Dos corazones de hielo

3.2; La casa del bosque

::Conor's POV::

Me dirijo al jardín a esperar a los demás, mientras escucho cómo late el corazón de algunos animales salvajes. Al poco tiempo aparecen los tres, Talía llevando la mochila que yo recogí; seguramente la habría encontrado en el salón. Observo que esta está demasiado tranquila.

-¿Cuál es el truco? -pregunto mentalmente a Marco.

-No ha habido truco -dice él guiñándome un ojo.

El trayecto transcurre en demasiado silencio, con el sonido del corazón de Talía inundándome los oídos. Noto cómo sus latidos se aceleran cada vez que nuestras miradas se cruzan por accidente. Me tiene miedo, y, si fuera cualquier otro tipo de criatura, me produciría cierta satisfacción, pero no sé por qué, su miedo me pone furioso. No quiero asustarla, y eso me enfada. El camino se torna pedregoso, y después de un rato conduciendo por bosques y campos, llegamos a la casa del bosque de Venia. Es pequeña y antigua, y en su interior alberga todo tipo de pociones y conjuros mágicos. Antes de que llamemos a la puerta, Venia la abre, sorprendiéndonos. Su mirada se queda clavada en Talía, que empieza a ponerse nerviosa.

-Pasad -dice sin despegar sus ojos de la chica.

Al ver que esta no se mueve, le doy un empujón por la espalda, y reacciona al instante. Venia nos guía hacia lo que ella denomina el salón, y nos sentamos todos alrededor de una gran mesa.

-¿Cuál es tu nombre, chiquilla? -pregunta la poderosa bruja a Talía.

-Talía Duque -murmura esta lanzándole una mirada a Marco.

No sé por qué pero ese gesto me molesta y aprieto la mandíbula. Observo cómo Venia le coje una mano a Talía y esta la aparta de un tirón. Entonces recuerdo la noche anterior y un escalofrío me recorre la columna. No debería haberla mordido, y ahora, aunque parezca mentira, yo, Conor Wilson, me arrepiento de ello. Echo un vistazo al parche de su cuello y me relamo instintivamente.

-¿Pero qué tenemos aquí? Dame tu mano, muchacha, o la tomaré yo a la fuerza.

Los ojos de Talía se abren con pánico, dejando que un destello amarillo los ilumine. Esto hace que Venia frunza el ceño, y clavando sus ojos en los de Talía, hace que esta comience a chillar mientra se lleva las manos a la cabeza, retorciéndose de dolor. Los poderes de las brujas son bastante poderosos, sí, por lo que es mejor llevarse bien con ellas.

-Suficiente -digo lo bastante alto como para que Venia me escuche.

Todas las miradas se posan en mí, excepto la de Talía, que sigue con las manos en su cabeza y los ojos fuertemente cerrados.




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