ponía triste al ver cómo su padre trataba a sus hermanos, Damen muchas veces intento impresionaron, intentar ser como sus hermanos. Intento ser como Elián, le hablo a su padre sobre estrategias que le vendrían muy bien al reino. Damen siempre fue muy inteligente y siempre leyó muchos libros sobre el Elwood. Le contó a su hermano mayor y a su padre sobre sus ideas, las cuales eran brillantes. Elián quedó perplejo al ver las increíbles ideas de su hermano menor, y aunque el sea mucho más mayor no tenía ideas tan brillantes. Su hermano al terminar de escuchar sus idea sonrió orgulloso, pero por otro lado su padre empezó a gritarle y lo hecho de su oficina diciendo que no lo quería ver.