Dos Amigos Y Un ChimpancÉ

GUILLE Y LOS DEMÁS

El silencio se volvió insoportable. Nadie se movió. Nadie respiró.
¡BOOM!
Otro golpe sacudió la puerta metálica.
—Bueno… esto se puso feo rápido —murmuró Agustín.
Guille se puso de pie con movimientos torpes y se sacudió el polvo de la ropa.
—Sí, bueno, bienvenidos a mi pesadilla. —Miró la puerta con preocupación—. Y si no nos largamos pronto, ellos van a encontrarnos también.
—¿Quiénes son “ellos”? —preguntó Rodrigo, todavía recuperándose del susto.
Guille tragó saliva y se acercó con aire conspirativo.
—No sé exactamente qué son… pero no están vivos. O no del todo. —Hizo una pausa y miró alrededor, como si las sombras estuvieran escuchando—. Llegan de noche. Se mueven en silencio. Y si te encuentran… desapareces.
—¿Desapareces? —Vanina frunció el ceño—. ¿Desaparecer del tipo te devoran vivo o del tipo te llevan de excursión y nunca vuelves?
—Un poco de ambas.
—Fantástico —resopló Rodrigo—. Estamos atrapados con un monstruo mecánico afuera y fantasmas come-humanos adentro. ¿Algo más? ¿Una invasión alienígena, tal vez?
El chimpancé levantó la mano.
—Si aparecen extraterrestres, yo me rindo.
Otro golpe hizo que todo el refugio temblara.
¡BOOM!
La puerta se dobló un poco.
—No va a aguantar mucho más —dijo Toro.
—Pues entonces muévanse —ordenó Guille—. Sé dónde podemos escondernos.
—¿Y por qué no estás escondido ahí ahora mismo? —preguntó Raquel con sospecha.
Guille se rascó la cabeza.
—Ehhh… porque es un poco peligroso.
—¡Oh, genial! —exclamó Agustín—. ¿Algo más que quieras agregar, Guillermo?
—Sí… mejor no grites mi nombre tan fuerte. Ellos pueden escuchar.
El grupo tragó saliva al mismo tiempo.
—Vale… —susurró Rodrigo—. Guíanos, Guille.
Guille asintió y comenzó a avanzar por un pasillo oscuro. La linterna del Piloto iluminaba las paredes mohosas, cubiertas de marcas de arañazos.
—Dime que esas marcas las hiciste tú rascándote la espalda —susurró Agustín.
—No… esas son de los que estaban aquí antes de mí.
—¿Y dónde están ahora? —preguntó Vanina.
Guille se detuvo y los miró con una expresión sombría.
—…No lo sé.
Un escalofrío recorrió al grupo.
Y entonces, en el pasillo, algo se movió.



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Editado: 05.03.2025

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