::Conor's POV::
Todos me miran expectantes, como si no hubiesen estado contando conmigo en la conversación de antes.
Cuando un humano -o en parte humano (ya que las brujas se consideran humanas), como Talía- bebe sangre de un vampiro, pueden suceder dos cosas: la primera es que, si el humano muere con una cantidad suficiente en su organismo, se convertirá en un vampiro que despertará y necesitará la sangre del mismo vampiro del que bebió antes para completar la transición; y la segunda y más probable, si el humano no muere, se creará un vínculo entre él y el vampiro. Dicho vínculo es impredecible, no hay regla ninguna que lo predetermine; simplemente cada caso es diferente.
-Conor, creo que es mejor si te mantienes al margen de esto, no queremos perder a la chica -suelta Marco.
Pero... ¿quién se cree que es? Su respuesta hace que me enfurezca con él todavía más, causando que apriete los puños y me clave las uñas en las palmas de las manos.
-He dicho que va a tomar de mi sangre -digo con una voz amenazadoramente tranquila.
-Okay, tranquilos. También está mi sangre, creo que me estáis excluyendo de esto -canturrea Rosaly como si no hubiera ningún problema.
Talía suelta un gemido y todos nos giramos hacia ella.
-Conor ven aquí -ordena Venia, y por su tono de voz noto que empieza a cansarse de nuestras estupideces.
Marco la mira, incrédulo.
-¿Por qué él? -pregunta.
-Es muy sencillo: es el más fuerte de los tres.
Mi amigo resopla y yo sonrío, pero en cuanto me acerco a Talía mi sonrisa se desvanece, dejando paso a... otra vez aquel sentimiento que me hace sentir débil.
-Ya sabes lo que tienes que hacer -dice Venia simplemente.
Me llevo la muñeca a la boca y la desgarro con demasiada fuerza, haciendo que la sangre salga como un río. Entonces llevo mi mano hacia su boca, obligándola a tragar. Cuando creo que es suficiente, la retiro y observo cómo el corte se cura de inmediato. Mi sangre no parece tener efecto en Talía, ya que esta cada vez está más pálida y débil. Mascullo en voz baja.
Venia me aparta de su lado y, arrodillada ante ella, comienza a murmurar palabras en latín antiguo a un ritmo frenético. Y funciona. Las mejillas de la chica adquieren algo de color, y sus ojos se abren, mostrando unas pupilas demasiado dilatadas. Los cierra al instante y se lleva una mano a la cara, tapándose de la tenue luz que ilumina la habitación.
-Talía -susurra Marco, que se ha acercado al ver que esta ha despertado.
-Duele -consigue decir ella.
Miro a Venia.
-La transición pronto comenzará. Tenemos que atarla.
-¿Qué? Venia, ni siquiera es una auténtica mujer lobo, no hace falta que la atemos -habla Marco.
-¿Quién sabe lo que ocurrirá en la transición? No sabemos si va a transformarse del todo, o si no. Lo que sé es que prefiero prevenir que curar -determina Venia, y echando a un lado la alfombra del suelo, deja al descubierto una trampilla, que abre-. Vamos, coged a la chica y seguidme.
Marco y yo vamos a la vez a por Talía, pero, tras una mirada de este, dejo que sea él quien la coja. Al fin y al cabo, lo que he hecho ha sido todo por mi bien, no quiero tener deudas con una bruja tan poderosa como Venia.
"O al menos eso quiero creer", me digo.
El sótano está oscuro, y mis ojos se adaptan rápidamente al entorno. Nuestros pasos hacen eco, y alguna que otra rata se esconde cuando bajamos. El olor a moho y a humedad se cuela por mi nariz. Venia enciende una vela y nos guía hacia una pared con cadenas.
-No creo que sea una buena idea -dice Rosaly.
-Marco, encadénala -ordena la bruja.
Marco sienta a la chica en el suelo y le encadena las manos. Entonces Talía grita y empieza a retorcerse, y este se aparta de ella. Observo que la mordedura de su costado se ha curado casi por completo. Sus gritos se hacen insoportables en mis oídos, haciendo que me lleve las manos a ellos. Talía tira de las cadenas, haciéndose quemaduras en sus muñecas ya magulladas, y sus ojos se tornan de ese color amarillento.
-La transición ha comenzado -murmura Venia.