Quiero creer que las cosas están bien, no quiero despertar por alguna razón y al parecer quien no se ha marchado aún es Marcus, que lo escucho al despertar hablando por el celular.
—¿Qué hora es? — hago notar que ya desperté y quizás interrumpiendo su conversación.
—Que bien que estés despierta, justo hablo con Lena. —caigo en sorpresa.
—No quiero saber con quien hablas, quiero saber la hora. — digo en seco, pues no quiero recordar que también vi la foto que me mandó y que por ese motivo también estuve mal.
—No quiere hablar ahora, pero gracias por preguntar por ella…— se alejaba Marcus.
No quiero seguir con esto, no sé que hacer, mi pasado me sigue, mi presente es un caos y mi futuro es incierto.
—Solo quería saber cómo estabas.
—¿Cómo se enteró de mi estado? —lo corté al hablar.
—Es que…
—¿Qué?, sabes perfectamente que ella es la hermana de Harper, no quiero estar con mi pasado de vuelta, ya no es hora. Sabes perfectamente que ella se lo va contar a él y…
—¡Claro que sé!, carambas. — interrumpe casi gritando. — quiero que sepa que la mujer que amó por tanto tiempo, está mal y que él debe estar en su lugar feliz.
—Dices barbaridades de repente, esto no se trata de que, ay estoy mal, y me voy a acostar con el primer hombre que pasa por mi lado. No Marcus, llevo años tratando de superar ese pasado. Si no entiendes eso, es mejor que te retires. Déjalo ser feliz disfrutar de su romance.
—De acuerdo, pero te pido te calmes, no exageremos las cosas. Pido disculpas.
—Sí, claro, disculpas, todos ahora quieren usar esa palabra. —miro a otro lado muy furiosa.
En verdad que no logro entender la razón de que alguien que está comenzando con su vida quiera saber o debe enterarse de que me encuentro mal… ósea de que su ex está mal, ni a mí como novia me gustaría saber que a mi novio le digan eso.
Rápido, decido tomar valentía para continuar con mis cosas y con mi vida, no me voy a caer por el estúpido de hombre que creí firmemente que ya lo tenía todo… ósea nuevamente, en verdad que esto del amor, en absoluto, no es para mí.
—Kno vine al rato que dormías. —soltó de repente, que hizo que lo mirara.
—¿cómo que llegó? — titubeé
—Es que quería hablar contigo. —se fue en dirección de la cocina y lo seguí.
En su expresión podía notar algo extraño, no sé, tampoco es que sea adivina, pero espero que por lo menos, no se pusieron a pelear.
Rodeo los ojos y suspiro, dejando que haga lo que desee en la cocina.
—OK, me rindo, no entiendo a los hombres. —decido ir al cuarto.
—Por lo menos, ¡sé que aún me tienes un gran aprecio! —escuché como se reía.
La habitación está vacía, recorrí cada parte y encontré la caja de mis fotos de graduación. No iba a llevar estas fotos a mi nueva vida, a mi nuevo… a mi nuevo supuestamente inicio de vida con Kno.
Por alguna extraña razón empecé a sentirme mareada y decidí bajar con la caja de fotos.
—Ten este obsequio. —extendí la caja, para que lo tomara.
—¿De donde sacaste esto?, pené que no tenías nada en esta casa. —cuando empieza a ver las fotos, se sorprende.
No lo juzgo, yo también me sorprendería al ver cuan enamorada estaba de Harper y cuanto habíamos crecido juntos. Recuerdo sus planes y la vida que quería alcanzar, de loa familia que queríamos formar. No sé, espero en algún momento él pueda encontrar la felicidad que le hacía falta cuando estaba conmigo.
—Iré a la tienda. —busco las llaves entre las cosas de la mesita que están junto a la puerta. No escucho respuestas de parte de Marcus y voy a verlo. —Dije que ya regreso. — toco su espalda y puedo notar como sus hombros bajan y suben sin mucho esfuerzo.
Estoy frente a él y veo como de sus ojos caen lagrimas que intenta limpiarlas al instante y como si estuviera aguantando tanto llanto. Por un momento el corazón se pone sensible al verlo así, pero decido dejar las cosas así y darle su espacio.
Ya de camino al lugar de mi pastelería, miro a mi alrededor como todo cambió o todo quiere cambiar para mí o por mí… o simplemente soy yo. Recuerdo como terminé con kno y en absoluto no me agrada ese recuerdo, desearía que me borren ese recuerdo.
Me jalan del brazo y volteo de inmediato, la presencia frente a mí es kno, quien me abraza sin que pueda decir una palabra. No quiero creer que este sea su manera de decir disculpas o que quiere intentar algo más o que no sabía lo que decía. Yo no lo abracé, no sentía nada, no tenía nada claro tampoco, pero eso sí, no quería volver a sentir su cuerpo cerca al mío y lo alejé. vi su expresión molesta… no me importaba.
—No sé que te pasa. —murmuró.
—Qué estúpido te vez. Pero ni responder quiero, lo que te voy a decir es que dejes las cosas tal cual pasó. Yo no quiero saber nada de ti. Ni para decir que tenemos muchos recuerdos.
Si los teníamos, pero no iba a permitir que me vea en mi parte más débil, porque lo encontré a él y creí en él hasta olvidarme de mí y que por último fui yo quien las creó.