Dos Copas Para Nosotros

CAPÍTULO 22

Quiero matarme, quiero dejar de existir, no entiendo porque todo esto me tiene que pasar a mí, no comprendo porque la crueldad de esta vida conmigo, me siento tan miserable. Las horas pasaban, mi celular suena y decido revisar… un mensaje.

¿Podemos si quiera hablar?

Kno

No respondí su mensaje, como se atreve a querer hablar si ya me dijo todo, pretende disculparse de algo que no tiene perdón. Me empecé a sentir mareada y caía.

DOCTOR

—Bien, está despertando por fin. —Sonreí. Esta chica llegó casi en sus últimas, probablemente sea una discusión la que la llevó a este extremo.

—¿Qué paso? —me mira y parpadea dos veces.

—Me alegra que despierte. Está en el hospital, un ciudadano la trajo, la encontró en la calle. Descanse un poco. Tenemos qué hablar luego. — la dejé. No estaba bien, tenía los ojos hinchados.

—Doctor, dime que está viva, por favor. —repitió el ciudadano que la trajo.

—La paciente despertó, solo fue un desmayo. — pensé—ahora que la paciente esta despierta, me gustaría que llene algunos papeles por formalidad del hospital. ¿usted es su? —espero que no sea l novio, porque me veré en la obligación de tomar otras medidas.

—Soy Marcus Doctor, el amigo de la chica. —mi cara de sorpresa quizás la notó al instante, le dejé los papeles qué tenía que retirar y fui por los resultados.

No puedo creer que la paciente pase por esto, miro al cielo y tomo un poco de aire, antes de entrar al hospital y dar los resultados. Me pareció ver a su acompañante de la paciente. Decido entrar y afrontar como todo un profesional.

—Joven Marcus, buen día. —dije, apenas llegué a la habitación. Él sostenía la mano de la paciente. —Por favor deme un tiempo. — lo invité a salir de la habitación, para darle los resultados.

—La paciente está embarazada, tiene dos meses y la situación en la que seguro estba le llevaron a estar sobrecargada vi cómo se sorprendió el joven.

—No puede ser cierto eso. —voltea a ver a la paciente desde la ventana. —Por favor le pido que no se lo diga, no debe saber que está embarazada por ahora, por favor se lo pido. —casi y me suplicaba. Iba contra mi profesión, pero no sabría si sería correcto, para ella saber este resultado.

—Doctor, ella no va soportar la noticia, confié en mí, que cumpla más tiempo y luego la traeré para qué se lo diga. —acepté, con la condición de cumplido los cuatro meses la traería.

Entré a la habitación, la miré muy desganada, tengo pacientes con casos muy tristes.

—Señorita, podrá regresar a su casa, tuvo unos pequeños mareos, producto del cansancio. —mentí de acuerdo al plan, pude ver que el amigo, expulso el aire que tenía retenido por la inseguridad de mi palabra. —Este fue todo mi trabajo, los dejo solos. Joven Marcus, no se olvide de firmar el ultimo documento a la salida—expuse y salí.

Ellie

No sé como es que llegué acá, pero estaba Marcus presente, pude ver que habló con el doctor, unos mareos provocados por la acumulación; de estrés seguro, me dijo el doctor que me retire y me dejo con Marcus, a quien no quería ver, pero que ahora le debía la vida.

—Me preocupaste mucho. —dice de repente.

—No digas tonterías. —solté con la poca fuerza qué tenía.

—Enserio, y lo hablo desde la perspectiva de tu amigo. Ellie, ¿Qué pasó? — sostuvo mi mano que inmediatamente me solté y no respondí su pregunta.

De solo pensar en lo que pasó me llena de tristeza, iba a salir de este lugar, pero a qué costo.

—Bien, no me cuentes ahora. Alístate, para salir de este lugar. Voy a firmar y regreso por ti. — se levanta. No sé qué se cree. Lo que menos quería ahora era salir, no tengo energías para continuar mi vida.

—Ya llegué y no te alistas. —ordena las cosas.

—Qué estrés eres. —bajo las piernas de la cama y trato de levantarme. De repente siento los brazos de Marcus quien decide ayudarme.

—Eres un completo desastre. —murmuro.

—No lo eres y si te refieres a mí, pues yo tampoco. —ríe.

Bajamos al primer piso y salimos en dirección a su auto, empecé a tocar mis bolsillos y no tenía las llaves de mi casa y tampoco encontraba mi celular.

—no tengo las llaves de mi casa. —nos detuvimos de golpe.

—Lo dejaste arriba. —señala el tercer piso donde estábamos. Pero niego con la cabeza. —Entonces vamos, sé como podemos entrar. — sonríe de repente.

Me subo al auto y empiezo a ver como las casas y los árboles pasan rápido, como todo a mi alrededor se hace menos importante.

—Ellie, vamos, llegamos. — esa voz me despierta de inmediato y veo su mano extendiendo. Jadeo un poco y decido bajar por mi cuenta.

—Se nota que conoces hasta donde vivo. —rodeo los ojos.

—Déjame ver, esto se hacía así. —ya en la puerta él menciona que sabe como abrir sin llaves y lo dejo hacer. Miro a mi alrededor, pienso que kno puede aparecer de nuevo, algo en mi lo extra y la otra parte me dice que es mejor olvidar.



#7025 en Novela romántica
#1008 en Joven Adulto

En el texto hay: olvidar, romance, traición. amor

Editado: 04.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.