4.1; El enigma

::Talía's POV::

-Talía, no pasa nada, nadie va a juzgarte. Simplemente muéstrale la palma de tu mano -me persuade Marco suavemente.

Trago despacio y estiro mi brazo hacia aquella anciana de largos cabellos blancos, que no me transmite ningún tipo de confianza. Entonces veo cómo saca una navaja de algún lado y no aparto la mirada. Observo cómo también coge un vasito y lo coloca debajo de mi mano. Con un movimiento no muy rápido, corta la palma de esta, dejando que la sangre fluya hasta el recipiente.

En ese instante veo cómo la expresión de cada vampiro cambia, y Conor sale como un rayo de la habitación. Yo ni siquiera me inmuto, ese corte no es nada comparado con lo profundamente que me he cortado yo algunas veces, cuando el dolor físico es lo único que puede hacer que el dolor emocional desaparezca. La anciana se aparta cuando hay suficiente sangre en el vasito y empieza a pronunciar unas palabras en un idioma totalmente desconocido para mí. Entonces sus ojos se tornan blancos y su cabeza se sube mirando al techo. Miro asustada al panorama. El corte ha dejado de sangrar y Rosaly y Marco me miran preocupados.

-Bruja... y mujer lobo.

-¡¿Qué?! -exclaman los dos vampiros al unísono.

-Tenéis ante vuestros ojos al enigma que las brujas han estado buscando durante años, al error de la bruja más poderosa de uno de los aquelarres más importantes del país. Esta noche hay eclipse lunar, exactamente, el cuarentaicincoavo eclipse lunar de Talía, lo que significa...

-Que a partir de esta noche puede ser transformada en mujer lobo -la corta Rosaly.

-¿Cómo? -pregunto, intentando encontrar mi voz.

-Una persona con el gen de hombre lobo puede ser transformada después de haber presenciado 45 eclipses lunares -me explica Marco.

-¿Puede? ¿Cómo se transforma?

-Se transforma si le muerde otro hombre lobo.

-¿Y si no le muerde?

-¿Has experimentado algún cambio últimamente, como despigmentación del iris, gruñidos involuntarios o un instinto que simplemente antes no poseías? -pregunta la anciana acertando de pleno.

-Sí -digo muy bajo, casi en un susurro.

-Un tiempo después del cuarentaicincoavo eclipse lunar de la criatura, estos cambios simplemente se disipan. Pero, aunque los cambios desaparezcan, la persona se transformará en hombre lobo si uno de ellos le muerde -recita mirándome a los ojos.

Intento permanecer en calma, ya que toda esta información me nubla la vista. Si no fuera porque me está sucediendo de verdad, me resultaría imposible creerlo.

-Talía, respira -dice Marco, que ahora está muy cerca de mí.

Entonces me doy cuenta de que estoy reteniendo el aire en mis pulmones, y lo suelto bruscamente.

-Quiero irme de aquí -digo sin poder evitar derramar una lágrima.

-Llevadla a la cama -ordena Venia.

Cuando Marco me coge, quiero gritar, patalear y revolverme, pero, por el contrario, me quedo inmóvil, sabiendo que no puedo hacer nada. Pestañeo y me encuentro en una habitación de paredes verdes y una simple cama en una esquina. Marco me deposita en ella, como si de una muñeca de porcelana se tratara. A continuación se da media vuelta para irse, pero lo interrumpo.

-Marco -lo llamo y me mira-. ¿Qué va a pasar conmigo ahora?

-De momento debes permanecer con nosotros.

-Pero mis padres, padrastros, lo que sea. ¿Crees que mandarán a la policía a buscarme?

-Me temo que, si no lo han hecho ya, no piensan hacerlo -dice sonriéndome tristemente.

Me desmorono al pensar en lo poco que significo para ellos, para alguien, en realidad. No entiendo por qué me adoptaron si ya tenían dos hijos a los que darles todo su afecto. Nunca he tenido amigos, nadie que se preocupe por mí. He sufrido pesadillas, maltrato, bulimia, anorexia y cortes en silencio, sin que nadie, nada más que yo, se percatara de ello. Las lágrimas no tardan en salir e inundan mis mejillas.

-Tienes que olvidarte de ellos, Talía -me dice y asiento secándome la cara-. Y ahora duerme, preciosa -susurra y me da un beso en la frente antes de irse.