Damen
— Damen — murmura Liv a mi lado sin dejar de moverme — Tengo frío.
Me hago el dormido pero ella sigue insistiendo ¿Porque es tan molesta? Abro los ojos y la mira con mala cara, está temblando y me doy cuenta que yo tengo la sábana de la y la mía, envuelto. Sonrió divertido y vuelvo a cerrar los ojos, lo próximo que siento en un golpe en la cabeza, me ha dado con la almohada la estúpida.
— ¡Tengo frío! — chilla.
— Ese no es mi problema.
Ella intenta quitarme la sabana pero no lo logra. Me hace un puchero y pongo los ojos en blanco ignorando su presencia, no me deja de insistir de que tiene frío y no me queda de otra en hacerle un espacio a mi lado. Le hago un gesto para que se acerque y ella con una sonrisa lo hace. Pasa sus brazos por mi cintura abrazándome tiernamente y enredando una pierna con la mía.
— Gracias — sonríe.
— Estúpida.
— No seas grosero — dice hablando bajito para que su mamá no se despierte.
— No seas grosero — imitó su voz.
— ¿Me puedes abrazar?
Suspiro y la acomodo mejor, la cobijo mejor para que no tengo frío, paso mis por su espalda haciendo que se pegue más a mi. La abrazo mientras que ella me acaricia mi cabello, sonrió ampliamente como un niño pequeño. Me encanta que haga eso y ella lo sabe, siempre le decía que lo hiciera antes de dormir, ahora no se lo tengo que decir ya que siempre lo recuerda y lo hace.
Ya casi se cumplen dos meses de que estoy aquí, es poco pero parece que hubieran sido años, con todo del Heartbreak, mi odio-amor hacia ella. Todo ha sido muy difícil, sobretodo intentar cuidarla a Liv y a Marley, aunque más a Liv la otra no me importa tanto.
Muerdo mi labio inferior ¿Porque me he enamorado tan rápido? Oh claro, porque ya la quería desde antes solo que soy muy orgulloso. Miró a Liv quien está durmiendo plácidamente en mis brazos. Odio que me haga sentir esto, sobretodo cuando se sonroja y se ve jodidamente tierna. ¿Porque no puede ser normal? Arrugó la nariz y acarició su mejilla que está sonrojada por el frío, al igual que su nariz.
No tenía en mis planes estar con ella haci, nunca. Se suponía que estaría aquí unos días y buscaría la manera de regresar, si el Heartbreak se quedaba aquí no me importaba. Estaría en mi casa, pero después me arrepentí de hacer tal cosa, sobretodo porque no quería que Liv pasará por eso.
Tenía la esperanza de que no fuera al castillo la noche de Halloween, pero fue así. Recuerdo muy bien esa noche, creo que es una noche que nunca olvidaré, que siempre estará en mis recuerdos. Aún no olvidó cuando ví su cara repleta de miedo, o sus ojos y su vestido. Cuando pude escuchar su voz, hacía mucho tiempo que no la veía, no la veía desde que era una niña al igual que yo.
Pasado
La noche de Halloween
— Eres cruel — murmura mi padre mirando el cadáver — ¡Alguien horrible!
— El está en un lugar mejor — bromeó mientras entierro en cadáver de mi amigo — ¿No lo crees padre?
— ¿¡Cómo se te ocurre hacer esto!? ¿¡Que te hizo este pobre ser!?
— No me digas ¿Estás triste por el?
— ¡Era el único de tus amigos que me caían bien!
— No son mis amigos, no te equivoques. Un amigo, no sería como un hijo para ti — lo miro a los ojos — El se lo busco.
— ¿Es eso? — cuestiona — ¿¡Por qué es mejor que tú lo mataste!?
— Si fuera mejor que yo, el que estaría en el suelo sería yo no sería el.
— ¡Eres un mounstro!
— ¿Recuerdas cuando intentaba impresionante? ¿Cuando intentaba ser el mejor? Si no me gano tu orgullo, me gano tu irá, si no me gano tu amor, me gano tu odio.
Mis palabras lo dejaron sin palabras, tiró el cadáver en el agujero mientras mi padre me mira perplejo. Pongo un poco de la posición que prepare, para que no quede rastro del cadáver. Cubro cinco metros y pongo el animal que mate, así encontrarán un animal muerto.
Me giro para encontrarme con mi papá, sigue ahí en la misma posición. Cubro todo y me voy de ahí, mi cuerpo está cubierto de sangre. Camino hacia mi habitación y ya en ella me quito mi capa, escucho unos fuertes pasos hasta que veo como mi papá entra furioso.
— ¿Se te perdió algo? — sonrió inocentemente.
— ¡Estás castigado!
— Que mal.
— ¡Ya no saldrás!
— Me puedo escapar.
— ¡Abran guardias que vigilen las ventanas y puertas!
— Los puedo matar.
Me miró furioso.
— Estoy arto de ti Damen, ¡Arto! ¡No puedo más contigo! ¿Porque no eres como tus hermanos?
— No me interesa ser igual de estúpido que ellos, si no recuerdas por ellos el reino está en guerra.
Pude ver cómo sacaba un cuchillo, sonreí con arrogancia mientras el caminaba lentamente hacia mi. Sin pensarlo dos veces saque el mío, sus cejas se levantaron con sorpresa pero borro rápidamente su expresión mientras que yo no borraba mi sonrisa.
Los ojos de mi padre se abrieron como platos y lo miré confuso. No me miraba a mi, miraba algo que estaba a mis espaldas. Me gire y me encontré con la imagen de una chica que llevaba un vestido muy hermoso, estaba entrando a un castillo demasiado viejo. Escuché como mi padre soltó un jadeo mientras yo solo miraba a la pared donde mostraba a la chica. Me parecía familiar.
La chica al estar en el castillo empezó a correr y gritar como loca mientras mi padre yo yo mirábamos la pared con el ceño fruncido. Llegó a una habitación donde habían varias cosas en el piso. Sonrió y rápidamente mis ojos se abrieron como platos.
— ¿Liv? — murmuré.
— ¿¡Liv!? — grito mi papá.
Liv empezó a acomodar las cosas en círculo, ¿Que rayos estaba haciendo?
— te invoco... Eh... — se quedó en silencio como si no supiera que decir — Te invoco...